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Coronavirus: Reapertura eleva optimismo de guatemaltecos acerca del futuro

El optimismo acerca de la situación económica que el país tendrá dentro de seis meses aumentó en septiembre.

La reapertura de actividades pudo haber cambiado la percepción del futuro para la economía. (Foto, Prensa Libre: Hemeroteca PL).

La reapertura de actividades pudo haber cambiado la percepción del futuro para la economía. (Foto, Prensa Libre: Hemeroteca PL).

El porcentaje de optimismo de los guatemaltecos acerca del futuro económico del país en ese plazo se ubicaba en 51% en agosto del 2020, solo unos días después de que se flexibilizaran las restricciones de movilidad y se reabrieran algunas actividades económicas suspendidas.

La percepción positiva creció a 62% en septiembre, según la sexta fase del Estudio Exploratorio sobre las actitudes de los guatemaltecos hacia el coronavirus, que lleva a cabo la firma ProDatos.

Las entrevistas del estudio se efectuaron del 4 al 6 de septiembre, más de un mes después de la apertura de ciertos sectores dispuesta por el gobierno el 27 de julio.

Paul Boteo, director ejecutivo de la Fundación Libertad y Desarrollo, mencionó que las percepciones son coherentes con las fases de la epidemia y disposiciones para controlar el virus que se está viviendo en el país, ya que se lleva casi un mes y medio de reapertura.

“Veníamos de un segundo trimestre con caídas en la economía y en el IMAE, por lo que las personas pueden percibir que ya vimos la caída más fuerte y que el actual trimestre y los posteriores serán mejor”, dijo el consultor.

Considera que otro de los factores que está influyendo es la mayor movilidad, aspecto que puede cambiar la percepción de una persona porque ya se siente más libre para salir a trabajar y que, posiblemente, ya se estén adaptando a esta nueva normalidad.

Según datos del Google Mobility Report, mencionados por Ricardo Rodríguez, economista del Central American Business Intelligence (CABI), el país se registra una recuperación marcada en los niveles de movilidad durante el primer mes de reapertura, pasando de un promedio 56% a 72% en reflejado a finales de agosto.

A pesar de ese optimismo, se tendrá que ver si las percepciones se cumplen o no, ya que la tendencia correría riesgo si el país tiene una segunda ola de contagios en Guatemala y se ve la necesidad de retomar las restricciones y cierres, mencionaron ambos entrevistados.

“Las perspectivas económicas son más optimistas que las que se tuvieron en abril y mayo, pero no creo que haya un crecimiento extraordinario en el cuarto trimestre, aunque el sentimiento de la población puede estar mejor con cierta sensación de más normalidad”, comentó Boteo.

El analista mencionó que otra de las dudas que existe es qué pasará en el norte de América durante el invierno, tomando en cuenta que Estados Unidos es de las economías más grandes del mundo y uno de los mayores socios comerciales para Guatemala.

Rodríguez mencionó que el IMAE a julio se contrajo menos que en meses anteriores y se registró en -4.7%, aunque aún es bajo mejoró con respecto al 11%  que se tuvo en abril y mayo lo cual da la percepción de que ya se tocó fondo y empezamos a mejorar. Esa tendencia también se observa en el Índice de Confianza que emite el Banco de Guatemala (Banguat).

“Las personas individuales también estamos esperando que lo peor ya se haya dado, que ya vivimos los meses más duros. El punto es qué tan rápido logramos regresar a los niveles de crecimiento precovid-19”, dijo Rodríguez.

A menor ingreso, menor optimismo

Según el estudio, el optimismo es diferente si se observan las respuestas por nivel socioeconómico.

En el segmento A, B y C, el 67% está optimista en septiembre respecto a una mejora de la situación económica dentro de seis meses, mientras que en el segmento D, solo el 57%, es optimista.

A criterio de Rodríguez, esa percepción puede deberse a la diferencia de ingresos y no necesariamente solo a los efectos de la pandemia, ya que también en materia económica los estratos más bajos son más pesimistas y cuando el país llevaba una senda de crecimiento, también pudieron haber tenido también el menor optimismo en ese tema.

No se trata de que los segmentos de menor ingreso no le tengan tanto miedo al virus, sino que no se pueden dar el lujo de parar de trabajar y se han ido arreglando para ser los primeros en regresar a trabajar, porque los negocios más informales buscaron la manera de reanudar o de cambiar de actividad, pero su positivismo no es el mismo.

Boteo expuso que la reactivación posiblemente esté beneficiando primero a los segmentos más altos, porque las empresas ya empezaron a operar de nuevo y están llamando a su personal a reincorporarse, o algunas reducciones de salarios de empresas se estén revirtiendo poco a poco, por lo que ven el panorama más positivo.


En el segmento D, puede ser que muchos tengan ingresos variables y que dependan más de la movilidad, pero aún no se ha reactivado el transporte público y están viendo llegar muy lentamente los beneficios que aprobó el gobierno, aspectos que podrían hacerlos un poco pesimistas respecto lo que pueda pasar los próximos trimestres.

Recordó que, según los datos del IGSS, se perdieron unos 107 mil afiliados en el empleo formal, y que posiblemente muchos son del segmento D.

A mayor edad, menor optimismo

Los niveles de optimismo respecto del futuro de la economía varían también por rangos de edad.

En el grupo de personas de 15 a 24 años, el 70% dijo estar optimista, mientras que, en el rango de 25 a 34 años, solo el 63% y de 35 años en adelante el dato baja a 55%.

El consultor de la Fundación Libertad y Desarrollo, dijo que podría ser un tema de ciclo de vida y que las personas entre más edad, tienen más compromisos y ven con preocupación el futuro.
Además, en el mercado laboral guatemalteco es más difícil lograr un empleo después de los 35 años de edad, y muchos pueden tener esa preocupación ante la pérdida de puestos de trabajo durante la emergencia derivada de la pandemia del covid-19.

“En las ofertas de trabajo, la edad máxima para aplicar son 35 años,  y esa la preocupación mayor, también puede pasar que si encuentran trabajo, deban aceptar un salario más bajo”, agregó.

Boteo comentó que también es un tema psicológico, ya que la falta de madurez por la edad a veces hace que los jóvenes tomen riesgos y se movilicen más mientras las personas de más edad piensen en el riesgo que representa esa enfermedad para ellos.

Cambio de perspectivas

A inicios del 2020, la Junta Monetaria había proyectado para el año un crecimiento económico de entre 3.1% a 4.1%.

Posteriormente, en junio lo ajustó a la baja y refirió que debido al impacto de la emergencia por la pandemia la economía tendría una caída -2.5% (con un piso de -1.5% y un techo, o escenario más pesimista, de -3.5%).

Sin embargo, en agosto su visión fue más optimista, y según dijo a finales de ese mes el presidente del Banguat, Sergio Recinos, con base a lo observado en la economía mundial e indicadores nacionales, la producción estaría en un mejor panorama y, aunque siga siendo negativa, se situaría en el escenario menos pesimista de -1.5%. Las autoridades revisarán de nuevos los datos en este mes. Para 2021, la proyección de crecimiento económico es del 3%.

Franco Uccelli, director ejecutivo y jefe de Estrategia de Inversión de Clientes para América Latina en el Banco Privado J.P. Morgan explicó en julio pasado que  era bastante alta la probabilidad de que la recuperación en Guatemala sea en “U”, es decir más lenta,  y no en “V” (de una forma más rápida).

Sin embargo la semana pasada comentó en una conferencia virtual que las perspectivas de recuperación económica para Estados Unidos y Guatemala han cambiado y ahora se prevé que pueda ser de forma más rápida.

La previsión del mercado en agosto es que la economía se contraiga en 2.8% pero que la recuperación sea más rápida de los previsto y “pueda acercarse a una V, asumiendo que la pandemia no obliga a las autoridades a volver a imponer los protocolos de distanciamiento social que se flexibilizaron en julio”. Para el cierre del 2021 se prevé que llegue a crecer 3.9%.

Aún hay incertidumbre, la pandemia no ha terminado

Hugo Maul, analista del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (Cien), opinó que en el país aún hay incertidumbre acerca de cuánto tiempo tardará en recuperarse el crecimiento económico y sectores.

A su criterio, aún preocupa que no se ha visto el fin de esta pandemia y ahora se habla de una posible segunda ola de contagios que podría afectar más sectores económicos o retroceder en la flexibilización de restricciones.

“El país sigue teniendo problemas aún hay elementos de incertidumbre muy grandes para poder decir que en el 2021 ya salimos de esto y como si nada hubiera pasado”, dijo Maul la semana pasada al indicar que mientras el riesgo de contagios en sectores como comercio, turismo y restaurantes van a seguir impactados en el país seguirán afectadas actividades que aportan un 25% del PIB.

Respecto a los resultados del estudio, Maul considera que hay dos elementos principales por los cuales se refleja más positivismo en las personas en septiembre. Uno es que la reapertura lleva más tiempo con respecto a la fecha en que se hizo la encuesta anterior ya que la reapertura se estableció el 27 de julio. “Eso de alguna manera le permitió a la población cierto tipo de actividades y comportamientos que habían estado vedados, como transitar por lo departamentos, apertura de otros comercios y restaurantes” y las personas pudieron haber retomado algún tipo de actividad que habían dejado hacer, según expuso.

Y, el segundo es que en el caso de los más jóvenes también le abrió la posibilidad de pensar en un futuro más normal además de la oportunidad de buscar empleo.

Respecto a los segmentos socioeconómicos que reflejan más positivismo en los niveles más altos, puede deberse a que tuvieron los medios para poder sobrellevar la parte más dura del confinamiento y que pueda ser el segmento que tenga la oportunidad más rápida de recuperar su nivel de ingresos. En los más bajos segmentos socioeconómicos puede ser que vean más difícil la recuperación porque es uno de los sectores más golpeados ya que la mayoría trabajan en la informalidad.

En cuanto a la situación económica en seis meses Maul cree que si no pasa nada, es decir una segunda ola de contagios muy fuerte entre otras aristas, la recuperación podrá ser constante, aunque no se llegaría a niveles de antes de la pandemia tan rápido. “Lo que pongo un poco de duda es que tan rápida vaya a ser la recuperación y qué pasa si va a haber una segunda ola de contagios, no creo que se tenga que llegar al extremo de cerrar de nuevo la actividad económica, pero el riesgo está”, además “niveles de confianza los veo bien, pero me preocupa que esto vaya a significar que se vaya a relajar tanto que se produzca una nueva ola de contagios”, expresó el analista del Cien.

ESCRITO POR:

Rosa María Bolaños

Periodista de Prensa Libre especializada en medios escritos y radiales en temas de energía eléctrica, empleo, impuestos, empresas y negocios con más de 20 años de experiencia.