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El fallo no es más que el inicio: ambos lados en la lucha sobre el aborto se movilizan

La decisión de la Corte Suprema ha acentuado el enfrentamiento entre ambas posturas acerca de la lucha por el aborto.

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Manifestantes se reúnen frente al edificio del Tribunal Supremo en Washington, el domingo 26 de junio de 2022. (Foto Prensa Libre: Shuran Huang /The New York Times)

Manifestantes se reúnen frente al edificio del Tribunal Supremo en Washington, el domingo 26 de junio de 2022. (Foto Prensa Libre: Shuran Huang /The New York Times)

El fallo de la Corte Suprema que revoca la sentencia de Roe contra Wade ha desatado un frenesí de actividad en ambos lados de la lucha por el aborto. Por un lado, las fuerzas antiaborto juran que buscarán la forma de instituir prohibiciones al aborto casi absolutas en todos los estados del país y, por el otro, los grupos a favor del aborto insisten en que volcarán su rabia por la decisión hacia organizar manifestaciones, pelear en los tribunales y presionar al gobierno de Biden a fin de que haga más para proteger los derechos a la interrupción del embarazo.

La corte explicó que su sentencia era necesaria por la acerba controversia nacional de medio siglo que había desatado Roe, según sus palabras, pero su decisión provocó una inquina más inmediata y generalizada que el fallo original y, como consecuencia, ha garantizado batallas intensas y una división extraordinaria para el futuro.

Las maniobras ya han empezado.

En Florida, donde la legislatura hace poco aprobó una prohibición a la interrupción del embarazo pasadas las 15 semanas, los legisladores presionaron al gobernador Ron DeSantis para que convocara a una sesión nueva en la que se discutiría la prohibición al aborto después de las seis semanas de gestación.

El Comité Nacional del Derecho a la Vida promovió un modelo de legislación para que los estados implementen prohibiciones y renovó sus llamados hacia su objetivo original, más ambicioso, de una enmienda constitucional que prohíba el aborto en todo el país. Este y otros grupos antiabortistas también se comprometieron a buscar castigo para los fiscales que han dicho que no sancionarían a quienes violen la prohibición al aborto.

Se comprometieron a tomar otros pasos para limitar el acceso al aborto, incluyendo promover legislación que prohíba que la gente cruce líneas estatales para interrumpir su embarazo con fármacos o métodos quirúrgicos.

Los grupos que defienden el derecho al aborto volvieron a los tribunales con una audiencia el lunes con la que buscan una orden judicial para impedir que entre en vigor la prohibición de las 15 semanas en Florida. Prometieron luchar en los tribunales por las llamadas prohibiciones gatillo que entraron en vigor el viernes tras el fallo de la Corte Suprema.

En Ohio, Freda Levenson, directora legal de la Unión Estadounidense de Libertades Civiles de Ohio, dijo el domingo que su organización y Planned Parenthood de Ohio presentarían una demanda a principios de esta semana para que no se implementan las prohibiciones al aborto en el estado, argumentando que la interrupción del embarazo es un derecho protegido por la Constitución de Ohio.

La Marcha de las Mujeres prometió protestas callejeras durante lo que llamó un “verano de rabia” y dijo que en las elecciones primarias respaldaría las candidaturas de opositores a los demócratas que considera cómplices del nombramiento de la mayoría conservadora de la Corte Suprema.

El lunes, se espera que los legisladores del estado de California pongan en la papeleta una enmienda constitucional estatal que proteja explícitamente los derechos reproductivos. En Míchigan, donde la gobernadora Gretchen Whitmer ha presentado una demanda para impedir que entre en vigor una prohibición del aborto de casi un siglo de antigüedad, los activistas estaban recogiendo firmas para una iniciativa electoral que consagraría en la Constitución del estado el derecho a la interrupción del embarazo.

“Vamos con todo, usaremos todas las herramientas”, comentó Whitmer, una demócrata en el programa Face the Nation With Margaret Brennan. “Este es un momento para pelear a morir”.

Los partidarios del derecho al aborto quizá se animen ante lo que parece ser una amplia desaprobación pública del fallo publicado el viernes. Una encuesta de CBS News/YouGov realizada inmediatamente después de que la corte emitiera su decisión muestra que los estadounidenses lo consideraron un “retroceso” para la nación, con un margen de más de 20 por ciento.

Casi el 60 por ciento de los estadounidenses y dos tercios de las mujeres reprobaban el fallo, según la encuesta. El 58 por ciento dijo que aprobaría una ley federal que hiciera legal el aborto.

Y el 56 por ciento de las mujeres encuestadas dijo que el fallo empeoraría la vida de las mujeres, mucho más que el 16 por ciento que dijo que mejoraría la vida de las mujeres.

Pero los opositores al aborto, que celebran su mayor victoria en los casi 50 años transcurridos desde Roe, se sintieron como si los vientos estuvieran a su favor.

Kristan Hawkins, presidenta del grupo antiabortista Students for Life of America, dijo que su principal objetivo ahora sería impedir que las mujeres embarazadas obtengan píldoras abortivas para eludir las prohibiciones. También ha debatido una propuesta de ley, inspirada en una ley de Texas que desde septiembre prohíbe el aborto después de las seis semanas, la cual permitiría a los ciudadanos de a pie demandar a cualquiera que preste servicios de aborto a través de las fronteras estatales.

“A la larga nuestra misión en el movimiento provida es que el acto de interrumpir el embarazo sea impensable y que para nada esté disponible en nuestra nación”, afirmó Hawkins.

Las olas de alegría y rabia que se desencadenaron inmediatamente después de la decisión del viernes continuaron durante todo el fin de semana, en las emisoras, en los púlpitos y en las protestas bajo el sofocante calor del verano.

Un millar de manifestantes con pancartas y cánticos se opusieron a la decisión de la corte frente al Capitolio estatal de Oklahoma City, donde el gobernador Kevin Stitt, republicano, firmó el mes pasado una de las prohibiciones del aborto más estrictas del país, en previsión de que el tribunal anulara Roe.

Cientos de personas acudieron a apoyar el derecho a la interrupción del embarazo en concentraciones en Birmingham, Huntsville y Montgomery, en el muy conservador estado de Alabama. Los líderes de la concentración frente al juzgado del condado de Madison, en Huntsville, instaron a la multitud a no prestar atención ni interactuar con un grupo de manifestantes antiabortistas que intentaron interrumpir la reunión.

Las reprobaciones de la sentencia judicial resonaron en los actos que cerraban el mes del Orgullo Gay en todo el país. Un contingente de simpatizantes de Planned Parenthood encabezó el bullicioso desfile del Orgullo en el centro de Manhattan, coreando: “¡Álzate por el derecho al aborto!”. En el acto del Orgullo en San Francisco, un supervisor de la ciudad, Rafael Mandelman, dijo a la multitud que, aunque podían festejar durante el día: “¡Mañana tenemos trabajo que hacer!”. Incluso quienes viven en California, añadió, podían hacer campaña por los candidatos al Congreso en otros estados.

“Si vamos a cambiar lo que ocurrió el viernes, todos tenemos que trabajar”, sostuvo. “Podemos tocar puertas y podemos elegir a demócratas y podemos proteger a demócratas”.

Para muchos conservadores, el domingo fue un día para celebrar.

En la Iglesia Bautista de Austin, Texas, el reverendo Jonathan Spencer dedicó sus dos sermones matinales a celebrar la decisión del tribunal.

“Me regocijo con el Señor en su gracia y misericordia por ayudarnos a eliminar lo que yo creo que era una de las grandes tragedias de nuestra generación”, les dijo a sus feligreses, afirmando que más de 63 millones de niños habían sido asesinados desde Roe por el aborto.

“Esto no termina con la lucha”, afirmó. “La interrupción del embarazo sigue en pie y la gente seguirá sometiéndose a estos procedimientos”.

Su mensaje fue bien recibido por la congregación. “Me pareció que dio en el clavo”, comentó Dawn Church, de 49 años. Sobre la decisión de la corte, dijo: “Estoy extasiada”.

En la Iglesia de la Hermandad, situada en una carretera rural de Jefferson Township, Ohio, la congregación está dividida a medias entre miembros negros y blancos, con un puñado de feligreses latinos. Una parte del servicio se celebra en español. Y aunque las posturas de la iglesia han sido progresistas por lo general, los miembros se enorgullecen de fomentar la diversidad de opiniones.

“Estoy totalmente a favor del veredicto de la Corte Suprema. No creo en dañar a niños inocentes”, expresó Sharon Sampson.

Terri Griffith dijo: “Siento mucha desilusión. Esta Corte Suprema es peligrosa”.

Sin embargo, los que estaban en lados opuestos habían rendido culto juntos y habían compartido la comida después del servicio. Jan Putrell, de 68 años, también estaba allí. Aunque se describió a sí misma como una “progresista radical” en muchos temas sociales, indicó que el aborto no encajaba en este tipo de categorías fáciles.

“Necesitamos un tiempo de discernimiento”, señaló, “para reflexionar sobre el veredicto”.