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Los 5 cambios trascendentales que necesitaría el presupuesto 2021

El Gobierno reúne desde hoy a representantes de siete organizaciones sociales, civiles y académicas para hallar una alternativa ajustada al plan de gastos para el próximo año. El reto es —en pocos días— hacer modificaciones en fondos cuestionados y reducir el déficit. En una revisión realista, analistas económicos coinciden en cinco cambios importantes que deben surgir en ese diálogo.

Foto: Carlos Hernández

Foto: Carlos Hernández

Por lo menos cinco grandes planteamientos desde el punto de vista técnico-financiero podrían abordarse en el plan de gasto para 2021, que tienen que ver con la sostenibilidad, la planificación y el buen uso de los recursos públicos.

Para este martes 24 de noviembre fueron convocados centros de pensamiento, representantes de universidades y otros sectores para abordar el presupuesto del próximo ejercicio fiscal. Se plantearon por lo menos cinco ejes que es necesario establecer en esta mesa técnica que convocó el Gobierno, luego del rechazo generalizado al plan de gasto aprobado hace ocho días.

De momento, existe incertidumbre si el pleno del Congreso archiva el presupuesto aprobado el 18 de noviembre –por Q99 mil 700 millones– o queda el presupuesto vigente –que es de Q107 mil 760 millones–, situación que tendrá que aclararse.

En ambos casos se tendrían que hacer correcciones o readecuaciones necesarias que, nuevamente, deberán pasar por la aprobación del hemiciclo. Analistas económicos advierten de un camino complicado si no existe una voluntad política de las bancadas o del Gobierno ante la coyuntura del pasado fin de semana.

La ley establece que el Congreso puede aprobar, modificar o improbar el presupuesto para cada ejercicio fiscal y tiene hasta el 30 de noviembre de cada año. En esta ocasión, la Junta Directiva del Congreso ordenó el archivo a la vez que empezarán las discusiones técnicas con el Gobierno.

Delegados del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (Cien), Asociación de Investigación de Estudios Sociales (Asíes) y del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi), coinciden en que, si queda vigente el presupuesto del 2020 –por Q107 mil 700 millones– deberán hacerse los siguientes ajustes sobre todo en la composición de deuda y el incremento del déficit fiscal.

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1. Reducir el déficit fiscal

Jorge Lavarreda, investigador del Cien, explicó que lo ideal es aprobar una nueva versión para 2021, pero como ahora se está planteando un análisis técnico con la sociedad civil y el Ministerio de Finanzas, lo principal sería abordar el déficit fiscal que para 2020 alcanzaría 5.7% siendo el más alto y rompiendo los esquemas de otros años.

“El tema central es que se tiene que ajustar y nos inclinamos con un presupuesto 2021 con reformas más estructurales a mediano y largo plazo, pero siempre está la opción que el próximo año de hacer ajustes y dentro de las facultades del Congreso de hacer los cambios a solicitud del Ejecutivo. Ahora se tomará el tiempo para hacer los ajustes”, recalcó Lavarreda.

El déficit fiscal —que son los gastos programados que superan los ingresos—, se incrementó en 2020 para atender la emergencia del covid-19 y el Congreso aprobó una serie de medidas de política fiscal en marzo y abril de este año, como una emisión de bonos del Tesoro, préstamos y ampliaciones presupuestarias que superaron los Q35 mil millones.

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2. Oenegés y Cocodes: Gastos injustificados

Luis Linares López, analista de Asíes, dijo que también hay que revisar las asignaciones de gasto, sobre todo para los Consejos Departamentales de Desarrollo (Codedes), y otros rubros que no responden a la emergencia o que son superfluos pero que están cargados en el presupuesto.

Coincide con Abelardo Medina Bermejo, investigador del Icefi, en que se tendrá que ajustar el monto de ingresos tributarios —que se cobran por la vía de impuestos—, y buscar un equilibrio razonable, entre lo que cobra la SAT versus los gastos.

“Hay una partida de gastos en el presupuesto aprobado que es injustificada como en Codedes y un listado de oenegés vinculadas con políticos, que es parte de la molestia generalizada, y que ahora tendrá que hacerse una purga”, enfatizó Linares López.

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3. Ingresos no sobreestimados

Ambos analistas reiteraron que debe hacerse una profunda revisión de los ingresos tributarios y los gastos, hacer las correcciones y que los montos sean razonables para que no exista un desfinanciamiento, aún en un periodo por la crisis del covid-19.

Medina Bermejo afirmó que existe una sobreestimación en la recaudación tributaria para 2021, por unos Q1 mil millones en el impuesto sobre la distribución de petróleo.

De momento, los consultados aseguraron que es difícil construir escenarios si no se cuenta con la certeza de trabajar con el presupuesto vigente o el aprobado por el Congreso, o si es que se avanza en estructurar uno nuevo y que sea conocido el 30 de noviembre, que es el plazo que establece la ley.

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4. Candados para no “desordenar” asignaciones

Edwin Matul, exfuncionario del Banco de Guatemala, reiteró que deben incluirse normas de transparencia que garanticen el buen uso de los recursos y, de ser necesario, hacer un blindaje.

En el caso de las asignaciones en salud para atender la emergencia por la pandemia y aquellos destinados para la reactivación económica, deben blindarse en el sentido que no podrán trasladarse o modificarse.

Lavarreda consideró que una de las fallas que presenta el presupuesto es que no cuenta con una planificación y se necesita avanzar en cambios más integrales.

“Hay debilidades que son recurrentes en los presupuestos, pero ahora se está llegando a ser escuchadas”, reiteró el investigador del Cien.

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5. Ajuste al techo y al financiamiento

Si queda vigente el presupuesto 2020 por Q107 mil 700 millones deberán hacerse los ajustes, dada la composición de deuda.

El presupuesto vigente pondría en aprietos financieros al Gobierno, que deberá hacer las readecuaciones presupuestarias, por lo menos en el primer trimestre del 2021, y deberán trabajar con una estructura financiera planteada en el 2019 —ya que el presupuesto 2020 no fue aprobado—.

“Ellos pueden correr con el tiempo. Si cuentan con voluntad política, pueden aprobar una nueva versión del presupuesto antes del 30 de noviembre”, subrayó Medina Bermejo, analista del Icefi.

Por otro lado, si se confirmara el presupuesto vigente, sería un monto mayor al aprobado hace una semana, comentó Matul.

“El tamaño del presupuesto aprobado la semana pasada es de Q99 mil 700 millones y el vigente es de Q107 mil millones y sube Q8 mil 60 millones, el déficit no se va a ir ni la pregunta de cómo se financiará eso”, se preguntó Matul.

Ambos insistieron en que, aunque el presupuesto es un instrumento técnico, esta situación política está generando altas expectativas, y en la historia reciente no se habría prestado a una complejidad como la de ahora.

“Es un escenario malo, hay una situación difícil y ojalá se pueda aprobar una versión que responda al contexto que se está viviendo, y habría que esperar los resultados de los análisis técnicos de las instituciones convocadas”, concluyó Lavarreda.

ESCRITO POR:

Urias Gamarro

Periodista especializado en macroeconomía, finanzas públicas e infraestructura, con 20 años de experiencia en medios radiales, impresos y digitales.