Salud y Familia

Sedentarismo y obesidad, el impacto que tiene en su salud

Los niños de hoy en día tienen peores hábitos de alimentación, ejercicio físico y ocio.

|

Obesidad

Cambiar hábitos en un adulto es un reto a no ser que se esté motivado ya sea por objetivos personales o temor. Foto Prensa Libre: Pixabay

Últimamente, hemos tenido más información y campañas de prevención relacionadas con la obesidad, como sabemos es el principal factor de riesgo para el desarrollo de enfermedades crónicas y estas son la principal causa de mortalidad en todo el mundo. Una persona sedentaria tiende a tener sobrepeso, suele fumar y es habitual que tenga una alimentación desequilibrada. Por el contrario, está demostrado que la actividad física colabora tanto en el mantenimiento del peso como en el control de las cifras de tensión arterial y colesterol.

El empeoramiento de los hábitos de vida propio de las sociedades occidentales, la evolución de los sistemas de transporte y la tecnología laboral, los nuevos modos de ocio son aspectos que colaboran para que todos –niños y mayores- asuman como válidos comportamientos claramente sedentarios y, por tanto, perjudiciales para la salud.

Generalmente, estamos acostumbrados a ir al médico porque nos sentimos mal, o por una enfermedad ya establecida. La medicina preventiva no se busca como algo personal y no genera el interés necesario en la población. Sin embargo, si tuviéramos claro que tener un estilo de vida saludable por decisión personal nos suma años de vida, haríamos más prevención con consciencia.

Actualmente, nuestra población objetiva deberían de ser los niños y jóvenes, ellos están en el momento ideal para adquirir hábitos que se conviertan en un estilo de vida, no porque ya enfermé. Cambiar hábitos en un adulto es un reto a no ser que se esté motivado ya sea por objetivos personales o temor.

Se ha establecido una relación directa entre el estilo de vida sedentario y la mortalidad cardiovascular. Una persona sedentaria tiene más riesgo de sufrir aterioresclerosis, hipertensión y enfermedades respiratorias. Todo esto es un factor de riesgo modificable, lo que significa que la adopción de un estilo de vida que incluya la práctica de ejercicio físico interviene en la mejora de la salud.

Los niños de hoy en día tienen peores hábitos de alimentación, ejercicio físico y ocio. La práctica deportiva se suele reducir a las horas que imparten en las escuelas o colegios al mismo tiempo que la computadora o dispositivo electrónico, se convierten en sus principales vías de esparcimiento. Educar a los más pequeños en la necesidad de tener una vida activa, es el único método para ayudarles a convertirse en adultos sanos. Adultos sedentarios que llevan mucho tiempo sin hacer ejercicio es conveniente que consulten a su médico: tan peligroso es para la salud no hacer deporte como, en esa situación, lanzarse a un ejercicio exhaustivo y desmedido de forma aislada.

En conclusión, menos descanso, más actividad, y recordemos que un estilo de vida saludable no es 50% dieta y 50% ejercicio, es repartir mi día en comer sano, hacer actividad física, dormir suficiente, meditar, disfrutar de actividades al aire libre, compartir en familia y con amigos, así como leer. Busquemos todos nuestro equilibrio.

 

*Miembro activo de la sociedad de Endocrinologia de Guatemala, teléfono +502 2256-7881

Doctora Erika Lucía Rosales Lemus Medicina Interna y Endocrinologia*

Actividad

Doctora Erika Lucía Rosales Lemus Medicina Interna y Endocrinologia*

Menos descanso y más actividad. Busquemos todos nuestro equilibrio.

ARCHIVADO EN: