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Cómo las tensiones invaden las escuelas estadounidenses

Julio y agosto siempre fueron los meses más tranquilos del año escolar. No esta vez.

En el Condado de Williamson, Tennessee, manifestantes afuera de una reunión de la junta escolar en agosto gritaban: “¡No más tapabocas! ¡No más tapabocas!”.

En el Condado de Loudoun, Virginia, un debate sobre los derechos de las personas transgénero atrajo a multitudes vociferantes a las reuniones de la junta escolar este verano, culminando en un duelo de mítines. La junta aprobó una política que permite a estudiantes transgénero unirse a equipos deportivos que coincidan con su identidad de género y requiere que los maestros usen los pronombres de los estudiantes transgénero.

Las escuelas ya enfrentaban una crisis de proporciones históricas. Están reabriendo justo cuando la variante Delta está arrasando por las comunidades. Necesitan crear un ambiente seguro, mientras ayudan a los niños a sortear épocas traumáticas.

Y luego están las brechas educativas. Para muchos de los 56 millones de escolares del País, ha sido un año de pérdida de aprendizaje y aumento de desigualdades.

Pero en este momento crítico, muchos funcionarios escolares se ven envueltos en batallas muy partidistas, que los distraen de los problemas más urgentes. El ambiente tenso se produce en medio de un creciente movimiento para revocar el mandato de funcionarios de las juntas escolares por todo, desde enseñanzas sobre la raza hasta el cierre de las escuelas.

Difícilmente es esta la primera vez que el aula se ha convertido en el centro de contienda civil. Desde la enseñanza de la evolución en la década de 1920 hasta el impulso por la eliminación de la segregación escolar en la década de 1950, las escuelas en EU a menudo han sido un nexo para importantes conflictos sociales.

Un reto para padres, familia y autoridades

“Las escuelas son espacios particularmente tensos porque representan un reto potencial a la familia y la autoridad de los padres”, dijo Natalia Mehlman Petrzela, profesora asociada de historia en la New School de la Ciudad de Nueva York.

El debate sobre los mandatos de los cubrebocas pone en conflicto dos valores: la responsabilidad colectiva vs. la libertad personal. Y un examen de la historia de racismo del País desafía las ideas preciadas sobre la fundación de Estados Unidos.

Al menos nueve Estados han prohibido o anulado los mandatos de cubrebocas en las escuelas, incluyendo Texas, donde el Gobernador Greg Abbott, un republicano, está enfrascado en una amarga pelea con los distritos escolares locales que desafían abiertamente su orden.

Las batallas han sido particularmente agudas en Florida, donde el Gobernador republicano, Ron DeSantis, ha intentado retener los fondos de las escuelas que imponen mandatos de cubrebocas.

“Quiero que mi hijo vaya a la escuela libre y sin tapabocas”, gritó una mujer a un funcionario en el Condado de Broward el mes pasado, mientras los manifestantes sostenían carteles que decían “Mi Cuerpo, Mi Elección” y “Cubrebocas = Abuso Infantil”.

Al mismo tiempo, al menos 28 Estados, en gran parte controlados por republicanos, han tomado medidas para restringir la educación sobre raza e historia. Otros 15 Estados, en su mayoría gobernados por demócratas, buscan expandir la educación racial, reporta Chalkbeat, un medio de noticias educativo sin fines de lucro.

Racismo a niveles sistémicos

Gran parte del debate se ha centrado en la teoría crítica de la raza, un concepto académico avanzado que analiza el racismo a niveles sistémicos y que generalmente no se imparte hasta la universidad.

Detrás de algunos de estos debates hay preguntas sobre qué es apropiado para los niños de acuerdo a su edad. ¿Es aceptable enseñar a los alumnos más jóvenes de primaria sobre asesinatos policiales y racismo sistémico? ¿Qué pasa con la identidad de género?

Marcus Belin, un director negro de una escuela secundaria mayoritariamente blanca en Huntley, Illinois, describió la reacción el año pasado a una tarea que incluía un extracto de “The Hate U Give”, un libro sobre una adolescente negra que es testigo cuando un oficial de policía blanco le dispara fatalmente a su amigo negro.

En una reunión reciente de la junta escolar, una madre de familia que dijo ser oficial de policía se quejó de que la tarea era inapropiada y unilateral. “Quiten los cubrebocas a nuestros hijos y dejen de dividirnos con teoría crítica de la raza”, dijo, despertando vítores.

Belin se preparaba para una crisis de salud mental después de más de un año de aprendizaje remoto e híbrido. Y le preocupa la variante Delta del coronavirus.

“Es como estar en el ojo de una tormenta”, dijo.

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