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Descubra el poder de la educación financiera

La crisis económica provocada por la pandemia ha dejado muchas lecciones, pero también ha quedado claro que debe cuidar su salud financiera de la misma forma que lo hace con su salud física, y para eso no hay mejor “medicina” que la educación financiera.

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Si quiere ser rico y poderoso, está bien, se vale soñar. Pero ¿se ha preguntado de qué sirve tener millones, si no aprende a administrarlos? Más vale prevenir que lamentar, así que tome cinco minutos y descubra el poder de la educación financiera.

Comprar un automóvil, reunir el enganche para una casa, emprender un negocio, planear su primer viaje al extranjero, organizar la boda, adquirir nuevo teléfono celular… Muchos proyectos han sido postergados o aniquilados a causa de una mala administración del dinero.

Por ejemplo, basta mencionar las perspectivas de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), las cuales ubican a América Latina y el Caribe como la región más golpeada en el empleo a causa de la crisis por COVID-19, con una tasa de desocupación que llega al 11.1% o este año y cerca de 28 millones de personas que trabajan, pero no ganan lo suficiente para mantenerse junto a sus familias por encima de la línea de la pobreza.

A esto se suma el estrés financiero, es decir, la ansiedad y tensión que provoca la falta de dinero, la pérdida del empleo, el aumento de las deudas, la mala administración de los recursos y, en muchos casos, la violencia económica que afecta principalmente a las mujeres.

De acuerdo con el Análisis Estrés Financiero de Sodexo, el 76% de los empleados en América Latina es afectado por la inseguridad financiera, lo que genera un impacto negativo y representa una de las mayores causas de estrés a nivel mundial. Esta situación afecta de manera considerable el rendimiento profesional de una persona, ya que dedica tiempo de trabajo a tratar de mejorar su situación económica, además de ausentarse constantemente.

El poder de la educación financiera

No tema descubrir el poder de la educación financiera, porque es más valiosa de lo que puede imaginar. Además, no es exclusiva de los millonarios, intelectuales, banqueros, economistas o contadores, es una herramienta disponible para todos, para cualquier persona, sin importar su edad, género o condición social.

La educación financiera permite adquirir los conocimientos y habilidades básicas para que logre administrar mejor sus recursos y proteja su patrimonio con el uso responsable de productos y servicios financieros como las cuentas bancarias, tarjeta de crédito, cajas de ahorro, fondos de inversión, entre otros.

Confieso que fue hasta 2005 cuando descubrí el valor de la educación financiera. En diciembre de ese año me robaron la cartera en un centro comercial, me quedé sin dinero y sin prestaciones de fin de año, vaciaron mi cuenta bancaria y tuve que cancelar dos tarjetas de crédito. Para colmo de males no tenía ahorros, cero, nada.

Fue una Navidad triste porque no pude comprar regalos ni viajar a Acapulco, donde suelo pasar el fin de año.

Además, inicié una batalla de aclaraciones con el banco para recuperar mi dinero y tuve que aprender a defender mis derechos como usuaria de servicios financieros.

Afortunadamente, todo salió bien con mis aclaraciones bancarias y no solo pude recuperar mis recursos, también logré mejorar mi relación con el dinero y empecé a poner en forma mis finanzas personales.

El primer paso -el cual le recomiendo que lleve a cabo- fue elaborar un presupuesto para identificar mis gastos, cultivar el hábito del ahorro y evitar las deudas.

Los tropiezos financieros pueden llegar en cualquier momento. De hecho, una de las lecciones más relevantes que se puede extraer de la crisis económica actual es el desconocimiento y desinformación de gran parte de la población sobre temas básicos de economía y finanzas, lo cual limita su capacidad para tomar decisiones responsables, conscientes y competentes.

El Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) señala que al empoderar a las personas para que tomen decisiones más informadas se incrementa la probabilidad de que esas decisiones sean mejores y, a su vez, que los ciudadanos sean capaces de controlar su futuro financiero, lo cual tiene un impacto positivo en su bienestar financiero.

Está en sus manos aprender de estas lecciones dolorosas a través de plataformas como Finanzas en tacones, Adiós a tu jefe, Cooltura Financiera, por citar algunas; en blogs, redes sociales, radio, televisión, series, podcasts, periódicos, revistas, libros y hasta en los memes que comparten en WhatsApp.

No hay pretextos para acceder a este conocimiento que le ayudará a conservar su salud financiera.

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Fabiola Sánchez Almaraz es autora del libro Educación financiera para todos (2012, editorial NOVUM). Especialista en finanzas personales. Puede seguirla en @CuidaTuMoney (Twitter, Instagram y TikTok)