La verdad sobre Gaza

|

Y,  sin embargo, seguimos escuchando a diario que el conflicto entre Israel y Gaza es descrito como un “ciclo de violencia” moralmente equivalente. Esto es absurdo.

¿Qué interés podría tener Israel en una lucha transfronteriza? Todos saben que Hamás partió esta guerra. Y todos conocen la declarada razón de ser de Hamás: Erradicar a Israel y a los judíos.

Los defensores de Hamás atribuyen esta sed de sangre a la ocupación israelí y al bloqueo.

¿Ocupación? No hay ningún soldado, colono o israelí en Gaza. ¿Nadie recuerda los hechos? Fue hace menos de 10 años que la televisión mostró en todas partes del mundo al ejército israelí sacando a la fuerza a los acérrimos colonos judíos de los techos de sus sinagogas en Gaza mientras Israel desmantelaba sus asentamientos, expulsaba a sus  ciudadanos, retiraba a sus soldados y le entregaba cada centímetro de tierra de la Franja a los palestinos.  No había bloqueo. Por el contrario. Israel quería que este estado palestino tuviera éxito.

Para ayudar a la economía de Gaza, Israel les dio a los palestinos los tres mil  invernaderos de la zona que producían frutas y flores de exportación. Abrieron los pasos fronterizos y toda la idea era establecer el modelo para dos estados que conviven pacíficamente y productivamente uno al lado del otro. Nadie parece recordar que simultáneamente con la retirada de Gaza, Israel desmanteló cuatro asentamientos en el norte de Cisjordania, enviando una clara señal de su deseo de dejar también Cisjordania y alcanzar de esta forma una amistosa solución de dos estados.

¿Y qué hicieron los palestinos de Gaza con lo que les dio Israel, lo cual no les había dado ningún gobernante previo, ni egipcio, ni británico, ni turco: un territorio independiente?

Primero, demolieron los invernaderos. Luego, eligieron a Hamás. Y después, en lugar de construir un Estado con sus debidas instituciones económicas y políticas, pasaron la mayoría de la última década transformando a Gaza en una gran base militar, rebosante de armas de terror, para luchar una incesante guerra en contra de Israel.

¿Dónde están las calles, los trenes, las industrias y la infraestructura del nuevo estado palestino? En ninguna parte. En lugar de eso, construyeron kilómetros de túneles subterráneos para esconder sus armas y —cuando las cosas se ponen difíciles— a sus comandantes militares. Gastaron millones en importar y producir misiles, lanzadores, morteros, armamentos e incluso vehículos no tripulados.

Deliberadamente los escondieron en escuelas, hospitales, mezquitas y hogares privados para dejar expuestos a sus propios civiles, y desde donde podrían disparar misiles a Jerusalén y Tel Aviv”,  fin de la cita.

Si esto no es una depravación terrorista, que cambien el Corán y se inmolen pronto para reunirse con sus vírgenes en el día del paraíso.

alfredkalt@gmail.com

ESCRITO POR:

Alfred Kaltschmitt

Licenciado en Periodismo, Ph.D. en Investigación Social. Ha sido columnista de Prensa Libre por 28 años. Ha dirigido varios medios radiales y televisivos. Decano fundador de la Universidad Panamericana.