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Quetzal 1: dónde y cuándo ver el despegue del primer satélite guatemalteco al espacio

Para que llegara al espacio el primer satélite guatemalteco, desde el 2014 ha transcurrido un proceso lleno de retos que fueron superados.

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Quetzal 1 es el primer satélite guatemalteco desarrollado en la Universidad del Valle de Guatemala (UVG),(Foto Prensa Libre: SpaceX)
Quetzal 1 es el primer satélite guatemalteco desarrollado en la Universidad del Valle de Guatemala (UVG),(Foto Prensa Libre: SpaceX)

Quetzal-1, el primer satélite guatemalteco, desarrollado en la Universidad del Valle de Guatemala (UVG), será transportado el 6 de marzo al espacio, a las 22.49 horas de Guatemala, después de seis años de proceso y más de cien personas involucradas, cuyo tesón, perseverancia y determinación demostraron que en nuestro país es posible alcanzar este tipo de hazañas.

Todo comenzó en el 2012 y 2013, cuando dos grupos de estudiantes de la UVG participaron en Texas, EE. UU., en una competición de CanSats —que simula una misión espacial—. Esa fue la semilla que germinó la idea de diseñar el primer satélite guatemalteco en el 2014. Una alta e inédita aspiración que no fue opacada por los retos y obstáculos con los que se toparon en un camino nunca antes recorrido y que llega casi a su final el 6 de marzo, cuando Quetzal-1 se remonte al espacio en la cápsula Dragon del cohete Falcon 9 hacia la Estación Espacial Internacional, desde donde será puesto en órbita en marzo o abril desde el módulo japonés Kibo. Quedará esperar que cuando este último paso suceda, el satélite comience a transmitir y recibir datos desde la estación en tierra en la UVG.

Tres de los jóvenes que participaron en el desarrollo de este aparato compartieron sus impresiones sobre este histórico hito para el país.

Fredy España, Odalis Reyes y César Saavedra son tres de los estudiantes e integrantes del equipo Proyecto CubeSat, de la Universidad del Valle de Guatemala, que desarrolló el primer satélite guatemalteco. (Foto Prensa Libre: Cortesía Proyecto CubeSat)

 

“Este logro demuestra que el deseo de aprender e ir más allá de los límites, muchas veces impuestos por nosotros, nos hace llegar a lugares que nunca hubiéramos imaginado”, dice César Saavedra, estudiante de cuarto año de Ingeniería Mecánica Industrial.

“De las mayores experiencias y enseñanzas que me ha dejado este proyecto es que no saberlo todo no es malo. Sería aburrido conocer todas las respuestas. Ricardo Paz —compañero— y yo no teníamos ni idea de cómo un satélite tipo CubeSat debía desplegar sus antenas, ni qué condiciones enfrentaría —en el espacio— A pesar de eso, investigamos, realizamos pruebas y le preguntamos a nuestros compañeros e ingenieros hasta llegar al diseño final”, dice Saavedra. “Es una gran satisfacción ver cómo logramos llegar cada vez más alto y cada vez más cerca del objetivo más grande: recibir esa primera señal —de Quetzal-1 desde el espacio— para decir ‘aquí estoy, un pedacito de Guatemala’”, añade Saavedra.

“Este proyecto me inspira a trabajar con pasión en todo reto al que me enfrente, intentando dejar como firma este trabajo minucioso y premeditado, y no dejarme vencer por lo que desconozca”, dice.

“Sueño que este primer paso inspire a jóvenes científicos y que abra las puertas a inversiones en educación, para que ser científico en Guatemala deje de ser una fantasía y comience a ser una meta real. Un satélite quizás no cambie el país, pero puede ser un pequeño empujón”, expone Fredy España, ingeniero mecatrónico.

“La experiencia más relevante que me dejó este proyecto fueron las largas horas que pasamos en el laboratorio, junto a compañeros, frente a un circuito, una pizarra o líneas de código para solucionar problemas e intentar sacar adelante a Quetzal-1, pese a que había tareas, exámenes y otros proyectos. Muchos estábamos en el equipo simplemente porque nos gustaba”, dice. “Gracias a nuestro esfuerzo, Guatemala ahora tendrá ojos en el espacio”, añade.

Presentación de Quetzal-1, durante la entrega simbólica del satélite a Japón, en noviembre del 2019. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

 

“El proyecto nos ha ayudado a comprender lo que significa trabajar en situaciones de alta complejidad, con muchos participantes y con un alto nivel de organización”, explica España.

“Es cierto que nos hace falta mucho por crecer y que hay muchos más países que ya lo lograron, pero es momento de enfocarnos en nosotros, detenernos, observar y admirar lo que hemos logrado. Tengo la certeza de que este paso que daremos hacia el espacio dejará una huella en los que tienen esperanza de que en Guatemala sí se pude”, indica Odalis Reyes, estudiante de cuarto año de la licenciatura en Física.

“Fue un reto entrar al equipo porque en ese entonces estaba empezando mi segundo año de carrera, no tenía ningún conocimiento sobre el tema y no me sentía suficientemente capaz de aportar al proyecto. Pero aprendí que es totalmente válido no saber algo, siempre y cuando tengamos esa curiosidad de aprender e investigar lo desconocido”, añade.

“Cuando empezó el proyecto, el camino no estaba construido aún y todos los participantes pasamos por una odisea, pero a partir del 6 de marzo, Guatemala por fin dará el primer paso para viajar al cosmos”, expone la joven, que se siente orgullosa del esfuerzo de los estudiantes de la UVG, y agradece el apoyo de personas e instituciones que creyeron en que el proyecto llegaría tan lejos.

“Gracias a mi participación en este proyecto, un reto que se me presente en mi carrera profesional lo veré como una oportunidad para enriquecer mis conocimientos, sin tener miedo al fracaso”, dice.

“Este país necesita que la ciencia hable; es momento de reconocer que no existe espacio para excusas, porque a pesar de nuestras condiciones, logramos algo histórico colectivamente”, concluye la joven.

Los tres jóvenes están dispuestos desde ya a dar nuevamente su aporte para construir un segundo satélite en un futuro cercano, y trabajar con más entidades académicas del país y de Centroamérica, con el fin de abrir más oportunidades a estudiantes y profesionales de Guatemala, para que este tipo de tecnología se desarrolle con ahínco en el país.

¿Dónde y cuándo ver el despegue?

Luis Zea, coordinador del proyecto, publicó en su cuenta oficial de Facebook, que el despegue se transmitirá vía streaming, el viernes 6 de marzo a partir de las 20.30 horas.

Zea notificó que, para observar la transmisión, se deberá de ingresar al al canal oficial de YouTube de SpaceX o al canal oficial de la NASA.