VENTANA

Toda meta, o ilusión, es un camino

|

A lo largo del año voy escogiendo aquellas ideas que me puedan servir para escribir los primeros artículos del siguiente año.  Voy escogiendo imágenes, poemas, artículos y temas diversos que, después,   saco de mis  archivos  y siento que vuelven  a cobrar vida.  Veo a tanta gente haciendo grandes esfuerzos al principio de cada año  que me ilusiona mucho poner mi grano de arena en la realización de  tanta nueva esperanza. Por ejemplo, los gimnasios se llenan en enero. Las clases en la universidades no tienen tantos alumnos como en estos primeros días del año.  Las empresas hacen sus planes y presupuestos que esperan concretar a partir del primer día del nuevo año. Toda esta alegría es contagiosa. No cabe duda, enero es un mes de mucha energía positiva.  A la par de esta alegría colectiva también ocurren muchas frustraciones, porque muchas de estas lindas intenciones se quedan truncadas y fracasan. “¿Cuál es el camino que  nos lleva al éxito, y cuál es el camino que nos conduce  al fracaso?”, preguntó el Clarinero.

Sin creer que tengo en mis manos la solución a esta pregunta fundamental, el pensamiento que voy a transcribir a continuación, me parece, puede ayudarnos a tomar una buena decisión en el 2018. Fue escrito por Carlos Castaneda en el libro Las enseñanzas de Don Juan. Dice así: “Todo camino es solo un camino, y no hay nada qué temer, para uno o para los demás, si uno lo deja, y si eso es lo que tu corazón te dice. Mira cada camino de cerca y deliberadamente. Pruébalo tantas veces como sea necesario. Luego, pregúntate a ti mismo, y solo a ti mismo, esta pregunta: ¿Este camino tiene corazón? Si lo tiene, el camino es bueno; si no lo tiene, no sirve”. Vale la pena reconocer que, en realidad, toda esperanza, todo sueño y cualquier meta es, en rigor, un camino. Desde el punto de vista psicológico, es muy agradable poner a nuestros sueños separados de nosotros, darles una identidad, porque los llenamos de sentido y de energía cuando los convertimos en caminos. De esta manera superamos la soledad del que solo desea algo. Lo que anhelamos se pone frente a nosotros y nos invita a caminarlo. Por algo, cuando elegimos cualquiera de las muchas profesiones que existen en la vida, todo el mundo está satisfecho en llamarles “carreras” o caminos. Si tenemos la sabiduría de proyectar nuestros deseos, y tratarlos como caminos de vida, entonces podremos entablar una relación creativa con nuestro futuro.

Al principio, todo camino, como dice don Juan, es eso, solo un camino. No tenemos que tener miedo a seguirlo o a dejarlo, si eso es lo que nuestro corazón nos dice. Luego, cuando hemos decidido caminarlo, el consejo de don Juan cambia: “Pruébalo cuantas veces sea necesario”, que significa no comprometerse. Finalmente, llega el momento de la verdad, no ante los demás, si no ante uno mismo. Entonces es que debe contestarse la pregunta crucial: ¿tiene, este camino, corazón? En mi opinión, yo sí creo que hay miles de caminos que no tienen corazón. Son aquellos que, por mucho que uno los camine, no nos llevan a ninguna parte y sentimos que andamos perdidos. ¿Cómo sabemos cuándo un camino no tiene corazón? Cuando, con cada paso que damos, nos encontramos más solos que antes. En cambio, en los caminos que sí tienen corazón, vamos convirtiéndonos en aquello que vamos caminando y esa es la dicha de vivir en el flujo de la vida. En el camino de la medicina, por ejemplo, el médico de verdad se convierte en médico. En el camino de la poesía, el poeta de verdad se convierte en poeta. En el camino del amor…

clarinerormr@hotmail.com

ESCRITO POR: