Polémico viaje del procurador De León
Indudablemente, otros funcionarios vinculados de alguna forma con el tema deben haber hecho el recorrido que periodistas y activistas de derechos humanos han hecho. En todos los casos, se recogen nuevos detalles sobre una realidad abrumadora, la cual, debemos reconocer, no asume necesariamente su peor faceta porque quienes han vivido esa aventura siempre llevan el visado exigido por los países y viajan protegidos y atenidos a la protección oficial en caso de extrema necesidad.
Con este marco de referencia es importante hacer ver que el viaje del procurador se puede señalar de tener tintes propagandísticos superiores a los hallazgos que pueda hacer en los territorios. Será, en el caso extremo, una confirmación de los rumores de malos tratos y abandono que afrontan los migrantes y, ojalá no nos equivoquemos, no estará expuesto a ser capturado o vejado como cuentan los relatos de tantos aspirantes al sueño americano.
De ahí que cabe preguntarse la utilidad de la travesía de De León Duque, dentro del proceso de solución al problema que muchos observan. El viaje, además de ser arriesgado aun con toda la protección de las autoridades mexicanas, no puede quedarse en una recopilación de anécdotas y, sin duda, experiencias que le harán crecer más dentro de su experiencia como procurador.
El licenciado De León Duque debe estar consciente de esto. Se está exponiendo a ser señalado por los sectores radicales que nunca están conformes con lo que se haga para resolver problemas de este o de otros tipos; sus detractores serán los mismos que siempre auguran tempestades a mitad de océanos calmos. Por eso, si el procurador quiere anticiparse a estos riesgos, debería ser puntual al señalar previamente cuál, a su criterio, es la utilidad de su riesgo y en qué escenarios espera ser más eficaz para resolver el caso.
La experiencia es importante para tomar decisiones difíciles en momentos críticos. De eso no hay duda. Pero a la vez debe existir la claridad del caso para que no se malinterprete la intención del procurador, más como consecuencia de falta de información que por ocultas intenciones del funcionario.
La instancia del procurador de los Derechos Humanos ha sido criticada en más de una oportunidad, por la falta de resultados concretos luego de sus acciones; esa ha sido la tendencia de los últimos años. De León Duque no puede darse el lujo de cometer un desatino y erosionar la institución que ofreció defender y honrar con sus acciones. Su tarea es más importante dentro de Guatemala que en los inhóspitos lugares donde pasan los indocumentados.