Presidente Jimmy Morales reprueba evaluación, revela Encuesta Libre

Ocho de cada 10 encuestados consideran que Morales no ha desarrollado una buena labor durante su administración.

El presidente Jimmy Morales Cabrera. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)
El presidente Jimmy Morales Cabrera. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

El último año de gestión del presidente Jimmy Morales arroja números rojos en cuanto a la evaluación de su trabajo, la credibilidad de sus declaraciones y el cumplimiento de sus promesas de campaña.

Después de tres años de gobierno, el trabajo de Morales como presidente es aprobado por solo el 19 por ciento de los entrevistados en la Encuesta Libre 2019, y recibe la desaprobación del 81 por ciento restante.

De igual forma, la gestión del vicepresidente Jafeth Cabrera es desaprobada por el 84 por ciento de los entrevistados y considerada como positiva por el restante 16 por ciento.

La carrera política del actual mandatario incluye una derrota en su postulación al cargo de alcalde de Mixco, en 2011, y una sorpresiva victoria en una  primera carrera por la presidencia en el 2015, encabezando el partido Frente de Convergencia Nacional (FCN-Nación).

Morales, quien  renegó de su condición de político en los pasados comicios y capitalizó el descontento ciudadano contra la clase política, ha visto erosionada su credibilidad.

Solo ocho de cada cien encuestados dice creer “todo o la mayor parte” de lo que el mandatario dice, mientras que casi la mitad afirma “no creer nada de lo que dice” y 43 por ciento, “creer poco”.

Los números rojos para el presidente aumentan cuando  a los ciudadanos  se les pregunta si consideran que ha cumplido con sus promesas de campaña.

Nueve de cada 10 considera que no lo ha hecho y solo uno de cada 10 piensa que sí.

Expectativa y realidad

En una encuesta publicada por Prensa Libre el 7 de septiembre de 2015, en el marco de la primera vuelta de las elecciones presidenciales de ese año, los entrevistados eligieron como la principal cualidad para el futuro presidente la honestidad, con   58 por ciento de las respuestas.

Para la segunda vuelta en esa misma elección, en una nueva encuesta, publicada el 21 de octubre de 2015, los dos principales factores elegidos por los entrevistados para brindar su voto a Morales fueron “no tiene malos antecedentes”, con 32 por ciento de respuestas positivas, mientras que 27 por ciento le daba su apoyo por considerarlo “honesto, confiable o sincero”.

En esa oportunidad, además, se evaluaron las expectativas que los electores tenían sobre el entonces candidato Jimmy Morales.

A la pregunta “¿Qué tan buen gobernante cree que sería?”, 58 por ciento indicó que “excelente/bueno”, un 35 por ciento, “regular”, y solo un 7 por ciento, “malo”.

Balance de resultados

La evaluación del presidente difiere de los resultados obtenidos en la valoración general del Gobierno.

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 A la pregunta “¿Cómo evalúa la gestión del gobierno actual”, el ocho por ciento indicó que buena;  el 37 por ciento, aceptable; y el 55 por ciento, mala.

El 45 por ciento de los encuestados oscila entre una calificación de aceptable  y buena  para el Gobierno, mientras que solo un 19 por ciento califica como “buena” la labor del actual mandatario.

Rubén Hidalgo, director del Instituto Centroamericano de Estudios Políticos (Incep), opina que la mala valoración del mandatario responde sobre todo a su “ensimismamiento” —aislamiento de todo lo que lo rodea— en el tema “de la transparencia y rendición de cuentas, que representa el futuro de la Cicig (Comisión  Internacional Contra la Impunidad en Guatemala) en el país”.

A criterio del politólogo, este es el aspecto que más ha desgastado la imagen presidencial.

La Encuesta Libre 2019 muestra  que la continuidad de la Cicig reunía la aceptación del 72 por ciento de la población, con leves variaciones por edad, sexo, región y grupo socioeconómico.

Hidalgo ubica en un segundo plano, para la evaluación negativa de Morales, “las falencias evidentes en los servicios públicos. Al brindar o prestar de manera deficiente atención a temas como el mantenimiento de las carreteras”, señala el experto.

La politóloga independiente Gabriela Carrera coincide en que la disputa por la Cicig es el mayor factor de desgaste para Morales.

“Estos resultados son coherentes con encuestas anteriores, que reafirman cómo desde el primer año de gobierno hay una cierta incredulidad de la ciudadanía al presidente. Muestra un rechazo profundo a un Jimmy Morales del cual no se sabe qué calificar”, afirmó.

“Desde las últimas embestidas a la Cicig, uno ha dejado de ver al presidente y pareciera que ese —el conflicto con la Comisión— fuera su único tema de trabajo”, comentó Carrera.

Las tensiones entre el gobernante y la Cicig se dispararon a partir de septiembre de 2016, luego de que su hijo   José Manuel Morales Marroquín y su hermano Samuel Everardo Morales fueran relacionados por primera vez con el caso Botín Registro de la Propiedad, una investigación del Ministerio Público, con asistencia de la Cicig.

Como otros elementos que se pueden tomar en cuenta para la evaluación negativa del mandatario, Carrera apunta “la ausencia de una política social y económica” y el “rechazo que genera el considerarlo como parte del Pacto de Corruptos” que opera desde el Congreso”, señala la politóloga.

Credibilidad

Un apartado especial de la encuesta contiene  los números negativos en credibilidad que registra el mandatario en relación con la fe en sus palabras.

El 49 por ciento de los encuestados no cree en nada de lo que dice el presidente, mientras que  43 por ciento le cree poco, para sumar 92 por ciento de desconfianza en sus declaraciones; es decir, nueve de cada 10 consultados.

Apenas un ocho por ciento dice creer en todo o la mayor parte de lo expresado por Morales.

A criterio del politólogo Hidalgo, este resultado es  reflejo de una débil estrategia de comunicación por parte del Gobierno.

“Al abordar solo los temas que a él —Morales— le interesan y no los que son de interés nacional, se  debilita su imagen, se percibe que es un discurso controlador, y manipulador en muchos casos, y que busca no enfrentar la verdad o realidad, aunque esta sea dolorosa. Eso hace que sea poco o nada creíble”,  comentó Hidalgo.

La politóloga   Carrera indicó:  “Cuando uno recupera las encuestas de cultura política en Guatemala, la confianza es una de las más afectadas;  se ha registrado —cómo— se rompe la confianza entre la política y la sociedad. Me sorprende que haya todavía quienes le crean un poco,  el 43 por ciento”.

Para Carrera,  un elemento importante en la erosión de la credibilidad del presidente ha sido que él mismo “se ha vuelto un portavoz del discurso de polarización —de la sociedad— que se ha repetido en el Congreso y entre funcionarios como la ministra —de Relaciones Exteriores— Sandra Jovel”.

“También hay que agregarle el factor de la poca seriedad en las declaraciones públicas —del Presidente—, que rozan la burla”, expuso.

Efectos al sistema

Más allá de los efectos que tiene para el presidente  esta evaluación negativa en los menos de 10 meses de gobierno que le quedan, ambos politólogos coinciden en  que la falta de credibilidad tiene consecuencias en el sistema político.

“La población debe recapacitar en que no solo basta aparentar ser sincero, honesto, sino también —el candidato— debe tener capacidad y experiencia demostrada en la conducción de proyectos idealmente de gestión pública. Y no solo  afincar las esperanzas por las  apariencias”, dijo Hidalgo.

Carrera también destaca que la pérdida de credibilidad en Morales puede dañar a nuevos agentes políticos que busquen incursionar en cargos públicos y ganar la confianza del electorado, “porque a cualquier persona nueva, que no venga de la política, ya no se le tiene confianza”.

La politóloga señala que la  preocupación por este tema no está centrada “en Jimmy Morales por Jimmy Morales, que es parte de la cooptación del Estado”, sino porque defrauda a las movilizaciones de 2015, que contribuyeron a su elección, al considerarlo alguien fuera del sistema.

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