REGISTRO AKÁSICO

Testimonio de una ciudadanía solidaria

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El fez o tarbush es un sombrero de fieltro, cónico truncado, sin alas, con una cola. En 1870, un grupo de filántropos, lo utilizó para conformar un espíritu de cuerpo, que los hiciera persistir en su voluntad de ofrecer servicio comunitario y apoyo solidario a los niños enfermos. La reunión inicial tuvo lugar en el segundo piso del Knickerbocker Cottage, New York, donde el médico Walter Millard Fleming y el actor William J. Florence lograron entusiasmar a varios de sus amigos masones que solían desayunar allí. En 1875 eran apenas 43, en 1900 eran 55 mil, hoy son alrededor de 300 mil miembros.

Florence había estado de gira artística en varias ciudades del Mediterráneo, donde observó que los diplomáticos franceses solían, al final de las fiestas, hacer una reunión para recaudar fondos para propósitos caritativos, recibiéndose a cambio un fez. La idea les pareció simpática y se lanzaron a fundar la Antigua Orden Árabe de los Nobles del Relicario Místico, expresado en el emblema de un rostro con fez, bajo un sable árabe acompañado del zaldiak o símbolo de la media luna con estrella con vista hacia abajo.

En el país, durante el siglo pasado, los shriners apoyaron a niños con poliomielitis. Con la desaparición de la parálisis infantil decayó la actividad. De nuevo, en este siglo, varios miembros de la orden reiniciaron los trabajos dirigidos al alivio de la niñez afectada por quemaduras, pues los shriners cuentan con una red de 22 hospitales para niños con salas para ese fin, ubicados en EE. UU., México y Canadá.

En general, los miembros son personas solventes, sin llegar a niveles altos de riqueza. Están dispuestos a la ayuda, sin pedir nada a cambio. La membresía es familiar, recolectan dinero con exposición y venta de plantas ornamentales, cenas y otras actividades recreativas. El mes pasado efectuaron una noche de boleros, consistente en una cena y las consabidas canciones románticas para obtener fondos. Durante varios años han enviado a los hospitales Shriners, a pacientes infantiles seriamente afectados por quemaduras, para reconstrucción de extremidades o recuperación de piel y tejido. Toda la atención es gratuita gracias al apoyo financiero de los miembros y las actividades relacionadas.

Por ello, ante el atroz incidente que cobró la vida de cuarenta niñas y dejó heridas a otro tanto, en el Hogar Seguro Virgen de la Asunción, el pasado 8 de marzo, los shriners ofrecieron hacerse cargo de quienes se estimara debieran tener una mayor atención.

Gracias a la avanzada tecnología de los hospitales especializados en niños con quemaduras, el tratamiento y tiempo de recuperación es de los mejores en el mundo. En los EE. UU. se juega un partido de futbol americano universitario, el East West Shrine Game, para ayudar en la recaudación de los casi US$826 millones que se necesitan para sostener esa amorosa operación.

En todas sus actividades, los shriners muestran una mirada optimista por la vida. Son famosos por los autos en miniatura con los que participan en los desfiles comunitarios de los EE. UU. También utilizan disfraces en sus reuniones para subrayar que debe dejarse de lado la presunción y la fanfarronería.

Cuando acudieron en auxilio de las niñas lesionadas del Hogar Seguro, no lo hicieron con odio, aunque están conscientes de que debe haber justicia en este y los demás casos donde la incuria de autoridades sacrifica a la niñez. Gracias a su encomiable compromiso, los shriners no insultan a los payasos de la política, saben que les tocará ponerse una nariz roja para conseguir la sonrisa de la niña o el niño que en medio del sufrimiento, le hará recuperar el ánimo de vivir.

http://registroakasico.wordpress.com

ESCRITO POR:

Antonio Mosquera Aguilar

Doctor en Dinámica Humana por la Universidad Mariano Gálvez. Asesor jurídico de los refugiados guatemaltecos en México durante el enfrentamiento armado. Profesor de Universidad Regional y Universidad Galileo.