Agentes de la Policía Nacional Civil (PNC), con apoyo del Ejército, permanecían  afuera del penal como medida de prevención.
 
Los Bomberos Voluntarios  intentaron  controlar el fuego causado por los internos, pero estos  no lo permitieron.     

A través de mensajes de texto,  los inconformes  se comunicaron con una radio local para exigir el traslado del reo identificado  solo como German, alias el Enfermero, a quien señalan de cobrar Q6 mil de la denominada talacha, además de exigir Q200 a familiares de internos para que  ingresen comida, ropa o dinero.
   
El reo señalado cumple una condena de 15 años por violencia contra la mujer.
 
El jefe interino de la Comisaría 21, Marlon Cardona,  dialogó con los inconformes y  luego informó de las peticiones al gobernador Armando Palma, quien llegó al lugar.   
 
Cardona indicó que los reclusos aducen que el Enfermero  tiene el control del recinto y  usa  la clínica como habitación, donde  tiene una computadora y  electrodomésticos.

Añadió que también exigen más cantidad y calidad de comida, ya que en esa cárcel hay 450 presos y solo reciben cien raciones por tiempo.
 
Afirmó que   piden el traslado del  inspector Meslyn Martínez, quien tiene a su cargo  la seguridad del penal.
 
Luego de haber analizado las peticiones,  Palma afirmó que las resolverá.  

Una mujer que se identificó como Lourdes comentó:  “Tengo un hermano en esa  cárcel, y le exigieron Q6 mil”. Añadió que no reunieron esa cantidad, y su pariente fue agredido.
 
Un exrecluso, quien dijo llamarse Milton, indicó que un recluso murió en junio último, tras haber recibido una paliza.   

Acerca del problema, el ministro de Gobernación, Mauricio López Bonilla, expuso  que por el hacinamiento en el Sistema Penitenciario,   la  PNC    custodia las cárceles en la provincia.

Afirmó que dará seguimiento a las denuncias de  supuestos cobros y abusos.

Este es el tercer motín que se registra en el transcurso de este año en ese centro, el primero ocurrió en abril por inconformidad con los tiempos de visita, un mes después se amotinaron en rechazo a los abusos de uno de los encargados de la cárcel.