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Los tanques que están complicando a Occidente

Hasta ahora, en el nuevo paquete de armas faltan estos vehículos de fabricación estadounidense y alemana que los líderes de Ucrania dicen que necesitan desesperadamente.

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Un tanque ucraniano en las afueras de la ciudad de Bakhmut, Ucrania, el 13 de diciembre de 2022. (Foto Prensa Libre: Tyler Hicks/The New York Times)

Un tanque ucraniano en las afueras de la ciudad de Bakhmut, Ucrania, el 13 de diciembre de 2022. (Foto Prensa Libre: Tyler Hicks/The New York Times)

Canadá enviará 200 vehículos blindados de transporte de personal. El Reino Unido donará 600 misiles. Suecia regalará sistemas de artillería y vehículos blindados. Y en uno de sus mayores compromisos con la seguridad desde el comienzo de la guerra, Estados Unidos declaró el jueves que iba a enviar unos cien vehículos de combate adicionales para ayudar a Ucrania a repeler los avances rusos.

Sin embargo, hasta ahora, en el nuevo paquete de armas que los representantes de los Estados de la Otán ratificarán el viernes en la Base Aérea de Ramstein en Alemania faltan los tanques de fabricación estadounidense y alemana que se necesitan con urgencia en Ucrania, según el liderazgo de ese país, un asunto que se espera que tenga un papel protagónico en las conversaciones.

Durante meses, se ha gestado el debate sobre si alguno de los dos países permitirá que sus tanques entren en los campos de batalla ucranianos. No obstante, después de que la semana pasada las autoridades británicas anunciaron el envío de un pelotón de tanques Challenger 2 a Ucrania, han aumentado las exigencias para que Berlín y Washington hagan lo mismo de inmediato.

Ben Barry, experto en guerra terrestre del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos en Londres, comentó que la campaña de presión de Ucrania y sus vecinos inmediatos en Europa del Este recordaba una lección de la Segunda Guerra Mundial, cuando EE. UU. suministró al ejército británico de tanques Sherman para rechazar a las fuerzas enemigas en Europa y el norte de África.

Ahora, según Barry, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, apuesta por una solicitud similar.

“Es el mismo mensaje: ‘Dennos las herramientas y acabaremos el trabajo’”, opinó Barry.

A continuación, un vistazo al debate sobre el envío de tanques a Ucrania.

La importancia de los tanques para Ucrania

Después de las batallas campales por el control del territorio durante el año pasado, las autoridades señalaron que estaba claro que los tanques serían cruciales para hacer retroceder a las fuerzas rusas. Esto ha cobrado mayor importancia este invierno, debido al escaso margen con el que dispone Ucrania para sacar ventaja antes de que Rusia despliegue cientos de miles de soldados recién reclutados en una ofensiva que se espera para la primavera.

El general Valeri Zaluzhni, el comandante militar de más alto rango en Ucrania, ha declarado que sus fuerzas necesitan unos 300 tanques de Occidente para cambiar la situación en las batallas por las ciudades y pueblos de las provincias orientales de la frontera con Rusia que se han disputado con tanta fiereza.

Durante el último año, los aliados de la Otán en Europa del Este suministraron a Ucrania de tanques de la era soviética y de fabricación rusa que se han desgastado o han sido destruidos en los combates constantes. Durante mucho tiempo, EE. UU. y sus aliados europeos más cercanos que temían las represalias rusas consideraron que suministrar tanques de combate sofisticados —uno de los símbolos más poderosos de la guerra— era un límite que no debían cruzar.

Sin embargo, el debate cambió este mes, cuando Francia, Alemania y EE. UU. anunciaron sus planes de enviar, por primera vez, vehículos blindados de combate a Ucrania para ayudar en la agotadora guerra terrestre. Días después, el Reino Unido anunció que enviaría a Ucrania un pelotón de tanques de combate Challenger 2 y que algunos llegarían dentro de unas semanas.

Esto aumentó la presión sobre otros aliados —en particular, Alemania y EeE. UU.— para que asumieran la responsabilidad.

¿Por qué Alemania es tan reacia a enviar tanques?

Durante mucho tiempo, Alemania se ha negado a enviar sus armas más potentes a países en conflicto, un resultado colateral de su legado tras haber iniciado la Segunda Guerra Mundial. Esto incluye la prohibición de exportar sus tanques Leopard 2 a Ucrania, incluso los vendidos a otros ejércitos.

La reticencia también refleja una fuerte división entre los alemanes —como indican las últimas encuestas— sobre el envío de tanques de combate a Ucrania, a pesar del apoyo generalizado al suministro de otras armas.

El canciller alemán, Olaf Scholz, ha dicho en repetidas ocasiones que no “actuará solo” cuando se trate del envío de armas a Ucrania y que únicamente actuará de común acuerdo con sus aliados.

En la práctica, eso ha significado más bien que no actuará sin Washington. Esta semana, autoridades alemanas señalaron que Scholz ha insistido en que Berlín no enviará ninguno de sus tanques Leopard a menos que EE. UU. también envíe sus tanques M1 Abrams.

Lo que todavía no está claro es si Scholz permitiría a otras naciones enviar sus Leopard sin enviar él ninguno. Polonia y Finlandia ya han dicho que donarían los tanques de sus reservas si Berlín expide licencias para reexportarlos.

Los expertos creen que al menos trece ejércitos europeos utilizan unos dos mil tanques Leopard 2 de fabricación alemana.

Un legislador alemán familiarizado con el debate sobre el envío de las armas afirmó que, hasta el momento, ninguna nación europea le ha pedido formalmente a Berlín que permita el envío de sus tanques Leopard a Ucrania. El legislador alemán también describió a los aliados como reticentes a enviar los tanques a menos que Berlín se sume a ellos en una muestra de unidad contra Rusia.

¿Washington enviará tanques de fabricación estadounidense a Ucrania?

Según dos funcionarios de defensa estadounidenses, no se espera que eso suceda pronto, si es que ocurre alguna vez.

El jueves, funcionarios estadounidenses dijeron que enviarían a Ucrania unos cien vehículos de combate adicionales conocidos como Strykers y Bradleys. Esto se suma a los 50 vehículos de combate Bradley que EE. UU. prometió a inicios de este mes.

Un alto funcionario del gobierno mencionó que los nuevos vehículos no tenían como objetivo aplacar las demandas de tanques desde Ucrania, sino, más bien, proporcionar otros equipos que podrían ser útiles en el campo de batalla.

Desde hace tiempo, el gobierno de Biden ha afirmado que los tanques M1 Abrams de fabricación estadounidense —con sus necesidades de combustible específico, mantenimiento frecuente y piezas de repuesto, transporte y entrenamiento— no son adecuados para combatir en el este de Ucrania, donde las líneas de suministro podrían interrumpirse con facilidad.

El jueves, Sabrina Singh, vocera del Pentágono, les dijo a reporteros que “simplemente no tiene sentido” enviar tanques Abrams a Ucrania “en este momento” porque consumen combustible para avión y son difíciles de mantener. Agregó que los alemanes deben decidir por sí mismos sobre los Leopard 2.

En términos más generales, a las autoridades les preocupa que los tanques estadounidenses sean vistos como una señal de recrudecimiento por parte de EE. UU., un paso arriesgado para una superpotencia mundial que busca evitar un conflicto más amplio. No obstante, Max Bergmann, exdiplomático estadounidense y experto en seguridad europea y rusa del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales de Washington, señaló que Washington ya había cruzado esa línea con el envío de misiles guiados de precisión y otro armamento avanzado.

“Es una especie de síndrome de la rana hervida”, opinó Bergmann el jueves. “Ya recrudecieron al aumentar el límite de lo que podían recrudecer”.

Las autoridades estadounidenses también insisten en que no han presionado a Alemania para que permita que los tanques Leopard vayan a Ucrania y, el jueves, el secretario de Defensa, Lloyd Austin, elogió al gobierno de Berlín por “ser un firme defensor de nuestros aliados y valores”.

Sus comentarios, en Berlín, se dieron antes del viernes, cuando ocurrió la reunión de las naciones que están enviando armas y otro tipo de apoyo militar a Ucrania. Con el nuevo ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, a su lado, Austin no dio ningún indicio en torno a si a final de cuentas Alemania iba a permitir que los tanques siguieran adelante o si el debate seguiría estancado.

“Seguiremos apoyando a Ucrania y a su pueblo en su resistencia en contra de la agresión rusa y en la defensa de su territorio soberano”, declaró Austin.