LA ERA DEL FAUNO

Un reguetón en la Academia de Policía

Juan Carlos Lemus @juanlemus9

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Si fuésemos un país que prospera, hasta las fábulas del presidente nos parecerían cosa divertida y no la grosería que son, ya no digamos un video musical. No le daríamos importancia, lo tomaríamos como asuntos del reguetón, una aberración o un jugueteo característico del subgénero musical. Pero como no somos un país en vías de desarrollo, sino uno gobernado por la Tropa loca, atenazado por un fantoche como presidente que instaló a un ministro de Gobernación incapaz de honrar el puesto, Degenhart, obstáculo para la lucha contra la corrupción; un país con una policía que duerme en colchones con chinches y pulgas, que no tiene agua en los sanitarios de sus instalaciones y menos agua potable; con una policía desmoralizada, que paga por sus uniformes, que no recibe el aumento salarial ofrecido en tanto el ministro da a los comisarios vehículos del año; como somos todo eso, un videoclip grabado en las instalaciones de la Policía Nacional Civil no se puede esquivar como cuando se camina por la acera y se ve que allí hay algo.

El video de marras es la historia de un policía que, atravesado por la fantasía y por el amor, quiere meterla, dice, a la mujer que quiere en su corazón. Tal fantasía es una policía comehombres. El seductor de calzoncillos es atrapado en las redes de la insignia policial. Caído en la trampa erótica, con escenas de natación, ejercicios, salón de clases y manoseo, sufre porque no es el único que despoja del uniforme a la oficial.

La letra de la canción no tiene nada que ver con los escenarios. La teoría de los videoclips nos explica que hay autonomía entre la imagen y la canción. O como lo expresa Lipovetsky: “El videoclip musical no hace sino encarnar el punto extremo de esa cultura express. No se trata de evocar un universo irreal o de ilustrar un texto musical, se trata de sobreexcitar el desfile de imágenes”. (Al cantante Ale Mendoza le recomiendo El imperio de lo efímero, Gilíes Lipovetsky. También, La teoría del video musical, de Carol Vernallis. Mi recomendación es de buena fe, puede servirle para ampliar el horizonte de lo que hace, para identificar videos pastiches o ramplones. Ganará autonomía). Tras las críticas se ha mostrado como incomprendido, víctima de una sociedad incapaz de valorar su arte. Dice que en Guatemala “están pasando cosas más fuertes que un tonto videoclip”. En efecto, es un video tonto y por lo mismo merece su análisis de autor.

Los artistas sueñan con crear polémica y sentirse incomprendidos. No dudo de su talento. Cualquier cantante es talentoso. Ha de ser difícil eso de cantar, actuar, interpretar y hasta machucar bailando. Y su reguetón es lo que es, no vamos a pedirle que se cambie al piano. ¿Con qué derecho? Lo que podría comprender es que la PNC es una institución golpeada. Hace meses, Guatevisión constató que los agentes se encontraban en condiciones deplorables. Las sábanas tenían chinches y pulgas, los sanitarios no tenían agua. Debido a las plagas no dormían y se han enfermado por las picaduras. Los agentes ponen de su sueldo para reparar patrullas y comprar insumos. Para Semana Santa hicieron turnos sin comer y durmieron en el suelo. Hace unos días, el PDH constató carencias como falta de equipo y maltrato laboral.

Es agravante lo que dijo en un programa radial Adela Torrebiarte: que hay mujeres policías que ascienden en sus puestos solo si se acuestan con los jefes. Esa declaración es demasiado terrible como para que el MP la pase por alto. Habrá entre ellas las que ascendieron por sus méritos, no se debe generalizar. Vea donde fue implantada su canción.

@juanlemus9

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