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La reinvención del coworking

Con un modelo que busca escalar negocios y espacios seguros, el coworking sigue vigente en 2021.

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Lugares amplios para trabajar son vitales y es una característica que buscan los emprendedores. (Foto Prensa Libre: Freepik)

Lugares amplios para trabajar son vitales y es una característica que buscan los emprendedores. (Foto Prensa Libre: Freepik)

La capacidad de adaptarse o transformarse fueron las claves que ayudaron a los conceptos de espacios colaborativos en Guatemala conocidos como coworking.
Contrario a lo que se proyectaba como un efecto negativo por la pandemia, demostró que la flexibilidad laboral de las empresas impulsaría el interés por buscar un refugio seguro en ese modelo.

Colaborar, compartir y crecer son los pilares fundamentales del coworking, afirma Cristine Wilson, directora de AVE (Antigua Visionary Enterprises, por sus siglas en inglés), quien lidera el proyecto El Cubo, un concepto de espacio colaborativo ubicado en Sacatepéquez, cerca de Antigua Guatemala.
En opinión de Wilson, la pandemia trajo nuevas tendencias. Por ejemplo, la necesidad de espacios profesionales con conexión optima de internet y electricidad, y que sea un lugar seguro.

Otra tendencia son las reuniones de pequeños equipos de trabajo, que por lo general trabajan desde casa, pero cada 15 días o una vez al mes se reúnen para planificar o fijar metas.

El crecimiento profesional se logra por medio de aprovechar alianzas, programación y oportunidades que se brindan en un espacio compartido.
“La interacción personal todavía es clave en muchos procesos. Nos hace falta la separación de trabajo, vida social y casa, por momentos, para poder ser más productivos”, afirmó Wilson.

La compra de pocas membresías fue otra tendencia que adoptaron las empresas para que sus empleados puedan trabajar cuando la casa no es una opción por falla de internet, o algún asunto familiar o de espacio.

En su mayoría, los emprendedores son quienes más usan estos espacios; en especial cuando se encuentran en la etapa de crecimiento y tienen que reducir sus gastos fijos.

Por lo anterior, Wilson sostiene que optar por este modelo tiene la ventaja de “compartir” los gastos de internet de fibra, seguridad, limpieza y otros de manera eficiente mientras se estabilizan.

Capacidad de adaptarse

Los servicios de salas de reuniones para el coworking se incrementaron. Esto se debe a que durante la pandemia no se podían utilizar los cafés o restaurantes, o su uso era limitado. Por esa razón muchas personas optaron por contratar empresas que ofrecen espacios más seguros para sus reuniones de negocios.

Santiago Tizón, director de Innovación y Desarrollo de Calidad Inmobiliaria, dijo que en el edificio Insigne, zona 15, se ubican algunas empresas dedicadas a ofrecer espacios flexibles y cómodos para el coworking que debieron adaptar su modelo de negocio a las necesidades actuales de sus clientes, mejores por su funcionalidad para fomentar interacción.

Con la reapertura muchas empresas desarrollaron estrictos protocolos de seguridad para minimizar el riesgo de contagio con clientes y visitantes. Las salas de reuniones con espacios amplios han sido esenciales para mantener el distanciamiento social, así como las divisiones de acrílico y purificadores de luz Led (Light Emitting Diode, por sus siglas en inglés) y en el aíre acondicionado, resaltó Tizón.

Antes, era común que muchas reuniones se realizaran en cafeterías o restaurantes, pero eso cambió con la pandemia. (Foto Prensa Libre: Freepik)

Oficinas virtuales

Una ventaja que encontraron los emprendedores y algunas pequeñas empresas fue la posibilidad de crear oficinas virtuales, porque a través del espacio colaborativo se obtiene una dirección fiscal y comercial, recepción y manejo de correspondencia, número de teléfono, WhatsApp Business, mensajería y acceso a horas en salas de reuniones, por lo que la demanda de este servicio se incrementó y las empresas tuvieron que implementar nuevo planes acordes a las necesidades de sus clientes, explicó Juan Carlos Aguirre, director de Dynamo Workspace, una de las empresas con espacios para coworking de Insigne, edificio Crece en Condado Naranjo y edificio Urbana, zona 10.

“Nos vimos en la necesidad de permanecer en home office. Sin embargo, los servicios de oficinas virtuales dieron un salto positivo”, comentó.
El hábito de ir a trabajar todos los días a una oficina se ha visto alterado, y cuando un hábito se rompe se puede crear uno nuevo. Es así como los espacios de coworking se pueden aprovechar y consolidarse como una solución ante las nuevas modalidades de trabajo.

La demanda de espacios para coworking se extiende a la provincia

Las áreas de mayor aspiración y plusvalía para los espacios colaborativos se sitúan en zona 10, 15, 4 y Condado Naranjo. Un área que está emergiendo es carretera a El Salvador, ya que para muchas empresas y profesionales independientes el tener una oficina cerca de casa puede representar mucho de tiempo en tráfico. Esto mismo puede ocurrir en zonas periféricas con alto tráfico hacia la ciudad de Guatemala, dijo Juan Carlos Aguirre, director de Dynamo Workspace.

Ese modelo de espacios está prosperando en el país, principalmente en la capital, y es una oportunidad para los emprendedores. En el interior no ha sido tan notorio, aunque ya tienen presencia en Quetzaltenango, y en mayor medida en Sacatepéquez, donde hacían falta más espacios profesionales que contaran con una construcción solidad, flexible y profesional, y un equipo administrativo de alto nivel, puntualizó Cristine Wilson, directora del proyecto El Cubo, que todavía se encuentra en fase de construcción y que espera abrir las puertas a pequeños empresarios con el propósito de apalancar sus negocios.

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