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El teletrabajo desafía la nueva realidad laboral y las empresas lo entienden, pero… ¿los trabajadores?

La mayoría de las empresas ha tenido que iniciarse en el universo del home office de manera intempestiva, pues el covid-19 las obligó a adaptar toda o una parte de su operación, La pregunta que se deben hacer es ¿lo estamos haciendo bien?.

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La reciente pandemia Covid-19 y sus diversas variables, hace necesario aportar algunas reflexiones vinculadas a los tópicos abordados desde una perspectiva de teletrabajo o de home office, las que, obviamente, son independientes de la pandemia, pero que se han visto acrecentadas, en gran medida, a raíz de la misma.

Para dimensionar el tema, analicemos los datos aportados por la OIT recientemente: “Antes de la pandemia, sólo una fracción de la fuerza laboral trabajaba ocasionalmente desde casa.”

Dentro de la Unión Europea (UE), la incidencia del teletrabajo regular u ocasional (en el hogar y móvil combinados) variaba del 30 por ciento o más en Dinamarca, los Países Bajos y Suecia, al 10 por ciento o menos en la República Checa, Grecia, Italia y Polonia.

Según los estudios, hasta un 20 por ciento de la fuerza laboral de los Estados Unidos hacía lo mismo, un 16 por ciento en Japón y solo 1.6 por ciento en Argentina (Eurofound y OIT, 2019).

Por tanto, al momento de analizar la muy reciente experiencia, podemos observar que el teletrabajo en Latinoamérica y el Caribe, fue impulsado, en muchísimos casos, sin experiencias previas y con altos niveles de improvisación, producto de las restricciones de circulación impuestas en la mayoría de los países, por diversos periodos de tiempo, continuo o intermitentes.

Esto ha traído aparejadas consecuencias de diversa dimensión, tanto a nivel humano de los colaboradores, como a las propias compañías, por lo que se deben realizar algunas reflexiones vinculadas a la forma en que se han manejado tres aspectos centrales:

Higiene y seguridad

Muy pocas compañías realizan inspecciones o verificaciones sobre las condiciones de higiene y seguridad en las cuales, durante muchos meses, trabajan sus colaboradores. Alguien podrá decir: “Bueno, son sus casas”, lo cual no significa nada, ya que lo que puede ser razonable para vivir, puede no serlo para trabajar.

Las empresas deberán prever a futuro y en los nuevos contratos laborales, la posibilidad de inspeccionar los lugares en los cuales el trabajador realiza sus labores y asegurarse de que puedan realizar sus tareas con los mismos estándares de higiene y seguridad que en la empresa, tomando en cuenta lo establecido por la legislación vigente en materia de teletrabajo.

 Instalaciones

Lo mismo vale para los aspectos edilicios del lugar de trabajo, pues hemos visto gente trabajando desde el hogar sin ningún nivel de privacidad o comodidad. La casa es, en esencia, un ámbito familiar que se está transformando para adaptarse como espacio de trabajo.

Para que ello se haga bien, la empresa debe ayudar al empleado a lograr esa adaptación, mediante la asesoría e incluso, la provisión de elementos para generar un adecuado aislamiento, como biombos o similares.

En tal sentido, la OIT en el informe ya mencionado señala: “Hay que destacar que para los padres y cuidadores que trabajan, el cierre de escuelas y de otros centros de atención, ha hecho que el trabajo desde el hogar sea un desafío.

De acuerdo con la última encuesta de Eurofound, entre quienes trabajan desde el hogar como medida de distanciamiento físico, el 26 por ciento vive en hogares con niños menores de 12 años y otro 10 por ciento, con adolescentes de 12 a 17 años (Eurofound, 2020b).

A estos trabajadores les resulta difícil equilibrar sus responsabilidades laborales y de cuidado y están experimentando nuevas dinámicas en la gestión del equilibrio entre el trabajo y la vida privada”.

En tal sentido, debemos recordar la incidencia del lay out físico con la productividad y también con el bienestar, ya que se ha verificado mucha gente muy insatisfecha frente a esta modalidad laboral, lo que en principio no debería ser, ya que la persona, en principio, se “ahorra” los tiempos de traslado y los gastos asociados.

Pero si hay malestar, es por que no se han generado las condiciones para que se perciba el cambio como una mejora efectiva de las condiciones laborales.

 Mobiliario

En la misma línea se encuentra el tema del mobiliario, con gente trabajando en mesas de cocina o con sillas sin ninguna adaptación como elemento de trabajo. Es conocida la necesidad de que el mobiliario cumpla con las condiciones ergónomicas, para evitar enfermedades que, incluso, pueden hacerse crónicas, si dichas condiciones se mantienen en el tiempo. Esto sin duda, no ayuda a la productividad y mucho menos a que el colaborador se perciba cuidado por la empresa.

Cabe señalar que hubo empresas que reaccionaron adecuadamente y suministraron este tipo de elementos a los colaboradores para mejorar sus condiciones laborales y con ello,  su percepción de bienestar, pero la mayoría ha demostrado total indiferencia frente al tema.

 Reflexión final

 Parece oportuno cerrar esta nota con las recomendaciones generales dadas por la OIT sobre el tema del teletrabajo:

“Los trabajadores tampoco deben incurrir en gastos adicionales al realizar su trabajo desde casa. Tienen derecho a obtener de su empleador los equipos y herramientas que les permitan trabajar como si estuvieran en su lugar de labores habitual, sin consecuencias negativas para su rendimiento, eficacia y bienestar.

El trabajo con equipos y herramientas de calidad inferior conduce a una pérdida de la productividad, frustración y, en última instancia, desvinculación de los trabajadores. Por lo tanto, para lograr un nivel de productividad similar al de la oficina, el empleador debe asegurarse de que los teletrabajadores tengan acceso a la tecnología y las herramientas que utilizarían si estuvieran en la empresa o institución”. Sin duda, las empresas tienen un gran desafío por delante.

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El autor es doctor en Dirección de Empresas, Director del Master en Recursos Humanos de ADEN University, USA, Director del Programa de Habilidades Directivas (PHD) de ADEN Business School, profesor, consultor y coach. guatemala@aden.org