“Hay que preguntarse si hemos abierto la puerta a la posibilidad de hacer cambios internos y externos en la forma de analizar las diferentes situaciones y responder frente a ellas”, dice la psicóloga espiritual Vivian Solís. Hay que incluir entre los propósitos del año venidero la tarea de crecer en el amor hacia sí mismo, hacia el prójimo y hacia la vida, agrega Solís.
Limpieza general
Es imprescindible organizarse para poder recibir el año que comienza sin apegos y sin exceso de equipaje, para así sentirse más libre. Conviene limpiar la casa, el auto, el lugar de trabajo y el clóset, así como los archivos digitales. Guardar lo que realmente se necesite y deshacerse de lo que ya no sirva.
Depurar relaciones
Con algunos se querrá tener relación cercana y con otros, quizás no. Si en la vida hay relaciones destructivas, hay que comprometerse a trabajar en su sanación o tomar la decisión de no estar más con quienes se sienta que hacen daño o atrasan la evolución interna. Esto es mejor que convivir con alguien que deshonra la dignidad o la de otros.
Pensar en colectivo
Se pasa mucho tiempo pensando en la realidad individual, pero poco o nada en la colectiva. Valdría la pena hacer un cambio provechoso e integrar en las prioridades y metas personales la convivencia colectiva. Mientras más separados nos sintamos unos de otros, menos aportamos para que el mundo se transforme a bien.
Ritual de paz
Hacer un pequeño ritual para cerrar el ciclo que termina con amor y recibir al nuevo con alegría: ducharse, relajarse, ponerse ropa cómoda y en la quietud del ambiente encender una vela al finalizar. Dar gracias por las bendiciones recibidas y por lo que se aprendió, así como por las alegrías, las penas y las ilusiones.
Orar y purificar
Ir a la iglesia para compartir con otros fieles la paz y la alegría. Se sugiere pedir por la paz mundial, especialmente por la de Guatemala. Si así se prefiere, hacer oración en casa para que el entorno se purifique espiritualmente. Con incienso, mirra y azúcar, preparar un espacio físico para pedirle al Creador que purifique el hogar y el ser interior.
Pedir perdón
Para poder aligerar el peso es probable que se necesite de humildad para pedir perdón a quienes se haya lastimado o herido voluntaria o involuntariamente, o abrir el corazón a quienes nos hayan ofendido. Se puede hacer una carta donde se exprese el perdón y si no se desea entregarla, quemarla antes de que termine el año.
Establecer prioridades
Definir tres prioridades que serán las guías a lo largo del próximo ciclo y accionar en coherencia con ellas. Desechar objetos, relaciones, situaciones, proyectos, compromisos, pactos, promesas o rutinas que distraigan el cumplimiento de las decisiones. Para avanzar es importante estar dispuesto a poner límites a lo que dispersa, amarra y estanca.
Amor al prójimo
Este es un momento idóneo para ser solidario con algún indigente y compartirle lo que se tenga: una cena o una cobija. Esto será muy valioso para ellos. También se puede proveer ayuda espiritual o material a algún vecino que lo necesite o demostrar afecto a otros seres vivos, como darle de comer a algún perro o gato del vecindario.
Atraer los sueños
Respirar por unos minutos para entrar en introspección y visualizar los sueños para el año venidero. Imaginarse que se experimentan sus bondades y dejar que los cinco sentidos participen: ver, oír, oler, saborear y tocar esas aspiraciones para que se concreten.