Por tal motivo, los distintos actores políticos no acostumbran a debatir en espacios públicos sus visiones, su ideología ni las soluciones que consideran para los obstáculos que enfrenta el país en áreas como la desnutrición, educación, economía y pobreza, por ejemplo.
En cambio, se centran en realizar actos de propaganda encubierta y promocionar su imagen fuera de los límites que establece la Ley Electoral y de Partidos Políticos (LEPP). Sin embargo, hay actividades que son lícitas para los políticos todo el tiempo.
Mientras que la campaña electoral, entendida como el llamado al voto por parte de un aspirante a un cargo público, únicamente es permitida 90 días antes de la fecha en que se celebren las elecciones generales y hasta treinta y seis horas antes, las actividades de proselitismo son permitidas en todo momento.
La LEPP define proselitismo en su artículo 20, literal h, como “acciones y actividades de formación y capacitación, organización y difusión de su ideología, programa político, propuestas políticas, posiciones políticas, convocatorias y cualquier otra actividad referida al funcionamiento de las organizaciones políticas”.
La ley consagra esto como un derecho de las organizaciones políticas y por lo tanto no pueden ser censurados por ninguna autoridad.