Similitudes políticas españolas y chapinas

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LA CERCANÍA ENTRE los sistemas políticos guatemalteco y español,  se da en el tema de la responsabilidad y de la honestidad en el manejo de los fondos públicos. En Guatemala, y eso no es un secreto para nadie, el aumento de la corrupción se relaciona directamente con el descaro para realizarla. En España, claro, siempre ha existido, como existe en todo el mundo. Pero en los días recientes los descubrimientos de acciones inmorales con los fondos provenientes de los impuestos y la aceptación de mordidas, se han multiplicado y afectan a gente de los más altos puestos públicos, quienes han aparecido en la prensa siendo conducidos a las cárceles o ingresando a los juzgados. Las cifras de la corrupción están apareciendo a diario, una tras de otra.

EN CATALUÑA ESTA SITUACIÓN tuvo consecuencias políticas inesperadas, al herir de muerte a la idea de  hacer una consulta popular para independizarla de España, porque el símbolo independentista, Pujol,  resultó tener una empresa familiar de corrupción, con su esposa y sus hijos, como parte de sus varios lustros de  liderazgo, durante los cuales amasó una fortuna malhabida de alrededor de 30 mil millones de euros, es decir 300 mil millones de quetzales. En el Partido Popular han rodado cabezas altas y el presidente Rajoy admitió la existencia de esos malos manejos, pero aseguró no admitir la impunidad y el propio partido realiza investigaciones internas.

 LA PRENSA ESPAÑOLA, en sus noticias y en sus artículos de opinión, ha sido despiadada, como debe ser. Sin duda, los políticos españoles corruptos se molestan porque todas esas publicaciones los retratan de cuerpo entero. Me impresionaron algunos comentarios, porque se pueden aplicar en Guatemala. No se sabe quién manda, decía un analista. A ninguno de los dos partidos les interesa el gobierno. Desean el poder y no el gobierno, porque su único objetivo es robar. Otro comentarista señala: “la gente ya está harta de estar harta de todo. No confía en nadie y menos aun en los políticos.  La han llevado al borde del precipicio. Se deben conocer todos los fallos para arreglarlos. Se debe eliminar el populismo y la demagogia”.  Aplicable… ¿no?

 A MI JUICIO, SE COMPRUEBA la falta de orgullo y de vanidad entre quienes no les importa la vergüenza del robo en los puestos públicos, y —por supuesto— el uso de empresas fantasmas, de prestacaras, de parentela metida en negocios sucios. De oscuros e inaceptables e inexplicables gastos multimillonarios utilizando para enormes gastos personales las tarjetas de crédito de las entidades estatales.  Las quejas contra la prensa, en general, son también un signo de la similitud con los políticos guatemaltecos. La diferencia es, probablemente, el temor al castigo social, a la descalificación, y la ausencia de nombramientos de gente incapaz, cuyo único y falto mérito es el de ser pariente, colega de colegio o de cuartel o financista de campaña.

ESCRITO POR:

Mario Antonio Sandoval

Periodista desde 1966. Presidente de Guatevisión. Catedrático de Ética y de Redacción Periodística en las universidades Landívar, San Carlos de Guatemala y Francisco Marroquín. Exdirector de la Academia Guatemalteca de la Lengua.