Vecinos del lugar describieron a la pareja, que desde hace cuatro años vivía en esa colonia, como “estable”. Chávez, mecánico de buses, fue interrogado ayer por la Policía, luego del hallazgo. Los Bomberos Municipales informaron que recibieron su llamada de auxilio a las 12.50 horas.
Las colochitas
González Valdez y la niña más pequeña yacían en los sillones de la sala, y las otras menores, en el suelo. Todas fueron baleadas en la cabeza.
La puerta de la casa no fue forzada, se indicó.
Los socorristas dijeron que cuando llegaron al lugar la televisión estaba encendida, y según vecinos, se escucharon cohetillos en el momento en que posiblemente las víctimas fueron atacadas.
Las niñas fueron vistas por última vez el viernes pasado, cuando volvían de comprar golosinas.
Las colochitas, como las conocían, solían pedir prestado el control remoto que abre la puerta de una colonia vecina, para ir al campo de juegos. Residentes de esta cerraron el paso por los altos índices de criminalidad en el lugar.
La escuela donde estudiaban las pequeñas —Ramiro de León Carpio— queda a una cuadra de su casa. El último día de clases fue de festejo para ellas, pues hubo chocolates, juegos y refacción especial para celebrar el Día del Cariño.
“Dios actúa en perfección. Imagínese, ¿qué habría sido de las niñas sin su madre, o lo contrario?”, expresó un tío de las niñas, frente a la escuela, todavía decorada con corazones.
Semana trágica
El martes último, apareció muerta en un pozo Jennifer Perea, 10, en Ssan Vicente Pacaya, Escuintla, quien despareció días atrás. Vecinos la habían buscado sin éxito y habían planeado hacer una marcha para presionar a las autoridades a fin de esclarecer su paradero.
Sin embargo, una turba enfurecida atrapó y linchó a Lisbeth Paola Rivera Sazo, 30, madrastra de la pequeña, a quien acusaban de ser la responsable de la muerte.
El padre fue detenido ese mismo día, pero un día después fue liberado por falta de mérito.
El miércoles, una niña de 5 y su madre aparecieron muertas en un hotel de la 7 avenida y 20 calle de la zona 1 capitalina. La pequeña Nairobin Méndez
Vásquez y su madre Norma Vásquez habían salido un día antes de su casa en Amatitlán para un día de paseo y compras con el padre de la niña en la capital, de acuerdo con testimonios de la familia.
El encargado del hotel dijo que esa noche ingresó la mujer, la niña y un hombre.
La fiscal General, Thelma Aldana, se pronunció ayer sobre estos últimos dos casos y los atribuyó a la violencia familiar, a causa de relaciones desiguales en las parejas, y no a grupos delincuenciales.
Según las estadísticas del sistema de cómputo del MP, en enero se registraron 31 muertes violentas de mujeres y niñas.