Si ya no hay posibilidad de devolverlo, se le puede dar a otra persona que lo encuentre interesante. Esta acción no significa despreciar el regalo, sino evitar que termine guardado en la bodega de la casa. También se puede hacer un intercambio de regalos con familiares y amigos o donar los obsequios no deseados a entidades solidarias y ecológicas o a refugios de beneficencia, como asilos y orfanatos.
Otra buena idea es intercambiarlos en freecycle, donde se canjean gratis todo tipo de artículos a través de internet y así reducir el volumen de basura.