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Quién es Adriana González, la segunda guatemalteca que gana el concurso Operalia, creado por Plácido Domingo

Guatemala se posiciona con el gran talento de Adriana González,  como país que gana por segunda vez el concurso Operalia que ya había sido ganado por Mario Chang en 2014.

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La soprano guatemalteca Adriana González ha sido la ganadora de la XXVII edición de Operalia, concurso fundado por el tenor Plácido Domingo, en las modalidades de ópera y zarzuela, hoy viernes en el Teatro Nacional de Praga. (Foto Prensa Libre: EFE)

La soprano guatemalteca Adriana González ha sido la ganadora de la XXVII edición de Operalia, concurso fundado por el tenor Plácido Domingo, en las modalidades de ópera y zarzuela, hoy viernes en el Teatro Nacional de Praga. (Foto Prensa Libre: EFE)

Este viernes 26 de julio Guatemala se posiciona con el gran talento de Adriana González,  como país que gana por segunda vez el concurso Operalia.

En  2014, el tenor guatemalteco Mario Chang fue seleccionado también en este concurso, organizado por el maestro español Plácido Domingo.

En esa ocasión el artista nacional cantó Ella mi fu rapita!, de la obra Rigoletto, escrita por el músico y compositor italiano Giuseppe Verdi.

El tenor local, además de ser el máximo vencedor de Operalia, también recibió el galardón como el mejor cantante masculino de zarzuela y el premio del público.

Este viernes ha sido reconocida en este prestigioso concurso también la voz de González, en la rama femenina.  En la masculina ganó el tenor español Xabier Anduaga.

El tenor español Xabier Anduaga y la soprano guatemalteca Adriana Gonzáles han sido los ganadores de la XXVII edición de Operalia, concurso fundado por el tenor Plácido Domingo, hoy viernes en el Teatro Nacional de Praga. (Foto Prensa Libre: EFE)

En la final, celebrada en la noche de este viernes en formato de concierto de gala en el Teatro Nacional de Praga, González, de 27 años, interpretó “Amour, ranime mon courage” de la ópera “Roméo et Juliette” de Gounod, y “Goizeko eguzki argiak“, de la zarzuela Mirentxu, de Guridi.

Anduaga, de 24 años, cantó el aria “Ah! mes amis“, de Donizetti, y “Por el humo se sabe dónde está el fuego“, de la zarzuela Doña Francisquita, de Vives.

El primer galardón al mejor cantante de ópera entre los concursantes está dotado de 30.000 dólares, y de 10.000 dólares el de la zarzuela.

Éste último se llama premio Pepita Embil Domingo, cuando la voz es femenina, y premio Don Plácido Domingo Ferrer, para el varón.

“Habéis escuchado a las futuras estrellas del mañana”, dijo este viernes Plácido Domingo, que dirigió la orquesta del Teatro Nacional de Praga.

El tenor madrileño destacó el “nivel muy alto” de los participantes, que motivó a los organizadores a seleccionar a doce cantantes para la final, en vez de diez.

El icono español del Bel Canto también ha querido destacar el buen momento que atraviesa la ópera y ha ratificado que el apoyo de Operalia “a los jóvenes talentos es cada vez más fuerte”.

“Todos son ganadores. Tenemos aquí doce cantantes fenomenales, que están ya mostrando lo que saben en distintos teatros y están preparados para una gran trayectoria”, añadió el fundador del certamen antes de entregar los premios.

El vicepresidente de Operalia, Álvaro Domingo, hijo del tenor, declaró a Efe que el concurso del año próximo se celebrará “muy probablemente” en Singapur.

Más de Adriana

Este 2019 ha sido importante para González.  Una agenda llena de presentaciones en España, Suiza, Alemania, debutando en roles importantes. “Para mí es una dicha muy grande y no es algo fácil. Es el tipo de responsabilidad que está llegando a mi vida. Fue hacer bien los años de Ópera Studio y tener la paciencia de aprender todo lo que me faltaba”.

Adriana González durante una entrevista con Prensa Libre en 2018. (Foto Prensa Libre: Erick Ávila)

“Estoy muy feliz de cómo han ido las cosas y que a una edad muy joven pueda estar en las más grandes casas de ópera de Europa y debutando en roles importantes”, expresa.

“Solo me dedico a cantar ópera y todo lo que se refiere al canto lírico”, dice la joven guatemalteca Adriana González, quien reside en Europa desde hace seis años.

Antes de venir de vacaciones de fin de año de 2018 a Guatemala participó, a finales de noviembre, en un programa de Radio Francia en París, en una obra sinfónica de Leonard Bernstein, por su centenario.

Su agenda artística ha contemplado presentaciones en España, Alemania y Suiza, además de la grabación de su primer disco con música de cámara francesa, en Italia, con una disquera francesa.

Decidida a cumplir su sueño, hoy se mueve en ese selecto mundo. Desde París, donde inició su recorrido, ha llegado a actuar a teatros emblemáticos. Esto es caminar en las grandes ligas de la música.

Encuentro con el canto

“Empecé a cantar cuando estaba en el colegio. Mi mamá tenía una gran colección de discos y ponía a María Callas, a Luciano Pavarotti. En esa época yo no tenía la madurez para apreciar eso”, recuerda.

Su colegio participó en un concurso Talent Tour, organizado por Prensa Libre. Ella y sus compañeros participaron con la banda que habían formado y ganaron.

“Poco después nos salió un trabajo para cantar en un bar. Yo no sabía que ser músico era una profesión. Cuando eso pasó dije ‘me quiero dedicar a esto, quiero que sea mi carrera’”.
De tal cuenta, decidió estudiar música en la universidad.

Se inició como profesional

González se graduó de secundaria y se inscribió en la Universidad del Valle.

Trabajaba y estudiaba. Recibía clases adicionales con Jacobo Nitsch y Zoila Luz García Salas.

Isabel Cuidad Real, directora de la licenciatura en Música, le presentó a la maestra Barbara Bickford, y con ella comenzó a cantar ópera.

“Me dijo: ‘Si quieres cantar cualquier cosa necesitas saber la técnica clásica’. Me dio un fajo de partituras, un montón de grabaciones y me dijo que escuchara eso, que lo estudiara. Cuando veía las partituras, seguía la música y escuchaba a Cecilia Bartoli (Italia), que cantaba las arias antiguas.

Me quedaba fascinada de escuchar que el sonido de una persona podía ser transformado en algo tan único, tan expresivo, tan lleno de emoción. Para mí era muy sofisticado, no imaginaba que podía hacer con mi voz un sonido así”.

Los nuevos caminos

El camino al exterior inició con su participación en una convocatoria internacional para formar parte del World Youth Choir, en Chipre. El cantante Héctor Hurtarte había participado antes y le contó de la convocatoria.
“Mandamos una grabación y me aceptaron. Esa fue la primera experiencia que tuve afuera del país. También fue el primer shock cultural y musical”, confiesa. Aunque estudiaba música en la universidad, comprobó que tenía un nivel básico.

“Me llamaron porque me dijeron: ‘Tu voz nos parece muy interesante”.

En esa gira estaba Iñaki Encina (España). “Él era uno de los organizadores musicales, me escuchó en una audición que hice para los solos. Me dijo: ‘Buenísimo tu solo, me gustó mucho tu voz’”.

La joven soprano le compartió que le gustaba la ópera, pero que en Guatemala no hay ópera. Encina le habló del Atelier Lyrique Ópera Nacional de París (Francia), un estudio de ópera que permite a jóvenes cantantes ingresar al gremio de ópera en Europa.

Seis meses después de su participación en Chipre, González recibió un correo de Encina. Le propuso cantar en una producción en París. A una de las presentaciones fue el director del Opera Studio de París, Christian Schirm. “Él me escuchó, Iñaki le habló de mí. Me dio una audición para cantar el rol de Zerlina, de la ópera Don Giovanni”.

Adriana González, en septiembre de 2018 comenzó su carrera como profesional de la ópera. (Foto Prensa Libre: Érick Ávila)

Esto le valió para acceder a un casting con el director de audiciones. “Estaba muerta del susto. Llegas allí, se te abren las puertas y no te da tiempo de pensar”, confiesa.
Buscó ayuda para estudiar el papel e interpretarlo lo mejor posible. Nuevamente recurrió a Encina. “Me presentó a mi segundo maestro de canto, Lionel Sarrazin. Él me ayudó a poner muchas cosas básicas en orden, a preparar esta audición”.

Pasó la prueba, le dieron el rol de Zerlina, y le preguntaron: “¿Ya pensaste para audicionar en el Ópera Studio?”.

Terminó la producción con Encina y tres meses más tarde estaba de vuelta en Europa para empezar la producción de Don Giovanni, en enero de 2014, y para la audición del Ópera Studio en París. Dos semanas después del casting le notificaron que había sido aceptada. Normalmente para las audiciones de la Ópera Studio de París aplican 500 personas, escogen a 100 para audicionar preliminarmente, y a la final pasan 20, de los que escogen a tres o cuatro.

“Cuando me dieron la respuesta que sí, simplemente salí a correr en París y dije ‘¡Aquí voy a vivir, qué alegre!’. Mientras corría me puse a llorar, porque ya sabía qué es lo que iba a hacer en los siguientes tres años de mi vida. Le di gracias a Dios”.

Estar dentro del Ópera Studio de París para ella fue conocer ese mundo. “Fue darme cuenta de que hay un tipo de mentalidad necesaria para hacer este trabajo, que tienes que ser muy fuerte y muy severo contigo mismo, porque es algo estético lo que quieres hacer”.

Después de esa etapa siguieron los concursos que fue ganando en Europa.

“Pasé tres años en el Ópera Studio de París, y después fui a vivir un año a Suiza, al Ópera Studio de allí”.

En septiembre 2018 comenzó su carrera como profesional de la ópera. “Estoy súper emocionada de esta nueva etapa porque no es fácil ser freelancer en el mundo de la ópera a mi edad, y siendo soprano hay un montón de competencia”.

Sin embargo, se ha ganado ya un espacio. Ha interpretado roles importantes en varios países.

“Barcelona (España) me dio el primer rol principal en mi vida, Corina, en El viaje a Reims, de Gioachino Rossini. Debuté en septiembre de 2017, y hubo solo dos shows, pero fue el primer rol donde yo era la estrella, donde llevaba la responsabilidad. Tienes ese peso de atrapar a la gente, de llevarlos en la historia, de comprometerlos a ese momento dramático que también está coordinado con la orquesta. El teatro de Barcelona, en la clasificación de óperas, es tipo A, de nivel internacional”, dice emocionada.

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