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Dejan atrás apartheid cintas sudafricanas

En Sudáfrica, donde la industria cinematográfica local durante décadas ha sido financiada por y complacido a la minoría blanca del País, el nuevo financiamiento ha apoyado a los cineastas negros.

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Ama Qamata, que estelariza la cinta “Blood and Water”, en el foro de una telenovela en Johannesburgo. (Joao Silva/The New York Times)

Ama Qamata, que estelariza la cinta “Blood and Water”, en el foro de una telenovela en Johannesburgo. (Joao Silva/The New York Times)

JOHANNESBURGO — Uno de los principales productores cinematográficos de Sudáfrica miraba un monitor con ojos entrecerrados mientras el silencio se apoderaba del equipo técnico. Las cámaras enfocaron a una actriz que interpretaba a una corredora de bellas artes elegantemente vestida que ofreció una sonrisa enigmática cuando un viejo amor entró a su galería.

Es la escena con la que abre una nueva película de Netflix sobre mujeres negras muy poderosas, riqueza y vida urbana moderna en Johannesburgo, una en una avalancha de producciones de una nueva generación de cineastas sudafricanos. Están contando sus propias historias, ampliando la mirada a un País después de una generación de películas definidas por el apartheid, la pobreza y la lucha.

“La gente tiene lo que llamamos agotamiento del legado, del cine del apartheid”, dijo Bongiwe Selane, el productor. “La generación de ahora no lo vivió, realmente no se identifica con ello. Quieren ver historias sobre sus experiencias ahora”.

Esas historias se han visto impulsadas por la reciente inversión de servicios de streaming como Netflix y su rival con sede en Sudáfrica, Showmax, que están compitiendo para atraer públicos en todo el continente africano y más allá, e invirtiendo millones en producciones de cineastas africanos.

En Sudáfrica, donde la industria cinematográfica local durante décadas ha sido financiada por y complacido a la minoría blanca del País, el nuevo financiamiento ha apoyado a los cineastas negros.

Las primeras producciones sudafricanas de guión a pantalla de Netflix —el thriller de espías “Queen Sono” y “Blood and Water”, un drama adolescente sobre una preparatoria privada de élite— encabezan las listas internacionales del gigante del streaming.

“Sé que, particularmente en Estados Unidos, mucha gente se emocionó al ver a una chica negra de piel muy oscura interpretar un personaje principal en Netflix”, dijo Ama Qamata, de 22 años, estrella de “Blood and Water”, una tarde reciente en Johannesburgo en el foro de una telenovela local.

Personal gritaba por walkie-talkies para preparar la escena del día: una mujer en un funeral cae accidentalmente en la tumba del hombre que está acusada de matar. “Exagerado, pero al público le encanta”, dijo Janine Wessels, una encargada de producción.

En los 30 años transcurridos desde el apartheid, el cine sudafricano ha sido moldeado por su legado. Pero el País ha experimentado importantes cambios demográficos y económicos. Los primeros sudafricanos que crecieron después del apartheid son ahora adultos y hacen valer su voz en las redes sociales y en los lugares de trabajo. Y una creciente clase media negra ha estado ansiosa por verse reflejada en la pantalla.

“Nos buscan a los sudafricanos por nuestra perspectiva y nuestras ideas”, dijo Jahmil X. T. Qubeka, un cineasta.

2021 The New York Times