LIBERAL SIN NEO

Unos más iguales que otros

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En la famosa novela satírico alegórica Animal Farm (1946) (La Granja), de George Orwell, los animales hacen una “revolución”, derrocan a los granjeros, instalan un gobierno de animales y proclaman que todos los animales son iguales. Pronto, los animales gobernantes caen en los mismos vicios de los que acusaban a los granjeros y surge el conocido cínico aforismo: “todos los animales son iguales, pero algunos animales son más iguales que otros”.

A los gobiernos se les toleran muchas acciones y situaciones que son intolerables para el sector productivo. Un ejemplo son las cuotas patronales que el gobierno central y las municipalidades deben al IGSS, deudas que vienen arrastrando desde hace años y no tienen la mínima intención de solventar. No hay forma de hacer efectivo este cobro, impunidad que atenta contra la solvencia del IGSS. Otro ejemplo de impunidad serían las deudas que tienen algunas municipalidades por energía eléctrica. La Empresa Eléctrica Municipal de Quetzaltenango (EEMQ) le adeuda más de Q1,300 millones al Inde y hace válida la pregunta: ¿Por qué la municipalidad de Xela se dedica a ser intermediario de energía eléctrica? La EEM de Puerto Barrios acumula deuda por Q129.7 millones y la de Huehuetenango, Q119.7 millones. ¿Por qué se tolera que acumulen tanta pérdida y deuda?

El lunes pasado, el Banco de Guatemala publicó su Balance General, al 31 de octubre de 2017; que puede calificarse como un creativo ejercicio de maquillaje contable, donde las pérdidas son activos. Este balance muestra activos por Q131 mil millones, pasivos por Q128 mil millones y patrimonio de Q3.3 mil millones; capital que equivale a 2.5% de sus activos. Este es un nivel muy inferior al nivel de capital que se exige a los bancos privados, que deben tener al menos Q1 por cada Q10 de activos. La marcada tendencia de los últimos años es que el balance del Banguat crece mientras su capital disminuye. En 2010, el Banguat tenía 8.4% de capital sobre activos, bajando a poco más de 4% en 2014 y a 2.5% a octubre 2017. En un lapso de siete años, el patrimonio del Banguat en relación con sus activos se ha reducido en un 70%.

La principal función del Banco de Guatemala es la estabilidad de la moneda o estabilidad de precios, piedra angular de la estabilidad macroeconómica. La principal herramienta que utiliza el Banguat para alcanzar este fin son las operaciones de mercado abierto, para “neutralizar liquidez”, que significa retirar dinero de circulación. Vende certificados de depósito a plazo, por los cuales paga intereses. A la fecha, el Banguat tiene emitidos títulos de este tipo —deuda— por Q37.4 mil millones. Los principales compradores de estos certificados son las instituciones financieras; bancos, financieras y aseguradoras, para quienes es un excelente negocio. A diferencia de un banco comercial, el Banguat no “produce” con el dinero que capta, sino lo “esteriliza”; los intereses que paga son pérdidas. En el Balance auditado del Banguat, a estas pérdidas no se les llama por su nombre, sino “Costo de la política monetaria, cambiaria y crediticia”. En teoría y de acuerdo con la Constitución, el gobierno central, por medio del Ministerio de Finanzas, debe reintegrar estas pérdidas al Banguat, pero no lo hace. Estas pérdidas ascienden a Q26.2 mil millones y aparecen en el balance del Banguat como un activo, “Restauraciones de patrimonio por cobrar al Estado”. Esta deuda no se ha pagado y es impagable.

La estabilidad macroeconómica es importante, pero no se crea que no tiene costo y que ignorar este costo eventualmente tendrá consecuencias.

ESCRITO POR:

Fritz Thomas

Doctor en Economía y profesor universitario. Fue gerente de la Bolsa de Valores Nacional, de Maya Holdings, Ltd., y cofundador del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN).

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