Los días consecutivos de lluvia o temporales estarán asociados a la proximidad de la vaguada monzónica —que se caracteriza por vientos estacionales del oeste que causan episodios de tormentas breves, pero torrenciales—, una zona de convergencia intertropical y al paso de ondas del este.

El Insivumeh recomienda a los agricultores tomar medidas para el manejo de enfermedades producidas por hongos y bacterias que puedan desarrollarse por el alto contenido de humedad en el suelo, y a las comunidades de las planicies del país, precaución por el alto riesgo de inundaciones.

La perspectiva se elaboró con la participación de los servicios meteorológicos de Centroamérica, y se tomó en cuenta la evolución de las temperaturas superficiales de los océanos Atlántico y Pacífico tropical de los últimos meses.

Alerta verde

David de León, vocero de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred), dijo que se encuentran en alerta verde institucional, que significa monitoreo constante en todo el país.

“Tomando como referencia otros años, septiembre y octubre han sido los meses cuando se registra lluvia más fuerte, mayores situaciones y actividad ciclónica”, aseguró De León.

Recomendaciones

De León dijo que la población debe estar atenta a las indicaciones de las autoridades, tener a mano insumos y un plan para casos de emergencia.

A quienes transitan por las carreteras, el vocero de la Conred recomendó tomar en cuenta que la lluvia a veces se acompaña de fuertes vientos, por lo que pueden caer árboles y colapsar algunas estructuras.

También se pone a disposición de la población el teléfono 1566, las 24 horas, donde la Conred recibe información sobre situaciones de riesgo.

Derrumbes

Según el Insivumeh, el 2010 y el 2011 son los años catalogados como de más lluvia de la historia, y cuando se registraron más situaciones de peligro.

El 4 de septiembre del 2010 se registró un desprendimiento de tierra y rocas en el kilómetro 171 de la ruta Interamericana, que dejó cuatro personas soterradas. Vecinos se encontraban en labores de rescate cuando otro alud los sepultó. El saldo final fue de 26 personas fallecidas, en una de las tragedias más fuertes.

El 21 de septiembre del 2011, una mujer y un hombre murieron cuando aludes arrastraron sus casas en asentamientos de la zona 7 de la capital y San Raymundo.