La seguridad, tema insoslayable
El incendio del mercado de La Terminal, zona 4 capitalina, constituye el más reciente de los casos. En estas primeras horas, desde que las llamas consumieron los más de ochocientos pequeños negocios, el asunto está en la mente de los ciudadanos, los políticos se encuentran actuando con el objetivo de mejorar su imagen, algunos técnicos señalan diversas medidas que se pueden tomar. Pero en poco tiempo el tema habrá sido olvidado y debido a ello poca duda cabe de que se repetirán los errores y acciones indebidas que complican las situaciones de emergencia.
Vale la pena reiterar que no tiene sentido alguno la idea de terminar de destruir el mercado y ubicarlo en otro lugar, porque ese tipo de comercios deben estar presentes en toda ciudad, cerca de quienes, por motivos económicos, no pueden transportarse fácilmente a los centros de venta situados en la periferia o en áreas de residencias. Un traslado así puede ser visto como una maniobra preparada con el fin de beneficiar burdamente a determinados grupos o personas.
Lejos de pensar en trasladar el mercado a otro sitio, se debe considerar reconstruirlo, tomando en cuenta criterios de seguridad, en cuanto a número de puestos de venta, callejones internos, instalaciones eléctricas, creación de estaciones de bomberos y de ambulancias a pocas cuadras de los mercados, con el fin de reducir al mínimo el tiempo que pasa entre la llamada a estos servidores públicos y el inicio de sus tareas para salvar a quienes resulten afectados.
Entre los guatemaltecos no existe la costumbre de pensar en términos de seguridad, lo cual se manifiesta en casos como el de los usuarios de unidades del transporte, sobre todo extraurbano, que no les exigen a los conductores abstenerse de correr en las carreteras, por ejemplo. Las medidas de seguridad para los motoristas han sido criticadas por muchas personas, quienes se olvidan o no piensan en las consecuencias de un accidente o en las posibilidades de que ocurra.
Son pocas las personas que utilizan el cinturón de seguridad. Los extintores contra incendios, cuando hay, no siempre están funcionando. Muchos edificios no cuentan con elevadores en número suficiente. Y así, es muy larga la lista de posibilidades de accidentes de todo tipo que, en su mayoría, pueden ser evitados.
El caso de La Terminal es ejemplo de la reincidencia en los errores. Durante su vida han ocurrido una veintena de incendios que han dejado a muchos en la calle. Hasta ahora la suerte ha causado que el siniestro ocurra de noche, cuando las instalaciones están vacías, pero no hay motivo para pensar que esa fortuna pueda seguir más tiempo.