PLUMA INVITADA

Urge severa prevención ante furia de naturaleza

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El  llanto, conmoción y luto por la horrorizada acción del Volcán de Fuego persistirá por mucho tiempo en ciudadanos conscientes, pero con futuro incierto en el corazón de sobrevivientes por el sufrimiento de sus seres queridos: niños, adolescentes, jóvenes, adultos y ancianos, muertos, quemados, fracturados, golpeados, heridos, discapacitados, postrados en camas o sillas de ruedas de por vida, y destrucción de casas, covachas, negocios, muebles, ropa, terrenos, caminos, carreteras, puentes, vehículos y agricultura —cafetalera con mayor impacto económico y laboral—.

A un mes han sido rescatados 103 cadáveres, según dato oficial, pero sobrevivientes aseguran con razón que están desaparecidos cerca de dos mil familiares, dudas que deben aclararse. Injusta medida estatal de dejar para siempre a cientos de cuerpos bajo escombros; merecen cristiana sepultura. Muchos fueron rescatados en momentos álgidos, ¿por qué ahora no, cuando la tormenta ha pasado? Provoca ira e impotencia la ausencia estatal desde hace muchos años de programas preventivos permanentes para evitar constantes catástrofes.

Gobiernos indiferentes ante grave clasificación de Guatemala entre 10 países más vulnerables del mundo. Jamás olvidaremos el tenebroso terremoto de 1976, con 23 mil muertos, 76 mil heridos, 58 mil casas destruidas y millonarias pérdidas. Muchas familias, 42 años después, viven en casas viejas, con paredes de adobe sin amarre de hierro y concreto, demasiado peso de madera y teja, en cerca de seis departamentos del occidente.

Derrumbe de cerro sobre comunidad Cambray 2, Santa Catarina Pinula, hace dos años, con más de 200 vecinos sepultados, heridos, incapacitados, casas destruidas y algunas familias a la fecha sin vivienda. Caída de un cerro en ruta hacia Huehuetenango que soterró a vecinos, viviendas, carretera y vehículos. Tormenta Stan, 2005, con muertos, golpeados y destrucción. Triste tragedia de 41 niñas horriblemente carbonizadas en el Hogar “Seguro” Virgen de la Asunción. Terremoto en San Marcos con cauda humana y material.

Amotinamientos en correccional de menores Las Gaviotas —entre otros entes similares—, con asesinatos, baleados, fugas, daños y conmoción vecinal.

Familias pobres que viven intranquilas en asentamientos, temerosas de cualquier catástrofe. El Gobierno debe desalojar a vecinos de estos lugares, trasladarlos a sitios seguros, evitar nuevas construcciones similares y ejecutar concretos programas de vivienda barata. Inexistente obligado ordenamiento territorial, responsabilidad del Ejecutivo y Legislativo. El pueblo sufre por incremento de golpes climáticos, sociales y políticos. Magnífica investigación contra presuntos infractores de inmediata prevención ante anunciada erupción, debiendo incluirse a mandatarios, ministros, diputados, políticos, jueces, alcaldes, gobernadores y vecinos irrespetuosos de órdenes legales.

Valientes héroes rescatistas que expusieron sus vidas para salvar víctimas: bomberos Municipales y Voluntarios, entre quienes perecieron lamentablemente José Castillo y Juan Bajxac, y el delegado de Conred Juan Galindo; policías, militares, médicos, psicólogos, países amigos, estudiantes, deportistas, dirigentes deportivos, grupos juveniles, artistas, familias, pastores, sacerdotes, mormones y feligreses; empleados, empresarios, municipalidades, gobernaciones, Conred, Insivumeh y niños trabajadores; Cruz Roja, Fuerza Aérea, Rotarios, voluntarios en albergues, etcétera.

Nuestro respeto y admiración a los periodistas, reporteros, fotógrafos, camarógrafos, corresponsales y presentadores que expusieron sus vidas por entregar al pueblo primicias y exclusivas.

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