SI ME PERMITE

Vivamos como que aquí estaremos eternamente

|

“Un verdadero conservacionista es una persona que sabe que el mundo no es una donación de sus padres, sino un préstamo de sus hijos.” John James Audubon

Cuando escuchamos a nuestros semejantes son muy frecuente los comentarios de agrado y admiración del medio ambiente cuando está cuidado y protegido y claro está, eso es lo más cierto en nuestras vidas, lo lamentable es que esto simplemente queda en los comentarios, pero no trasciende a la conducta y al trato de lo que nos rodea para que se pueda conservar lo que se tiene.

Muchas veces cuando llegamos a áreas que presentan estados de aridez y tienen un entorno desértico hay algunos que nos darán aclaraciones que esa área no era así, sino que por una tala inmoderada o construcciones no planificadas se ha perdido lo que tanto valoramos y que debemos admitir que nunca lo podremos recuperar.

La realidad anterior nos tiene que llevar a la determinación de cuidar lo que tenemos para no perderlo, porque no podremos recuperarlo. La conducta humana ha sido causante de lo que tenemos en este planeta y simplemente la determinación de la autogratificación nos ha dejado en un inventario de lo mucho que hemos perdido.

La verdad es que debemos tener presente que nosotros no somos la última generación y el mundo no acabará con nosotros, aunque en algún área de nuestro planeta algunos vivieron con una lamentable mentalidad como esa. Si eso es así hagamos la diferencia en poder entregar un mundo mejor del que hemos recibido y no peor.

Cuando lamentablemente llegamos a la realidad de que el deterioro de nuestro entorno es irreversible y esto no es un discurso, sino una evidencia que está ilustrada en nuestro medio y en cualquier otro lugar que quisiéramos visitar. A esto no se puede ser indiferente porque si no hacemos nada para detenerlo tendremos que confesar que también somos cómplices y por lo mismo culpables.

Nuestro mundo tiene una grandeza que está en su diversidad, sea esto en su clima en vegetación y también en su fauna, esto es porque el clima y el entorno lo permite tenerlo, pero si el entorno se deteriora y cambia con ello se pierde también toda su diversidad.

La historia y la naturaleza nos enseña en todo lo que en un momentos poseemos y disfrutamos que es muchísimo más fácil cuidar y conservar lo que se tiene que luego de perderlo hacer inversiones y planes para recuperarlo. Simplemente lamentar lo que se pierde no es de sabios, sino que es más de sabio el cuidar y proteger lo que se tiene para poder de esa manera compartirlo con los demás.

Hoy día hay muchos planes educando e instruyendo a los pueblos para la conservación y protección del medio ambiente. La verdad es que los discursos normalmente son poco efectivos, pero lo que más comunica y contagia a la acción es el ejemplo. Probablemente si tenemos comportamientos que no son los más populares seremos enfrentados con los cuestionamientos típicos del por qué hacemos lo que hacemos y quién nos ha pedido hacerlo.

En el caso personal de cada uno de nosotros en lo que nos toca seamos de aquellos que llamamos la atención para poder conservar lo poquito que nos queda todavía y por favor no nos agrupemos con aquellos que llevan como estigma la culpabilidad por haber pedido nuestro entorno y artífices de la triste realidad del deterioro del mismo.

samuel.berberian@gmail.com

ESCRITO POR:

Samuel Berberián

Doctor en Religiones de la Newport University, California. Fundador del Instituto Federico Crowe. Presidente de Fundación Doulos. Fue decano de la Facultad de Teología de las universidades Mariano Gálvez y Panamericana.