Durante los meses en que “El Charro de Huentitán” ha estado hospitalizado, varios han sido los rumores que han surgido sobre la gravedad de su salud.
Sin embargo, ha sido su familia quien constantemente han actualizado sobre la situación que atraviesa el cantante de rancheras.
Desde el 9 de agosto, los familiares de Vicente Fernández dijeron que proporcionarían actualizaciones sobre el estado de salud del intérprete mexicano.
El primero reporte revelaba que “Chente” había sido sometido a una operación luego de que la caída en su rancho le provocara un “traumatismo raquimedular a nivel de la columna cervical”.
En ese mismo mes de agosto, el hijo del artista mexicano, Vicente Fernández Jr., reveló que su padre padecía el síndrome Guillain-Barré y que se encontraba en tratamiento desde el 13 de agosto.
“Afortunadamente fue detectado muy a tiempo, ya tiene tratamiento y va ser un tratamiento con respuesta lenta, como dijeron los doctores”, dijo Vicente Jr. en esa ocasión.
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Posteriormente, el 5 de octubre pasado, en otra actualización médica, se señalaba que el proceso de rehabilitación de Vicente Fernández requería de un programa con terapias físicas, pulmonar y de deglución.
En ese momento, también resaltaron que el cantante necesitaba este tipo de recuperación debido al “daño a sus nervios periféricos”.
Último informe médico
El 12 de octubre, en las redes sociales de Vicente Fernández, se informó que el cantante “continúa con cuidados especializados de la salud”.
En el comunicado se hace referencia a que la enfermedad que padece Vicente lo “ha mantenido en un estado estacionario”, pero “estable”.
Sin embargo, el informe médico detalla que “Chente” se mantiene “muy dependiente de ventilación por medio de traqueostomía” y que “su esfuerzo respiratorio aún es débil”.
Este cuadro, según el documento, aún es provocado por el estado en que se encuentran sus “nervios periféricos”.
Según medios especializados en temas médicos, como Mayo Clinic, los nervios periféricos son los responsables de comunicar al cuerpo todos los mensajes que provienen desde el cerebro y la médula espinal.
Entre esos mensajes que envía el cerebro está, por ejemplo, que una persona pueda caminar o que el cuerpo sienta frío o calor.
Cuando existe un problema con ellos o existe una lesión, que se llama “neuropatía periférica”, el cerebro comienza a tener problemas para comunicarse con los músculos y los órganos.
