CON NOMBRE PROPIO

Un contrato apestoso

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Cabildeadores de Estados Unidos, reunidos tras el sello de la oficina de abogados “Barnes & Thornburg”, fueron contratados por cuatro diputados, siendo ellos Fernando Linares Beltranena, Jaime Regalado, Óscar Quintanilla y Julio Lainfiesta.

Allá en el Norte el contrato de cabildeo o lobby es legal. En la página web de la firma legal se anuncia: “Usted no necesita más abogados, necesita los correctos. Usted merece trabajar con una firma que ofrezca integridad, confianza y compromiso personal para encontrar las correctas soluciones a los retos y oportunidades que enfrenta cada día”, el bufete presta atención en varias áreas.

Es bueno para nuestra democracia que esto haya salido a luz, porque debe ser el electorado, pero sobre todo el electorado consciente, quien analice si lo hecho por sus representantes es, primero, moralmente correcto, y segundo, si es legal. Solo el diputado Linares Beltranena se ha animado a dar la cara y “defender” lo suscrito, y fue él quien afirmó que los contratantes no tienen los recursos para pagar los 80 mil dólares al mes y menos para comprometerse en una obligación de más de 14 millones de quetzales —aunque hayan firmado el compromiso—.

El propio Linares Beltranena señaló que el dinero proviene de empresarios y que “por secreto profesional” está impedido a dar los nombres. No nos referiremos al contenido del contrato de lobby, esto será para otro momento. Aunque el conflicto de interés surge con mayúsculas y letras fluorescentes, por ahora evidenciaremos lo oscuro y apestoso del tema.

Cuatro diputados se obligan en un contrato regido por leyes de EUA y lo hacen en su calidad de legisladores guatemaltecos. El contrato, para lograr su fin, debe estar pagado, mes a mes. Primera parte de la foto.

El diputado Linares Beltranena, suscriptor del contrato, señaló que los obligados al pago reciben dinero de empresarios anónimos para cubrir la obligación; es decir, los cuatro legisladores reciben ingresos de fuente anónima. ¿Bajo qué concepto reciben ese dinero y cómo simularán el servicio que facturan? Segunda parte de la foto.

Se dice que el dinero es privado y por consiguiente cada quien hace con su plata lo que le da la gana. Esta es una mentira monumental cuando el dinero pasa por cuatro diputados y ellos hacen el “favor” de comparecer en el contrato porque no tienen el dinero para pagarlo. Los legisladores tienen sus funciones en la ley, y lo que hacen al firmar un contrato, “por favor”, de empresarios anónimos que pagan está prohibido en la Ley de Probidad y el Código Penal. Además ya deben tener seguro el financiamiento del monto global. Tercera parte de la foto.

La foto completa: una obligación “legal” asumida por dignatarios de la Nación en el extranjero, la pagan con fuente anónima por más de 14 millones de quetzales.

El contrato lo cumple quien contrató. Estos cuatro diputados tienen un ingreso o renta de, por lo menos, 80 mil dólares mensuales, y puede llegar a 14 millones de quetzales sin prestar servicio privado a cambio. Esto es inmoral y ninguna duda ilegal. Acá el MP y la SAT tienen un caso importante y que no vengan con que “es ideológica la persecución” porque son confesos.

Por último, el bufete gringo, de serio no tiene nada cuando permite el pago del contrato con fuente anónima, al ser sus clientes funcionarios públicos y estar la prensa llena de noticias de lo que ha hecho el crimen organizado por acá.

@Alex_balsells

ESCRITO POR:

Alejandro Balsells Conde

Abogado y notario, egresado de la Universidad Rafael Landívar y catedrático de Derecho Constitucional en dicha casa de estudios. Ha sido consultor de entidades nacionales e internacionales, y ejerce el derecho.