Guatemala

Crece malestar por cierre de sede del Renap en Sololá

Pobladores de la cabecera sololateca manifestaron su inconformidad debido al cierre de las oficinas del Registro Nacional de Personas (Renap), en ese municipio, por lo que no pudieron efectuar algunos trámites.

En la puerta  de la sede del Renap en la cabecera de Sololá, los pobladores encontraron un aviso de cierre  por tiempo indefinido. (Foto Prensa Libre: Ángel Julajuj)

En la puerta de la sede del Renap en la cabecera de Sololá, los pobladores encontraron un aviso de cierre por tiempo indefinido. (Foto Prensa Libre: Ángel Julajuj)

Las autoridades indígenas se pronunciaron al respecto y explicaron que ellos no pidieron el cierre de las instalaciones y que tampoco lo promovieron, como algunos trabajadores del Renap lo han señalado.

“Hemos instalado una mesa de diálogo con autoridades de esa institución, puesto que la población sololateca es víctima de discriminación, ya que en Totonicapán y otros lugares se cobra Q5 por una partida de nacimiento, mientras que aquí se cobran Q15”, aseguró el alcalde indígena Alberto Chumil.

Añadió que han convocado a las autoridades del Renap para llegar a un acuerdo y establecer un precio para los documentos que se brindan, con el propósito de beneficiar a la población, por lo que esperan solucionar el problema mediante el diálogo.

“Esperamos que pronto se pueda resolver la situación”, concluyó Chumil.

Nehemías Cúmes, empleado del Renap, indicó que los alcaldes -municipales- lo convocaron a una reunión para aclarar el tema de los precios, pero aseguró que no estaba autorizado para dar declaraciones por parte de la institución.

“Mis superiores me han manifestado que no estoy autorizado para dar declaraciones. Simplemente se nos notificó que debíamos dejar de trabajar desde el pasado viernes 24 de abril”, afirmó Cúmes.

Algunos vecinos que llegaron al Renap a efectuar trámites expresaron que viajaron durante varias horas y que no se les había notificado del cierre de las instalaciones, lo que les ocasionó un gasto innecesario.

“Gasté por gusto y perdí una tarde en el trabajo. Necesito el DPI para hacer otros trámites y ahora solo me queda esperar”, expresó Romero Cúmes, vecino afectado.

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