CATALEJO
Un buen momento para urgente cambio
A CAUSA DE LAS RECIENTES revelaciones relacionadas con el personal del Congreso, ha subido a la superficie del pensamiento ciudadano un justificado interés no solo por poner orden dentro del parlamento, sino en asuntos relacionados de manera directa con este caso, e indirecta con la vida del país. Me refiero a cómo poner también un necesario orden en las condiciones de los pactos colectivos con sindicatos del Estado. Esto último es tema para un muy completo y variado análisis. Esta vez deseo referirme al tema específico del Congreso, un organismo estatal tradicionalmente considerado por la población como casi innecesario, porque es muy difícil ver cuáles son los beneficios de tenerlo en las condiciones actuales.
EN RESUMEN, LA ciudadanía califica, aun cuando no lo manifiesta abiertamente, a este momento histórico como el adecuado para una total reorganización del parlamento. La principal dificultad, obviamente, es lograr la decisión de cambios voluntarios decididos por quienes ahora se benefician de las cosas como están. Es evidente también la necesidad de una presión nacional similar a la hecha pública contra el gobierno patriotista. Se debe empezar por el principio: arreglar el grave problema para el país provocado por una superpoblación de diputados, porque ello tiene como efecto real la participación de personas con escasas o nulas capacidades, además de preparación y de conocimientos de cuál es el papel de un Congreso en la democracia.
EN POCAS PALABRAS, SE debe encontrar la forma de arreglar varios temas importantes: además de reducir el número de diputados a un número explicable, se deben reglamentar, por ejemplo, los requisitos necesarios para llegar a ocupar una curul. Una posibilidad sería la permanencia por un determinado número de años de quienes pueden ser propuestos para candidatos a diputados. El símil es el tiempo obligatorio de cinco años, para ser candidato presidencial, para todo militar en retiro. Otras: edad mínima para ser candidato, de la misma manera como existe para ser presidente; obligatoriedad de nacimiento y de residencia en el departamento para el cual se postula. Es ilógico a alguien de Sololá representando a Escuintla…
LOS PARTIDOS POLÍTICOS tienen la mayor responsabilidad. Primero, realmente serlo. La ya tan antigua repulsa popular contra los autocalificados partidos políticos de Guatemala tiene razones muy claras: casi ninguno de sus miembros tienen preparación política, no se les exigen valores morales y éticos, así como la idoneidad para el cargo. Este tipo de nuevas exigencias tendrían un efecto directo en la conformación del Congreso, pero para ello es indispensable lograr la presión social. No es cuestión de señalar cuotas por sexo, etnia, preparación académica, lugar de residencia, etcétera, porque aunque esto se haga, quedará como letra muerta porque en la práctica no se puede lograr esa supuesta representatividad a toda prueba.
EL PROBLEMA LLAMADO Congreso de la República, de la manera como funciona, como está organizado y como puede alguien convertirse en uno de sus integrantes, es un hecho. No puede quedarse sin adaptarlo no solo a la teoría democrática, ahora no cumplida, sino a las realidades nacionales de este momento histórico. Es un asunto complicado y necesita, sobre todo, de la responsabilidad tanto individual de quienes participan en la política, como de aquellos interesados en hacerlo en condiciones distintas. Si no hay una depuración interna y voluntaria de los partidos, el resultado será el mismo, sin importar quién llegue. Insisto: las condiciones están dadas para convertir al actual reino de los intereses espurios en un parlamento.