Economía

Tulio García: “Baja del dólar afecta al sector productivo”

Tulio García, representante del sector privado ante la Junta Monetaria (JM), expone que el sector productivo del país se ve afectado por la prolongada caída en el precio del dólar, y advierte de que si continúa la tendencia, existe el riesgo de cierre de empresas.

García, quien también funge como director de la Asociación Guatemalteca de Exportadores, explicó que la disminución en el ingreso, debido a la apreciación del quetzal frente al dólar, ya se cuenta en decenas de millones de quetzales.

A continuación, un extracto de la entrevista con Prensa Libre respecto del tema.

¿Qué impacto advierte por la baja en el precio del dólar?

Cuando se hace la relación de lo que ha bajado, el tipo de cambio desde el alza mayor —el 13 de enero del 2010 llegó a Q8.39 por dólar—, hasta los Q7.57 por dólar de ayer, la disminución es de 9.7 por ciento.

A esto hay que aumentarle otros factores como el incremento en los costos de producción, de aproximadamente 7 por ciento, y otro 2 por ciento adicional del tema de seguridad. Debe considerarse el incremento en el transporte nacional e internacional.

Si llegamos a observar un Q7.40 por dólar, me da la sensación de que habrá muchas empresas que no van a seguir adelante y veremos muchas operaciones canceladas o cerradas, y aquellas que se queden tendrán que sufrir mucho para sobrevivir. Es una situación extremadamente crítica.

¿Pero acaso este tipo de cambio no beneficia a los importadores y de alguna manera al consumidor?

El consumidor eventualmente puede ganar al inicio, pero en general el país pierde, y hay que contrastar los precios de los productos importados más baratos, contra la generación de empleos y el crecimiento económico, que es lo que el país necesita en este momento. Además, la disminución de precios no se refleja en todos los productos importados.

¿Hay otros sectores afectados, además del exportador?

Las personas que reciben remesas familiares van a tener menos quetzales, y por ende menos consumo, y entonces la actividad económica será menor.

La maquila y el agro también se verán afectados, pues emplean a más de la mitad de la población económicamente activa del país.

También se impactará a la industria nacional; por ejemplo, las personas prefieren comprar bienes de corto plazo como vehículos o electrodomésticos, y esas ganancias no quedan en el país, sino se van a las naciones que lo produjeron.

Además, lógicamente los bienes importados relativamente baratos harán difícil competir para la producción local.

De alguna manera, ese comercio también beneficia a la economía local.

Los efectos se darán directamente en los empleos. Se pierde la competitividad de las exportaciones y con ello la oportunidad de generar más trabajos. Si a esto se le suma el reciente aumento a la tasa líder, se corre el riesgo de que se incremente el costo de los créditos y automáticamente se enfría la economía.

De hecho, la economía de Guatemala se ha enfriado, porque con suerte este año creceremos 3 por ciento, lo cual es un crecimiento mediocre.

Claro, hay un temor manifiesto por el tema inflacionario, pero este se ve que está en alrededor del 5.5 por ciento, generado por factores externos, como el alza en los precios de materias primas, tales como el petróleo, maíz y trigo, entre otros, y no por un exceso de demanda en Guatemala. En general, la competitividad del país se ve afectada.

¿Qué explicaciones han obtenido respecto de esta variación en el tipo de cambio?

Primero, que es un comportamiento normal por estacionalidad, la segunda razón es que hay un flujo de capitales extranjeros que están buscando colocarse, debido a mejores rendimientos. En tercer lugar, las remesas han tenido un comportamiento creciente.

Habría que seguir el ejemplo de países como Colombia, Perú, Brasil y Chile, que están protegiendo su tipo de cambio y a sus exportaciones. Lo que hay que hacer en Guatemala es tomar esas medidas no convencionales.

¿Como cuáles?

Una mayor participación en el tipo de cambio. No podemos seguir con las medidas convencionales en detrimento del crecimiento económico de un país cuando hay un subempleo del 20 por ciento, en un país que tiene una pobreza de más del 51 por ciento.

Este tema la JM lo analiza, pero desde un punto de vista macroeconómico técnico, con bases económicas tradicionales, pero es momento de ver la microeconomía y tomar acción.

Por ejemplo, que la actual regla de la JM fuera asimétrica, es decir, que cuando se aprecie el quetzal la intervención del Banco de Guatemala tendría que ser mucho más fuerte que cuando hay una depreciación como una medida de protección al mercado local.