En cinco años fue elevada a batallón. En 1881, diez años después de la Revolución Liberal, la PN cobró mayor relevancia en el país al integrarse al cuerpo militar que surgía en esa época.
Esta tendencia se mantuvo hasta la dictadura de Manuel Estrada Cabrera, 1898-1920, según el Archivo Histórico.
Esta conexión entre la Policía Nacional y el aparato militar se consolidó en la dictadura de Jorge Ubico, 1931-1944.
“Una ley del 24 de septiembre de 1935 estipuló que formando parte de la fuerza armada la Policía Nacional, a los miembros que sirven en ese cuerpo se les conmutará como servicio militar efectivo el que presten en esa institución, siempre que hubieren cumplido, previamente, con el deber de inscribirse en el Ejército”.
En este período la PN comenzó a velar por el cumplimiento de las leyes que forzaban a los campesinos a trabajar en obras de construcción estatales y en plantaciones privadas.
El derrocamiento de Ubico con la Revolución de Octubre de 1944 abrió la vía para la reestructuración del gobierno con participación civil.
El 15 de noviembre de 1944 la Policía Nacional pasó a llamarse Guardia Civil. Con ello se buscaba revertir la naturaleza represiva que el cuerpo había asumido durante los regímenes despóticos.
El derrocamiento en 1954 de Jacobo Arbenz Guzmán puso fin a esta última. En 1954, en medio de la Guerra Fría, la reconstituida PN reprimió cada vez más. En 1961 se integró a la Interpol, con el fin de capturar a “subversivos comunistas”.
Esto le abrió paso a una Policía Nacional vinculada de lleno a la represión estatal durante los 36 años del conflicto armado interno, de 1960 a 1996.
La PN y la Guardia de Hacienda fueron disueltas como resultado de los Acuerdos de Paz, el último firmado en 1996, y reemplazada por la Policía Nacional Civil.
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