Deporte Internacional

Fiebre anaranjada en festejo de los Gigantes

Por tercera vez en cinco años, las calles de San Francisco se cubrieron con el confeti anaranjado y negro que cayó desde lo alto de varios edificios para conmemorar la coronación de los Gigantes en la Serie Mundial.

Los Gigantes de San Francisco fueron aclamados en las calles por miles de seguidores. (Foto Prensa Libre: AP)

Los Gigantes de San Francisco fueron aclamados en las calles por miles de seguidores. (Foto Prensa Libre: AP)

Del cielo cayó también una lluvia constante, que no pudo apagar el entusiasmo de los jugadores, quienes saludaron, se tomaron fotos y dirigieron saludos a la multitud que los ovacionaba a su paso en autobuses de dos pisos.

El uso de esos vehículos constituyó un cambio respecto de los clásicos tranvías y autos convertibles que se habían empleado en las celebraciones de 2012 y 2010.       

Los festejos en esta ciudad se están volviendo tan comunes que están requiriendo de algunas modificaciones para distinguirse uno del otro.       

“Estos chicos juegan como equipo, creen en sí mismos, juegan como uno y jamás se dan por vencidos”, dijo Willie McCovey, miembro del Salón de la Fama, mientras esperaba para felicitar a los miembros de su antiguo equipo en una concentración posterior al desfile, frente al palacio del ayuntamiento de San Francisco.       

Ese fue el punto de llegada de la marcha triunfal que abarcó tres kilómetros. Fanáticos jubilosos de todas las edades comenzaron a congregarse desde muchas horas antes del desfile de mediodía, frente a vallas metálicas, en los tejados de algunos edificios e incluso trepados en los postes del alumbrado que se decoraron con globos anaranjados, negros y blancos.       

Todos querían aclamar a sus héroes deportivos. Muchas personas se ausentaron del trabajo y sacaron temprano a sus hijos de las escuelas —pese a los pedidos de las autoridades para que no lo hicieran—, a fin de que echaran un vistazo a la celebración.       

El lanzador estelar Madison Bumgarner ocupó él solo un autobús, adornado con un cartel que conmemoraba su premio al jugador más valioso de la Serie Mundial y de la Serie de Campeonato de la Liga Nacional. Al verlo, el público coreó en inglés MVP.

Una camioneta transportó los trofeos de la Serie Mundial conquistados por los Gigantes en 2010 y 2012. El manager Bruce Bochy asomó desde el piso superior de un autobús, cargando el trofeo de este año.  

El ex vocalista de Journey, Steve Perry, descendió de uno de los carros, interpretando su canción “Don’t Stop Believin”, e intercambió saludos con varios espectadores entusiasmados.       

La leyenda de los Gigantes, Willie Mays; el presidente del equipo Larry Baer; la legisladora federal Nancy Pelosi; el alcalde Ed Lee, y el vicegobernador Gavin Newsom, quien gobernaba San Francisco cuando los Gigantes se coronaron en 2010, desfilaron en autos descapotables.