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Miércoles de Ceniza marca comienzo de Cuaresma

Católicos asisten a las iglesias para la imposición de la cruz de ceniza, que según el calendario cristiano marca el comienzo de los 40 días de penitencia de preparación para la Pascua.

Fieles católicos llegan a las iglesias en el Miércoles de Ceniza que marca el comienzo de la Cuaresma. (Foto Prensa Libre: Estuardo Paredes)

Fieles católicos llegan a las iglesias en el Miércoles de Ceniza que marca el comienzo de la Cuaresma. (Foto Prensa Libre: Estuardo Paredes)

“Conviértete y cree en el evangelio. Polvo fuiste y al polvo volverás”, fueron las palabras de varios sacerdotes en distintas iglesias, ante los fieles que acudieron al llamado religioso.

La iglesia cree que colocarse la cruz es símbolo de fragilidad y mortalidad, estas son necesarias para ser redimidos por la misericordia de Dios.

La ceniza que se impone en la frente de los devotos, y con la que es dibujada una cruz, está hecha de ramos de olivo, bendecidos en el Domingo de Ramos del año pasado. El Miércoles de Ceniza, al igual que el Viernes Santo, son días de ayuno y abstinencia.

¿Qué es el Miércoles de Ceniza?

Es el comienzo de la Cuaresma, que son 40 días en los que la Iglesia llama a los devotos a la conversión y prepararse  para recordar la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo en la Semana Santa.

Según la iglesia, la imposición de la ceniza no es obligatoria, ya que no es día de precepto. Aunque sí exigen el ayuno y abstinencia para los mayores de 18 años y menores de 60. Todos pueden tener una comida una sola vez en el día.

Fieles asisten a iglesias en Miércoles de Ceniza. (Foto Prensa Libre: Estuardo Paredes y Óscar Rivas)

En la cultura bíblica la ceniza constituye un signo que expresa la precariedad de la vida, el resultado de un órgano viviente —animal o planta— cuando termina su existencia.

Eso significa que sin Dios no hay vida. Según las creencias religiosas, si falta Dios en la vida de una persona, entonces es como ceniza.

De esa idea surge la frase bíblica: “Acuérdate que eres polvo y en polvo te has de convertir”. Que se interpreta como que el ser humano, privado del Espíritu es solo materia que, eventualmente, dejará de vivir.

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