EDITORIAL

Traslado de reos es una amenaza

Dentro de un deterioro generalizado por el cual atraviesa la seguridad interna, es el Sistema Penitenciario el que de manera deplorable refleja la calamitosa situación, que no solo ofende por sus condiciones paupérrimas, sino porque de la mano avanza la vulnerabilidad de miles de reclusos que con facilidad pueden ser liquidados, aun en lugares insospechados, como volvió a ocurrir ayer en las carceletas de la Torre de Tribunales, donde se produjo un nuevo homicidio.

El enfrentamiento, o mejor dicho el ajusticiamiento a un integrante de la Mara 18 por miembros de la Mara Salvatrucha, en el sótano de la Torre de Tribunales, adonde habían sido trasladados para cumplir con una diligencia judicial, es un reflejo del deplorable estado al que ha llegado la inseguridad, pues resulta inconcebible que quienes deben trasladar a estos reclusos no puedan coordinarse para prever que no exista la menor posibilidad de que coincidan grupos rivales.

Es vergonzosa la situación porque, vista desde otra perspectiva, implica una absoluta falta de planificación o bien cierta premeditación para que la situación conlleve a propósitos perversos, pues, según parece, había una mejor información en el grupo atacante acerca de la presencia de la pandilla rival. Esto se ratifica con el arma que quedó tirada cerca de esas carceletas, lo que ya agrega otra situación dolosa que no pudieron prevenir los guardias de Presidios, o no quisieron hacerlo.

La tragedia pudo tener mayores repercusiones si la víctima hubiera sido una vinculada con casos de gran trascendencia como los que actualmente se ventilan en los Tribunales, pues precisamente en los días precedentes un juez tuvo que pedir a las autoridades de Gobernación, que tienen a su cargo el Sistema Penitenciario, que brindaran protección especial al privado de libertad Eduardo González, más conocido como Eco, debido al revelador testimonio que había dado en contra del expresidente Otto Pérez Molina y de la ex vicepresidenta Roxana Baldetti.

La gravedad del caso la Línea, así como la evidente importancia que le otorga la ciudadanía, obliga a que se tomen todas las medidas necesarias de seguridad para que no exista la menor posibilidad de que en los separos judiciales se produzcan hechos trágicos, algo que por lo visto puede suceder con mucha facilidad y, penosamente, a la vista de agentes del Estado que podrían estar implicados o cuando menos ser sindicados de asumir una actitud irresponsable, como que bajo su custodia un presidiario desenfunde un arma para matar a otro.

Los pandilleros, queda claro, tienen la posibilidad de contrabandear armas de todo tipo para usarlas en propósitos perversos, y esto incluye a cualquier objetivo como los citados anteriormente, lo que puede poner en riesgo el avance de investigaciones para esclarecer casos de corrupción.

Cabe recordar que hace apenas un mes se produjo otro hecho de sangre en las mismas instalaciones, una clara evidencia de lo vulnerable y peligroso que resulta para otros sujetos a procesos la irresponsabilidad con la que el Sistema Penitenciario actúa.

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