Salud y Familia

Oír bien es una necesidad

La pérdida de audición o hipoacusia es altamente prevalente en la sociedad. Ya en el momento de llegar al mundo, cinco de cada mil recién nacidos presenta este problema, porcentaje que se incrementa a lo largo de la vida hasta alcanzar cifras muy elevadas en las personas mayores.

A pesar de que la hipoacusia es una discapacidad muy frecuente, es socialmente poco visible. Por lo general tiende a ser ocultada por las personas que la padecen, que acaban por aislarse del resto de la sociedad.

Este padecimiento afecta la capacidad para comunicarse y aprender de los seres humanos. Estas consecuencias son especialmente dramáticas cuando la hipoacusia se instaura en los primeros momentos de la vida de los niños.

“Su detección temprana, a través de los programas de cribaje —aplicación de pruebas para detectar de forma precoz enfermedades o alteraciones— neonatal de la hipoacusia, han contribuido a diagnosticarla y tratarla pronto, proporcionando así excelentes resultados”, asegura Manuel Manrique, especialista en otorrinolaringología de la Clínica Universidad de Navarra.

¿Qué hacer?

Afortunadamente son numerosos los avances que se han producido en el tratamiento de las diferentes formas de la hipoacusia.

Hoy es posible reparar quirúrgicamente las lesiones que afectan al conducto auditivo, a la membrana timpánica y a los huesecillos del oído medio mediante técnicas de timpanoplastia.

Como alternativa a esta operación o cuando esto no es factible, la colocación de un implante de conducción de vía ósea o un implante activo de oído medio representan excelentes opciones para la recuperación auditiva. Cuando se trata de hipoacusias neurosensoriales vinculadas con trastornos de la cóclea, sea cual sea la intensidad de la pérdida auditiva, se trate de menores o de personas mayores, existen eficaces ayudas auditivas capaces de mejorar la calidad de vida.

“El trabajo en equipo de profesionales bien cualificados es esencial a la hora de elegir y aplicar la forma de tratamiento más adecuado, que puede ir desde la adaptación de audífonos a la colocación de implantes cocleares o implantes auditivos de tronco cerebral”, resalta Manrique.

Importante

El éxito de cualquier tratamiento dependerá de la detección temprana y el seguimiento que se le dé. Asimismo, es fundamental que los padres de familia identifiquen desde los primeros meses los signos que puedan señalar hipoacusia, entre estos que los bebés no se sobresalten ante sonidos fuertes, que no sigan con su cabeza los sonidos de sonajeros o cuando se les hable, por ejemplo.

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