Varias recaídas mantuvieron hospitalizado a Luis Gerardo durante meses, de manera intermitente, pero el 2 de diciembre recién pasado, cuando llegó a un chequeo de rutina, su cuadro se agravó.

Un día antes, según Claraluz Xia, incluso hicieron un viaje familiar a un nacimiento de agua, en Chimaltenango.

Sin embargo, 24 horas más tarde, tras una evaluación, se determinó que era necesario que fuera internado para hacerle una transfusión sanguínea y de plaquetas, ya que presentaba alteración de potasio y falta de plaquetas.

El tratamiento

“Él solo iba a consulta, pero me lo dejaron internado”, refirió la madre del niño, quien contó que, ante la imposibilidad de inyectarlo en las venas, fue necesario colocarle un catéter, lo que le causó una infección.

Según la oficina de Prensa del IGSS, durante los primeros días de tratamiento el menor se encontraba estable. “El 16 fue necesario cambiarle el catéter para detener la infección progresiva que presentaba; además, Luis presentó una recaída en su sistema nervioso central, con invasión en los órganos y la médula espinal”, y eso provocó que convulsionara y entrara en un coma, se indicó.

Xia aduce que las convulsiones se debieron a que el tratamiento no fue el adecuado. “Le cambiaron el catéter y no era necesario porque le funcionaba bien. Además, lo operaron cuando tenía fiebre, y eso le provocó las convulsiones. Y la médico que lo operó no estaba pendiente de cómo estaba”, denunció.

Por el delicado estado de su salud, el domingo fue necesario entubar al menor, para brindarle ventilación asistida, pero según la madre, durante el procedimiento le quebraron dos dientes.

“La madre asegura que no se le dio la medicina necesaria; sin embargo, esta se le administró cuando fue necesaria”, asegura el IGSS.

Caso sigue

Aunque en el hospital fue atendido, Luis Gerardo falleció a las 14.30 horas de este martes.

La familia del menor presentó una denuncia en el Ministerio Público y es posible que un juez ordene el secuestro del expediente clínico, para determinar la responsabilidad de los tratantes, mediante un dictamen del Instituto Nacional de Ciencias Forenses.

“Sabía que algún día iba a morir, pero ese momento no había llegado. Yo lo llevé a chequeo y él estaba bien”, lamentó Xia.