Revista D

Paseo por la Ciudad Condal 

<div> Burguesa y vanguardista, calmada y estresante, íntima y cosmopolita. En Barcelona siempre hay mil cosas qué ver y qué hacer.</div>

Atardecer barcelonés visto desde el emblemático Park Güell.

Atardecer barcelonés visto desde el emblemático Park Güell.

Quien se aburre en Barcelona es porque quiere. La segunda ciudad más grande de España tiene de todo: playas, fiestas, exquisita gastronomía, museos, galerías, arquitectura y futbol.

El paseo se puede empezar por La Rambla, una extensa avenida que empieza en la Plaça Catalunya y termina en el monumento a Cristóbal Colón —algunas teorías sugieren que el navegante pudo ser catalán—.

El famoso paseo tiene un sinnúmero de tiendas, floristerías y bares; también pululan los artistas itinerantes. Por ahí, además, está el colorido mercado St. Josep, más conocido como La Boquería, donde se ofrecen exóticas frutas y platillos tradicionales.

Otra de las atracciones es el espectacular Barrio Gótico, cuyas calles son un verdadero laberinto con paredes medievales, iglesias, palacios y edificios institucionales como el Ajutament y el Palau de la Generalitat. La joya, sin embargo, es la Catedral de Santa Eulalia de Barcelona. Se recomienda visitar el área por la noche, pues se crea una mística especial.

El contrapunto de este sitio es el barrio de L’Eixample, que rinde culto a la arquitectura modernista y que representa la prosperidad catalana.

Ahí están las casas Amatller, Lleó Morera y Batlló, que fueron diseñadas por Josep Puig i Cadalfach, Lluís Domènech i Montaner y Antoni Gaudí, respectivamente. La creatividad de este último también se observa en la Casa Milá —La Pedrera—, que está nada más al cruzar la calle.

Al Camp Nou

Sin duda, uno de los grandes atractivos de esta ciudad es el FC Barcelona, uno de los equipos de futbol más poderosos del mundo.

En el distrito de Les Corts, a un costado del estadio Camp Nou, está el grandísimo museo de la entidad, el cual brinda una experiencia única. Entre los objetos de exhibición destacan las copas de sus 23 Ligas y sus cinco Champions League. También hay playeras y botines de jugadores legendarios como Johan Cruyff, Diego Maradona, Ronald Koeman, Romario o Hristo Stoichkov. Brinda, además, un repaso interactivo por la historia del club.

Tampoco hay que perderse la visita por el Espacio Messi, una zona dedicada al astro argentino Lionel Messi, donde se pueden contemplar sus cuatro Balones de Oro y tres Botines de Oro, además de rememorar algunas de sus espectaculares jugadas.

El recorrido sigue por la zona mixta y por la sala de Prensa, así como por el vestuario del equipo visitante y las cabinas de los medios de comunicación.

Sin embargo, una de las emociones más grandes consiste en atravesar el túnel que lleva hasta el terreno de juego. Una vez a ras de cancha, se aprecia la enorme magnitud del Camp Nou.

Ya que se está en tierras catalanas, ¿por qué no acudir a un partido del Barsa? Vale la pena ver jugar a un equipo plagado de estrellas de la talla de Messi, Neymar Jr., Luis Suárez o Andrés Iniesta, entre otros.

Para relajarse

No hay que irse sin visitar los cinco kilómetros de playas de la Ciudad Condal, las cuales ofrecen hermosas vistas del mar Mediterráneo. Entre las más bellas están la Barceloneta, San Sebastià y Passeig Marítim. Por supuesto, el verano es la mejor época para estar ahí.

Para caminar también es recomendable visitar el emblemático Park Güell, otra de las obras maestras de Gaudí. Es tan grande que bien toma medio día recorrerlo. Los atardeceres son especialmente maravillosos, pues es posible observar cómo el sol baña con sus colores rojizos a toda Barcelona.

Con tantas idas y venidas, los pies ya estarán machacados, pero hay que hacer el esfuerzo y levantarse con ánimo para dirigirse al templo de la Sagrada Familia, que también tiene la inspiración de Gaudí.

Su construcción, que empezó en 1882, será concluida en el 2026, coincidiendo con los cien años de la muerte del arquitecto.

Cualquier persona, aunque no profese el catolicismo, quedará impresionado con esa estructura, tan imponente, tan original, tan hermosa. Se hace casi imposible dejar de ver hacia arriba y apreciar cada detalle.

Todavía hay que agarrar más fuerzas para llegar hasta Montjuïc, una montaña mágica. La bienvenida la dan las torres de la Fira de Barcelona. Hasta el fondo, en la cima, está el Museo Nacional de Arte de Cataluña, que es un verdadero palacio.

Abajo, en cambio, hay una enorme fuente que, los viernes y sábados por la noche, se enciende al ritmo de música y colores. Es un espectáculo imperdible y gratuito.

Al gusto

Barcelona ofrece una gran cantidad de actividades. Ahí nadie se aburre a menos que quiera. Los paseos son interminables y siempre habrá más de alguna sorpresa, una historia que contar. Esta, la Ciudad Condal, seduce a muchos.