Economía

Tartejas de Crédito, aliadas o enemigas

Las tarjetas de crédito son utilizadas por muchos y comprendidas por pocos. Ellas son la forma más práctica de acceder a un préstamo sin necesidad de presentar un fiador o tener que llenar papelería y realizar un sinfín de trámites burocráticos para obtenerlo.

Ellas nos facilitan dinero prestado cada vez que las usamos, pues ellas son las que pagan lo que consumimos y luego nos dan un tiempo para devolverles lo que pagaron por nosotros. Si les devolvemos lo que pagaron por nosotros, en el tiempo o fecha límite que nos pidieron pagar, entonces no nos cobran intereses. Pero si no les devolvemos el dinero prestado en esa fecha límite de pago, entonces si nos cobran intereses.

Para un fácil uso de las mismas, a fin de que no caigas en problemas y saques el provecho de su servicio de crédito inmediato, te comparto aquí el ABC que les enseño a mis estudiantes, acerca del manejo de las tarjetas de crédito: Primero: Lo que les cargues a ellas, es porque de antemano sabes que tendrás el dinero para pagárselos. Segundo: Págales el saldo completo y no solo el mínimo que te piden, para no dejar deuda pendiente por la cual te cobren intereses. Tercero: Págaselos en la fecha límite de pago, o antes, para no pagarles intereses.

Si haces estas tres cosas no caerás en problemas de pago, ni en atrasos que hagan después impagable el saldo. Por otro lado, suspende el uso de la tarjeta, mientras te pones al día con los pagos atrasados, para así no incrementar la deuda que ya tienes. Esto es de vital importancia. No llegues nunca, a deber más allá de un salario completo. En todo caso con el bono catorce o el aguinaldo saldrías del embrollo, para no sufrir consecuencias desagradables de cobro y de situaciones estresantes innecesarias, provocadas por tu negligencia y no por las tarjetas en sí.

Recordemos que las deudas no solo nos hacen perder dinero por los intereses que pagamos al adquirirlas, sino también otras cosas muy importantes. Para comenzar, la paz personal, porque estamos absortos en el problema y sus consecuencias y nuestra eficiencia operativa se ve disminuida en el trabajo, negocio o profesión. La salud física, púes nos sentimos tan agobiados y presionados, que empiezan a padecer algunos órganos internos como el estómago que experimenta un constante baño de ácido que irrita el epitelio gástrico, provocándole la incómoda gastritis y hasta úlceras.

En lo emocional, nos roban la alegría, nos mantienen de mal humor y desconecta de nuestras relaciones inter personales especialmente con el núcleo familiar. Mentalmente estamos preocupados con una sola cosa en mente, las deudas y cómo hacer para solventarlas, faltos de iniciativa, y carentes de ánimo para enfrentar nuestro endeudamiento.

La armonía conyugal se ve deteriorada púes se dan constantes roces y altercados por las limitaciones que traen para enfrentar el resto de gastos del mes. La solvencia y el buen nombre se pierden, pues al caer en mora somos víctimas de las llamadas “protectoras de crédito” que nos convierten casi en parias, sujetos indeseables y de riesgo para la obtención de créditos futuros. La independencia personal se pierde, pues caemos en una moderna esclavitud al salir día a día, a trabajar para generar dinero para luego entregárselo a nuestros “amos” los acreedores

Cualquier esfuerzo por no adquirir deudas, o salir de ellas si ya las tenemos y evitar sus desagradables y desgastantes consecuencias, vale la pena hacerlo. De ahí que, esfuérzate por hacer las siguientes cuatro cosas, para conseguir dinero adicional al que ya generas, para poder hacer pagos o abonos extras al capital que debes. Primero: Consigue otros trabajos o involúcrate en actividades generadoras de ingresos adicionales. Segundo: Disminuye tus gastos, sacrificando algunos gustos y comodidades. Tercero: Vende todo lo que tienes en buen estado, pero no lo usas, no te sirve o no te produce un beneficio. Cuarto y ultimo: Usa cualquier ingreso adicional al salario o ingreso regular como bono catorce, o de aniversario, aguinaldo, o ahorro Solidarista.

Si ya tienes problemas con tus tarjetas, hoy día contamos con la valiosa ayuda de la Defensoría del Consumidor que opera dentro de la Procuraduría de Derechos Humanos a quien puedes acudir para que te orienten en cómo salir de las deudas con tus tarjetas de crédito y te faciliten su apoyo jurídico para que tus derechos no sean menoscabados por ningún acreedor.

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