Guatemala

Elaboración de nacimientos son expresión de fe

Expresión artística  y devoción afloran con la llegada de la Navidad, una fecha propicia para que las familias  demuestren su ingenio en  la elaboración de nacimientos que representan la llegada del Niño Dios,  que en muchos casos se convierten en verdaderas obras de arte.

En Tecpán Guatemala, la familia Rosales González adorna el pesebre con imágenes que datan de hace más de cien años. (Foto Prensa Libre: José Rosales)

En Tecpán Guatemala, la familia Rosales González adorna el pesebre con imágenes que datan de hace más de cien años. (Foto Prensa Libre: José Rosales)

Para el historiador Fernando Urquizú, los nacimientos han  variado con el pasar del tiempo y por influencia de varias culturas. “Lejos han quedado las escenografías a escala de pesebres con expresión didáctica, para la enseñanza del Evangelio, con el Niño Dios, la Virgen María y José, acompañados del buey y la mula”, señaló.

La historia narra que San Francisco de Asís, en el siglo XII, fue el primero en elaborar un nacimiento en Greccio, Italia, para  la Navidad de 1223, con el  permiso  del papa Honorio III, en el que escenificó la natividad  del Niño Dios.

“El nacimiento que elaboró  San Francisco de Asís no necesariamente fue con figuras, fue más un auto sacramental —pieza de teatro religioso—”, comentó  Urquizú, quien relató que   los nacimientos tuvieron mayor apogeo con la llegada del rey Carlos III de España —siglo XVII—, quien también fue monarca de Nápoles, e impuso un nacimiento estilo napolitano con figuras de porcelana.

 Adopta tradición

Urquizú agregó que en épocas pasadas México adoptó la tradición de los nacimientos europeos, y Guatemala, al ser  parte del arzobispado de aquel país, puso en práctica varias de las costumbres,  muchas de la cuales se mantienen, como las posadas y en menor escala, la quema de la piñata de siete picos, que representa los siete pecados capitales.

El historiador comentó que, en el siglo XVI, en Guatemala se empezaba a celebrar la Natividad de Cristo con la quema del diablo, el 7 de diciembre; posteriormente con la Virgen de Concepción, la Virgen de Guadalupe, hasta llegar la Nochebuena.

“Por ser cultura hispánica, las celebraciones se desarrollaban a partir de las 18 horas y la Navidad comenzaba con una misa a primera hora, por lo que fue denominada Misa de Gallo”, comentó Urquizú.

En 1743 se fundó el Arzobispado de Guatemala, por lo que se adoptaron nuevas costumbres, entre ellas los nacimientos  temáticos y con figuras de barro elaboradas por  artesanos de Chinautla.

Emblemáticos

En la provincia  se hacen  nacimientos vistosos y de grandes dimensiones, los  que  reúnen cada año a miles de personas, pues  algunos  son colocados en calles  y hoteles.

En San Pedro Yepocapa, Chimaltenango, este año   plasmaron de nuevo un  gigantesco nacimiento frente al edificio municipal. Mide 23 metros de largo y seis de ancho, por 5.5 de alto. El lema es  el regalo enviado del cielo.

En Tecpán Guatemala, Chimaltenango, la familia Rosales González  se empeñó  en elaborar  el nacimiento en   su hogar, tradición que viene de un siglo atrás. Las figuras del misterio datan de esas fechas y son consideradas   reliquias”, comentó Marta González, integrante de esa familia.

En Huehuetenango, la familia Pellecer Cano vuelve a mostrar al público su nacimiento gigante, elaborado con productos  y piezas reciclables. En esta ocasión logró plasmar 10 escenas temáticas basadas en los relatos del Evangelio  de  San Lucas y San Mateo.

 El nacimiento   cubre el espacio de  una sala y está en exhibición en el hotel Zaculeu, de  la cabecera.

En Retalhuleu,  desde  hace 17 años la familia Huitz  cumple con   la tradición de los nacimientos y  utiliza figuras provenientes de distintos países, y resaltan las imágenes de la  Virgen de Concepción, de Guadalupe y las de  José y María.

“No usamos figuras modernas y nos apegamos a las relatos bíblicos. Más que un nacimiento  es un monumento dedicado a Dios”,  señaló Wilber Huitz.

La familia Sion,  en ese mismo departamento, trabajó  este año en un nacimiento  en homenaje a las víctimas  del derrumbe en El  Cambray 2, Santa Catarina Pinula,  por lo que representaron el deslizamiento de tierra y las casas soterradas. Esa familia elabora sus nacimientos  con sentido ecológico, desde hace 16 años.

En Totonicapán, Francisco Say y sus parientes ocupan gran parte de su vivienda,  en Chotacaj, Pasaje El Nazareno,  para elaborar el nacimiento, tradición que data desde  1942.

Una de las peculiaridades  de ese nacimiento es el Niño Dios, que, según Say,  está en poder de la familia desde hace más de un siglo.

Por O. Felipe, J. Tizol, M. Castillo, V. Chamalé, J. Rosales, L. Sapalú y R. Miranda.

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