Rina, me pareció muy acertada su opinión sobre el caso del jueves recién pasado, lo que me motivó a solicitarle su colaboración. Mi esposa y yo llevamos seis años de casados y tenemos dos hijos, pero en estos años hemos pasado por múltiples problemas y dificultades, a tal punto de llegar casi a separarnos.
Por esta razón, yo necesito saber de un consejero de parejas que pueda ayudarnos a normalizar nuestra convivencia; si usted puede recomendarnos uno, se lo voy a agradecer. De preferencia que sea una persona de religión cristiana, pues aunque nosotros no asistimos a ninguna iglesia, ambos creemos en el poder de Dios. Gracias por atender mi mensaje. Estaré a la espera de su respuesta.
Amigo: En este corto mensaje, lo importante es que hay un hombre que no quiere perder su hogar y busca los medios para salvar su matrimonio. Ojalá que muchas parejas que atraviesan problemas conyugales, busquen clínicas matrimoniales, en donde los especialistas determinan cuáles son las causas que están destruyendo la relación de una pareja, que terminan en la separación. De esta manera habría menos divorcios, porque este es un paso que debe darse cuando se han agotado todos los demás recursos.
Por muchos años los lectores han acudido a esta columna por todo eso que tiene que ver con trastornos emocionales y desequilibrios de la personalidad. Pero lamentablemente muchos matrimonios no buscan ayuda profesional por ignorancia, o porque sencillamente no quieren hacerlo. En estos tiempos existen profesionales especializados en las distintas disciplinas psicológicas, que estudian al individuo para descubrir sus problemas ocultos y tratarlos. Y existen tantos esposos desilusionados y muchísimas mujeres con los corazones deshechos por la infidelidad, la incompatibilidad sexual y otros problemas más como la neurosis.
Y los problemas psicológicos en los matrimonios causan tantas preocupaciones y muchas veces llegan a la desesperanza… No se deben callar ni dejar de compartir con las personas de confianza, como con los amigos más cercanos, con familiares de confianza, pastores, sacerdotes, sin faltar la necesaria ayuda psicológica y la orientación de consejeros responsables.
Desde luego que hay otros medios de ayuda como las terapias de grupo, tan importantes como las agrupaciones de las iglesias que se fundan en la espiritualidad, el corazón y la mente que funcionan al unísono. Los grupos familiares de Al Anón, de Neuróticos Anónimos y de los Alcohólicos Anónimos, si se trata de un problema de alcoholismo.
La Liga Guatemalteca de la Salud Mental presta un buen servicio a quienes tienen problemas psicológicos, y es gratuito para las personas de pocos recursos. Se puede pedir información al teléfono 23326269. Otro recurso son las clínicas de las facultades de Psicología de la mayoría de universidades del país.