Los conceptos de ciclón, huracán y tifón, aunque diferentes, describen el mismo tipo de desastre. En esencia, se refieren a grandes sistemas cerrados de circulación de aire en la atmósfera, en los que se combinan bajas presiones y fuertes vientos que rotan en el sentido opuesto de las agujas del reloj en el hemisferio norte y en el sentido de las agujas del reloj en el hemisferio sur.

Perturbación tropical:

Zona de inestabilidad atmosférica asociada a la existencia de un área de baja presión, la cual propicia la generación incipiente de vientos convergentes cuya organización eventual provoca el desarrollo de una depresión tropical. Es de carácter migratorio no frontal, cuyas características se mantienen, al menos, 24 horas.

Estos sistemas se denominan ciclón en los océanos Índico y Pacífico sur, huracán en el océano Atlántico occidental y el Pacífico oriental, y tifón en el océano Pacífico occidental (China).

La temporada ciclónica va del 1 de junio al 30 de noviembre en el Atlántico y del 15 de mayo al 31 de octubre en el Pacífico.

Depresión tropical:

Los vientos se incrementan en la superficie, producto de la existencia de una zona de baja presión. Dichos vientos alcanzan una velocidad sostenida menor o igual a 62 kilómetros por hora.

Tormenta tropical:

El incremento continuo de los vientos provoca que alcancen velocidades sostenidas entre los 63 y 118 km/h. Las nubes se distribuyen en forma de espiral. Cuando el ciclón alcanza esta intensidad se le asigna un nombre preestablecido por la Organización Meteorológica Mundial.

Sus efectos son en gran escala y con frecuencia muy destructivos, más que las inundaciones, porque en una arremetida repentina y breve, los fuertes vientos causan daños importantes en la infraestructura y las viviendas, en particular en las construcciones poco sólidas.

Posteriormente, suelen producirse fuertes lluvias e inundaciones, y en regiones costeras llanas, mareas de tormenta.

En el caso de los ciclones, su llegada puede anunciarse con pocas horas de antelación. Las personas optan por esperar hasta el último momento antes de dejar su hogar y sus pertenencias y el número de muertos, las inundaciones repentinas y las pérdidas materiales, son elevadas.

Huracán:

Es un ciclón tropical en el cual los vientos máximos sostenidos alcanzan o superan los 119 km/h.

El área nubosa cubre una extensión de entre 500 y 900 km de diámetro, produciendo lluvias intensas.

El aire caliente gira en sentido contrario a las agujas del reloj

La fuente principal de energía de los huracanes es la expulsión de grandes cantidades de calor latente de vaporización que se eleva, lo que provoca la condensación del vapor del agua. Por ello, cuando toca tierra, la tormenta se debilita y finalmente se disipa.

Cuando el aire sube, crea una baja presión sobre la superficie del océano, que atrae más aire cálido, que se vuelva a elevar

Mientras más aire cálido asciende, el aire circundante gira para ocupar su lugar

El aire cálido y húmedo se eleva, se enfría y forma nubes

En las regiones cercanas al Ecuador, los océanos son cálidos y el aire caliente se eleva desde la superficie

La velocidad aumenta cuando el aire pasa por el centro de baja presión (ojo del huracán)

El sistema de nubes gira y crece. Se alimenta de calor del océano y el agua que se evapora de la superficie, formado un “ciclón tropical”

Con nombre propio

De acuerdo con el pronóstico del Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh), para el 2020 se espera la formación de 16 sistemas tropicales en el Océano Atlántico y El Caribe.

La Organización Meteorológica Mundial establece los nombres para los ciclones tropicales del Atlántico: Arthur, Bertha, Cristóbal, Dolly, Edouard, Fay, Gonzalo, Hanna, Isaías, Josephine, Kyle, Laura, Marco, Nana, Omar, Paulette, René, Sally, Teddy, Vicky y Wilfred.

Para el Pacífico se prevén 16 tormentas tropicales, con los siguientes nombres: Amanda, Boris, Cristina, Douglas, Elida, Fausto, Genevieve, Hernan, Iselle, Julio, Karina, Lowell, Marie, Norbert, Odalys, Polo, Rachel, Simón, Trudy, Vance, Winnie, Xavier, Yolanda y Zeke.

Para el Pacífico Central: Hone, Iona, Keli, Lala, Moke y Lolo.

El ojo del huracán puede llegar hasta cerca de 100 km. En esta etapa, el ciclón se clasifica por esta escala.

Caída de árboles pequeños, daños en el tendido eléctrico.

Daños a los techos, puertas y ventanas. Caída de árboles grandes.

Daños colaterales

Los efectos en zonas costeras provocados por el oleaje y marea pueden ser altamente destructivos y varían de acuerdo con factores.

Las precipitaciones asociadas al ciclón pueden reblandecer el suelo, provocando deslaves, deslizamientos de laderas, desbordamientos de ríos y arroyos, o afectaciones en caminos y tramos carreteros, así como inundaciones en zonas bajas y saturación de drenajes en zonas urbanas.

La navegación marítima debe extremar precauciones, así como las operaciones aéreas.

Grietas en construcciones

Desprendimiento de techos de viviendas.

Daños severos y extensos en ventanas, puertas y techos en muchas viviendas. Lo mismo en construcciones industriales.

Infografía: Diego Sac

Fuentes: BBC, USGS e Insivumeh

Los conceptos de ciclón, huracán y tifón, aunque diferentes, describen el mismo tipo de desastre. En esencia, se refieren a grandes sistemas cerrados de circulación de aire en la atmósfera, en los que se combinan bajas presiones y fuertes vientos que rotan en el sentido opuesto de las agujas del reloj en el hemisferio norte y en el sentido de las agujas del reloj en el hemisferio sur.

Estos sistemas se denominan ciclón en los océanos Índico y Pacífico sur, huracán en el océano Atlántico occidental y el Pacífico oriental, y tifón en el océano Pacífico occidental (China).

La temporada ciclónica va del 1 de junio al 30 de noviembre en el Atlántico y del 15 de mayo al 31 de octubre en el Pacífico.

Perturbación tropical:

Zona de inestabilidad atmosférica asociada a la existencia de un área de baja presión, la cual propicia la generación incipiente de vientos convergentes cuya organización eventual provoca el desarrollo de una depresión tropical. Es de carácter migratorio no frontal, cuyas características se mantienen, al menos, 24 horas.

Depresión tropical:

Los vientos se incrementan en la superficie, producto de la existencia de una zona de baja presión. Dichos vientos alcanzan una velocidad sostenida menor o igual a 62 kilómetros por hora.

Tormenta tropical:

El incremento continuo de los vientos provoca que alcancen velocidades sostenidas entre los 63 y 118 km/h. Las nubes se distribuyen en forma de espiral. Cuando el ciclón alcanza esta intensidad se le asigna un nombre preestablecido por la Organización Meteorológica Mundial.

Sus efectos son en gran escala y con frecuencia muy destructivos, más que las inundaciones, porque en una arremetida repentina y breve, los fuertes vientos causan daños importantes en la infraestructura y las viviendas, en particular en las construcciones poco sólidas.

Posteriormente, suelen producirse fuertes lluvias e inundaciones, y en regiones costeras llanas, mareas de tormenta.

En el caso de los ciclones, su llegada puede anunciarse con pocas horas de antelación. Las personas optan por esperar hasta el último momento antes de dejar su hogar y sus pertenencias y el número de muertos, las inundaciones repentinas y las pérdidas materiales, son elevadas.

Huracán:

Es un ciclón tropical en el cual los vientos máximos sostenidos alcanzan o superan los 119 km/h.

El área nubosa cubre una extensión de entre 500 y 900 km de diámetro, produciendo lluvias intensas.

El aire caliente gira en sentido contrario a las agujas del reloj

Cuando el aire sube, crea una baja presión sobre la superficie del océano, que atrae más aire cálido, que se vuelva a elevar

Mientras más aire cálido asciende, el aire circundante gira para ocupar su lugar

En las regiones cercanas al Ecuador, los océanos son cálidos y el aire caliente se eleva desde la superficie

El aire cálido y húmedo se eleva, se enfría y forma nubes

La velocidad aumenta cuando el aire pasa por el centro de baja presión (ojo del huracán)

El sistema de nubes gira y crece. Se alimenta de calor del océano y el agua que se evapora de la superficie, formado un “ciclón tropical”

La fuente principal de energía de los huracanes es la expulsión de grandes cantidades de calor latente de vaporización que se eleva, lo que provoca la condensación del vapor del agua. Por ello, cuando toca tierra, la tormenta se debilita y finalmente se disipa.

El ojo del huracán puede llegar hasta cerca de 100 km. En esta etapa, el ciclón se clasifica por esta escala.

Caída de árboles pequeños, daños en el tendido eléctrico.

Daños a los techos, puertas y ventanas. Caída de árboles grandes.

Grietas en construcciones

Desprendimiento de techos de viviendas.

Daños severos y extensos en ventanas, puertas y techos en muchas viviendas. Lo mismo en construcciones industriales.

Con nombre propio

De acuerdo con el pronóstico del Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh), para el 2020 se espera la formación de 16 sistemas tropicales en el Océano Atlántico y El Caribe.

La Organización Meteorológica Mundial establece los nombres para los ciclones tropicales del Atlántico: Arthur, Bertha, Cristóbal, Dolly, Edouard, Fay, Gonzalo, Hanna, Isaías, Josephine, Kyle, Laura, Marco, Nana, Omar, Paulette, René, Sally, Teddy, Vicky y Wilfred.

Para el Pacífico se prevén 16 tormentas tropicales, con los siguientes nombres: Amanda, Boris, Cristina, Douglas, Elida, Fausto, Genevieve, Hernan, Iselle, Julio, Karina, Lowell, Marie, Norbert, Odalys, Polo, Rachel, Simón, Trudy, Vance, Winnie, Xavier, Yolanda y Zeke.

Para el Pacífico Central: Hone, Iona, Keli, Lala, Moke y Lolo.

Daños colaterales

Los efectos en zonas costeras provocados por el oleaje y marea pueden ser altamente destructivos y varían de acuerdo con factores.

Las precipitaciones asociadas al ciclón pueden reblandecer el suelo, provocando deslaves, deslizamientos de laderas, desbordamientos de ríos y arroyos, o afectaciones en caminos y tramos carreteros, así como inundaciones en zonas bajas y saturación de drenajes en zonas urbanas.

La navegación marítima debe extremar precauciones, así como las operaciones aéreas.

Infografía: Diego Sac

Fuente: BBC, USGS e Insivumeh

Los conceptos de ciclón, huracán y tifón, aunque diferentes, describen el mismo tipo de desastre. En esencia, se refieren a grandes sistemas cerrados de circulación de aire en la atmósfera, en los que se combinan bajas presiones y fuertes vientos que rotan en el sentido opuesto de las agujas del reloj en el hemisferio norte y en el sentido de las agujas del reloj en el hemisferio sur.

Estos sistemas se denominan ciclón en los océanos Índico y Pacífico sur, huracán en el océano Atlántico occidental y el Pacífico oriental, y tifón en el océano Pacífico occidental (China).

La temporada ciclónica va del 1 de junio al 30 de noviembre en el Atlántico y del 15 de mayo al 31 de octubre en el Pacífico.

Sus efectos son en gran escala y con frecuencia muy destructivos, más que las inundaciones, porque en una arremetida repentina y breve, los fuertes vientos causan daños importantes en la infraestructura y las viviendas, en particular en las construcciones poco sólidas.

Posteriormente, suelen producirse fuertes lluvias e inundaciones, y en regiones costeras llanas, mareas de tormenta.

En el caso de los ciclones, su llegada puede anunciarse con pocas horas de antelación. Las personas optan por esperar hasta el último momento antes de dejar su hogar y sus pertenencias y el número de muertos, las inundaciones repentinas y las pérdidas materiales, son elevadas.

Perturbación tropical:

Zona de inestabilidad atmosférica asociada a la existencia de un área de baja presión, la cual propicia la generación incipiente de vientos convergentes cuya organización eventual provoca el desarrollo de una depresión tropical. Es de carácter migratorio no frontal, cuyas características se mantienen, al menos, 24 horas.

Depresión tropical:

Los vientos se incrementan en la superficie, producto de la existencia de una zona de baja presión. Dichos vientos alcanzan una velocidad sostenida menor o igual a 62 kilómetros por hora.

Tormenta tropical:

El incremento continuo de los vientos provoca que alcancen velocidades sostenidas entre los 63 y 118 km/h. Las nubes se distribuyen en forma de espiral. Cuando el ciclón alcanza esta intensidad se le asigna un nombre preestablecido por la Organización Meteorológica Mundial.

Huracán:

Es un ciclón tropical en el cual los vientos máximos sostenidos alcanzan o superan los 119 km/h.

El área nubosa cubre una extensión de entre 500 y 900 km de diámetro, produciendo lluvias intensas.

El aire caliente gira en sentido contrario a las agujas del reloj

En las regiones cercanas al Ecuador, los océanos son cálidos y el aire caliente se eleva desde la superficie

Cuando el aire sube, crea una baja presión sobre la superficie del océano, que atrae más aire cálido, que se vuelva a elevar

Mientras más aire cálido asciende, el aire circundante gira para ocupar su lugar

El aire cálido y húmedo se eleva, se enfría y forma nubes

La velocidad aumenta cuando el aire pasa por el centro de baja presión (ojo del huracán)

El sistema de nubes gira y crece. Se alimenta de calor del océano y el agua que se evapora de la superficie, formado un “ciclón tropical”

La fuente principal de energía de los huracanes es la expulsión de grandes cantidades de calor latente de vaporización que se eleva, lo que provoca la condensación del vapor del agua. Por ello, cuando toca tierra, la tormenta se debilita y finalmente se disipa.

El ojo del huracán puede llegar hasta cerca de 100 km. En esta etapa, el ciclón se clasifica por esta escala.

Caída de árboles pequeños, daños en el tendido eléctrico.

Daños a los techos, puertas y ventanas. Caída de árboles grandes.

Grietas en construcciones

Desprendimiento de techos de viviendas.

Daños severos y extensos en ventanas, puertas y techos en muchas viviendas. Lo mismo en construcciones industriales.

Con nombre propio

De acuerdo con el pronóstico del Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh), para el 2020 se espera la formación de 16 sistemas tropicales en el Océano Atlántico y El Caribe.

La Organización Meteorológica Mundial establece los nombres para los ciclones tropicales del Atlántico: Arthur, Bertha, Cristóbal, Dolly, Edouard, Fay, Gonzalo, Hanna, Isaías, Josephine, Kyle, Laura, Marco, Nana, Omar, Paulette, René, Sally, Teddy, Vicky y Wilfred.

Para el Pacífico se prevén 16 tormentas tropicales, con los siguientes nombres: Amanda, Boris, Cristina, Douglas, Elida, Fausto, Genevieve, Hernan, Iselle, Julio, Karina, Lowell, Marie, Norbert, Odalys, Polo, Rachel, Simón, Trudy, Vance, Winnie, Xavier, Yolanda y Zeke.

Para el Pacífico Central: Hone, Iona, Keli, Lala, Moke y Lolo.

Daños colaterales

Los efectos en zonas costeras provocados por el oleaje y marea pueden ser altamente destructivos y varían de acuerdo con factores.

Las precipitaciones asociadas al ciclón pueden reblandecer el suelo, provocando deslaves, deslizamientos de laderas, desbordamientos de ríos y arroyos, o afectaciones en caminos y tramos carreteros, así como inundaciones en zonas bajas y saturación de drenajes en zonas urbanas.

La navegación marítima debe extremar precauciones, así como las operaciones aéreas.

Infografía: Diego Sac

Fuente: BBC, USGS e Insivumeh

Los conceptos de ciclón, huracán y tifón, aunque diferentes, describen el mismo tipo de desastre. En esencia, se refieren a grandes sistemas cerrados de circulación de aire en la atmósfera, en los que se combinan bajas presiones y fuertes vientos que rotan en el sentido opuesto de las agujas del reloj en el hemisferio norte y en el sentido de las agujas del reloj en el hemisferio sur.

Estos sistemas se denominan ciclón en los océanos Índico y Pacífico sur, huracán en el océano Atlántico occidental y el Pacífico oriental, y tifón en el océano Pacífico occidental (China).

La temporada ciclónica va del 1 de junio al 30 de noviembre en el Atlántico y del 15 de mayo al 31 de octubre en el Pacífico.

Sus efectos son en gran escala y con frecuencia muy destructivos, más que las inundaciones, porque en una arremetida repentina y breve, los fuertes vientos causan daños importantes en la infraestructura y las viviendas, en particular en las construcciones poco sólidas.

Posteriormente, suelen producirse fuertes lluvias e inundaciones, y en regiones costeras llanas, mareas de tormenta.

En el caso de los ciclones, su llegada puede anunciarse con pocas horas de antelación. Las personas optan por esperar hasta el último momento antes de dejar su hogar y sus pertenencias y el número de muertos, las inundaciones repentinas y las pérdidas materiales, son elevadas.

Perturbación tropical:

Zona de inestabilidad atmosférica asociada a la existencia de un área de baja presión, la cual propicia la generación incipiente de vientos convergentes cuya organización eventual provoca el desarrollo de una depresión tropical. Es de carácter migratorio no frontal, cuyas características se mantienen, al menos, 24 horas.

Depresión tropical:

Los vientos se incrementan en la superficie, producto de la existencia de una zona de baja presión. Dichos vientos alcanzan una velocidad sostenida menor o igual a 62 kilómetros por hora.

Tormenta tropical:

El incremento continuo de los vientos provoca que alcancen velocidades sostenidas entre los 63 y 118 km/h. Las nubes se distribuyen en forma de espiral. Cuando el ciclón alcanza esta intensidad se le asigna un nombre preestablecido por la Organización Meteorológica Mundial.

Huracán:

Es un ciclón tropical en el cual los vientos máximos sostenidos alcanzan o superan los 119 km/h.

El área nubosa cubre una extensión de entre 500 y 900 km de diámetro, produciendo lluvias intensas.

El aire caliente gira en sentido contrario a las agujas del reloj

En las regiones cercanas al Ecuador, los océanos son cálidos y el aire caliente se eleva desde la superficie

Cuando el aire sube, crea una baja presión sobre la superficie del océano, que atrae más aire cálido, que se vuelva a elevar

El aire cálido y húmedo se eleva, se enfría y forma nubes

Mientras más aire cálido asciende, el aire circundante gira para ocupar su lugar

La velocidad aumenta cuando el aire pasa por el centro de baja presión (ojo del huracán)

El sistema de nubes gira y crece. Se alimenta de calor del océano y el agua que se evapora de la superficie, formado un “ciclón tropical”

La fuente principal de energía de los huracanes es la expulsión de grandes cantidades de calor latente de vaporización que se eleva, lo que provoca la condensación del vapor del agua. Por ello, cuando toca tierra, la tormenta se debilita y finalmente se disipa.

El ojo del huracán puede llegar hasta cerca de 100 km. En esta etapa, el ciclón se clasifica por esta escala.

Caída de árboles pequeños, daños en el tendido eléctrico.

Daños a los techos, puertas y ventanas. Caída de árboles grandes.

Grietas en construcciones

Desprendimiento de techos de viviendas.

Daños severos y extensos en ventanas, puertas y techos en muchas viviendas. Lo mismo en construcciones industriales.

Con nombre propio

De acuerdo con el pronóstico del Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh), para el 2020 se espera la formación de 16 sistemas tropicales en el Océano Atlántico y El Caribe.

La Organización Meteorológica Mundial establece los nombres para los ciclones tropicales del Atlántico: Arthur, Bertha, Cristóbal, Dolly, Edouard, Fay, Gonzalo, Hanna, Isaías, Josephine, Kyle, Laura, Marco, Nana, Omar, Paulette, René, Sally, Teddy, Vicky y Wilfred.

Para el Pacífico se prevén 16 tormentas tropicales, con los siguientes nombres: Amanda, Boris, Cristina, Douglas, Elida, Fausto, Genevieve, Hernan, Iselle, Julio, Karina, Lowell, Marie, Norbert, Odalys, Polo, Rachel, Simón, Trudy, Vance, Winnie, Xavier, Yolanda y Zeke.

Para el Pacífico Central: Hone, Iona, Keli, Lala, Moke y Lolo.

Daños colaterales

Los efectos en zonas costeras provocados por el oleaje y marea pueden ser altamente destructivos y varían de acuerdo con factores.

Las precipitaciones asociadas al ciclón pueden reblandecer el suelo, provocando deslaves, deslizamientos de laderas, desbordamientos de ríos y arroyos, o afectaciones en caminos y tramos carreteros, así como inundaciones en zonas bajas y saturación de drenajes en zonas urbanas.

La navegación marítima debe extremar precauciones, así como las operaciones aéreas.

Infografía: Diego Sac

Fuente: BBC, USGS e Insivumeh

Los conceptos de ciclón, huracán y tifón, aunque diferentes, describen el mismo tipo de desastre. En esencia, se refieren a grandes sistemas cerrados de circulación de aire en la atmósfera, en los que se combinan bajas presiones y fuertes vientos que rotan en el sentido opuesto de las agujas del reloj en el hemisferio norte y en el sentido de las agujas del reloj en el hemisferio sur.

Estos sistemas se denominan ciclón en los océanos Índico y Pacífico sur, huracán en el océano Atlántico occidental y el Pacífico oriental, y tifón en el océano Pacífico occidental (China).

La temporada ciclónica va del 1 de junio al 30 de noviembre en el Atlántico y del 15 de mayo al 31 de octubre en el Pacífico.

Sus efectos son en gran escala y con frecuencia muy destructivos, más que las inundaciones, porque en una arremetida repentina y breve, los fuertes vientos causan daños importantes en la infraestructura y las viviendas, en particular en las construcciones poco sólidas.

Posteriormente, suelen producirse fuertes lluvias e inundaciones, y en regiones costeras llanas, mareas de tormenta.

En el caso de los ciclones, su llegada puede anunciarse con pocas horas de antelación. Las personas optan por esperar hasta el último momento antes de dejar su hogar y sus pertenencias y el número de muertos, las inundaciones repentinas y las pérdidas materiales, son elevadas.

Perturbación tropical:

Zona de inestabilidad atmosférica asociada a la existencia de un área de baja presión, la cual propicia la generación incipiente de vientos convergentes cuya organización eventual provoca el desarrollo de una depresión tropical. Es de carácter migratorio no frontal, cuyas características se mantienen, al menos, 24 horas.

Depresión tropical:

Los vientos se incrementan en la superficie, producto de la existencia de una zona de baja presión. Dichos vientos alcanzan una velocidad sostenida menor o igual a 62 kilómetros por hora.

Tormenta tropical:

El incremento continuo de los vientos provoca que alcancen velocidades sostenidas entre los 63 y 118 km/h. Las nubes se distribuyen en forma de espiral. Cuando el ciclón alcanza esta intensidad se le asigna un nombre preestablecido por la Organización Meteorológica Mundial.

Huracán:

Es un ciclón tropical en el cual los vientos máximos sostenidos alcanzan o superan los 119 km/h.

El área nubosa cubre una extensión de entre 500 y 900 km de diámetro, produciendo lluvias intensas.

El aire caliente gira en sentido contrario a las agujas del reloj

En las regiones cercanas al Ecuador, los océanos son cálidos y el aire caliente se eleva desde la superficie

Cuando el aire sube, crea una baja presión sobre la superficie del océano, que atrae más aire cálido, que se vuelva a elevar

El aire cálido y húmedo se eleva, se enfría y forma nubes

Mientras más aire cálido asciende, el aire circundante gira para ocupar su lugar

La velocidad aumenta cuando el aire pasa por el centro de baja presión (ojo del huracán)

El sistema de nubes gira y crece. Se alimenta de calor del océano y el agua que se evapora de la superficie, formado un “ciclón tropical”

La fuente principal de energía de los huracanes es la expulsión de grandes cantidades de calor latente de vaporización que se eleva, lo que provoca la condensación del vapor del agua. Por ello, cuando toca tierra, la tormenta se debilita y finalmente se disipa.

El ojo del huracán puede llegar hasta cerca de 100 km. En esta etapa, el ciclón se clasifica por esta escala.

Caída de árboles pequeños, daños en el tendido eléctrico.

Daños a los techos, puertas y ventanas. Caída de árboles grandes.

Grietas en construcciones

Daños severos y extensos en ventanas, puertas y techos en muchas viviendas. Lo mismo en construcciones industriales.

Desprendimiento de techos de viviendas.

Con nombre propio

De acuerdo con el pronóstico del Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh), para el 2020 se espera la formación de 16 sistemas tropicales en el Océano Atlántico y El Caribe.

La Organización Meteorológica Mundial establece los nombres para los ciclones tropicales del Atlántico: Arthur, Bertha, Cristóbal, Dolly, Edouard, Fay, Gonzalo, Hanna, Isaías, Josephine, Kyle, Laura, Marco, Nana, Omar, Paulette, René, Sally, Teddy, Vicky y Wilfred.

Para el Pacífico se prevén 16 tormentas tropicales, con los siguientes nombres: Amanda, Boris, Cristina, Douglas, Elida, Fausto, Genevieve, Hernan, Iselle, Julio, Karina, Lowell, Marie, Norbert, Odalys, Polo, Rachel, Simón, Trudy, Vance, Winnie, Xavier, Yolanda y Zeke.

Para el Pacífico Central: Hone, Iona, Keli, Lala, Moke y Lolo.

Daños colaterales

Los efectos en zonas costeras provocados por el oleaje y marea pueden ser altamente destructivos y varían de acuerdo con factores.

Las precipitaciones asociadas al ciclón pueden reblandecer el suelo, provocando deslaves, deslizamientos de laderas, desbordamientos de ríos y arroyos, o afectaciones en caminos y tramos carreteros, así como inundaciones en zonas bajas y saturación de drenajes en zonas urbanas.

La navegación marítima debe extremar precauciones, así como las operaciones aéreas.

Infografía: Diego Sac

Fuente: BBC, USGS e Insivumeh