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Hospitales Roosevelt y San Juan de Dios, sobresaturados

Los hospitales Roosevelt y San Juan de Dios se encuentran sobresaturados en todas las áreas, debido a que   los demás servicios de salud afrontan desabastecimiento, señala un informe preliminar sobre hallazgos de la Procuraduría de Derechos Humanos (PDH).

La falta de  camillas en la sala de urgencias del Roosevelt fueron parte de los hallazgos del monitoreo efectuado ayer por la madrugada por la PDH.

La falta de camillas en la sala de urgencias del Roosevelt fueron parte de los hallazgos del monitoreo efectuado ayer por la madrugada por la PDH.

El área de encamamiento de ambos hospitales se encuentra con  índice de saturación de entre  115% y  120%, indicó la médica Zulma Calderón, jefa de Supervisión Hospitalaria de la PDH, pese a que cada uno de esos nosocomios tiene capacidad para mil pacientes, según el monitoreo efectuado.

“El sistema hospitalario del país ya no responde, pues no ha crecido en  proporción a la cantidad de población que somos actualmente”, afirmó Calderón, al citar el informe, que aún está en proceso.

Carencias

Calderón mencionó algunas de las carencias halladas en el Roosevelt, como  falta de medicamentos para atender situaciones básicas, lo cual obliga a los  pacientes a adquirirlos, así como escasez de pañales para adultos y ropa de cama. Tampoco se cuenta con agua purificada y hay déficit en personal de enfermería.

“Solo hay dos auxiliares de turno para cubrir a entre 30 y 45 pacientes, distribuidos en distintos servicios”, comentó Calderón, entre otros problemas.

Consulta externa

La supervisión de hospitales de la PDH entregó un informe “puntual” sobre la situación de consulta externa en los principales hospitales de la capital, que incluyen los dos nacionales y varios del Seguro Social.

En el caso del Roosevelt, donde la semana pasada se dio el cierre parcial de la consulta externa, Calderón resaltó la falta de reactivos en los laboratorios para hacer exámenes complementarios. “Fue una de las  principales razones por las que los médicos decidieron cerrar”, afirmó.

El facultativo  Arnoldo López, vocero de la junta directiva del Roosevelt, indicó que por el momento no  se tiene  fecha para normalizar el servicio.
Informó que esperan una reunión mañana con los directores del hospital para revisar el nivel de abastecimiento en medicinas, y luego de eso, tomar una decisión en asamblea de médicos.

“Los insumos que tenemos actualmente los desviamos a las emergencias o a cirugías selectivas”, añadió.  

Equipo nuevo

Gustavo Barillas, vocero del Ministerio de Salud, anunció que   a fines de octubre se invertirá en  los  hospitales Roosevelt y San Juan de Dios, con nuevo equipo médico, a  un costo superior a los Q40 millones.

Eso incluye camas, camillas,  máquinas de rayos X digitales,  bombas de infusión continua, holters, ecocardiogramas y equipo nuevo en general.
Indicó que  los fondos provendrán del  presupuesto de esa cartera.

Pocos recursos

El médico Adrián Chávez, del Instituto de Problemas Nacionales de la Universidad de San Carlos, considera que el problema tiene tres causas principales.  

Primero, la poca asignación de recursos a la cartera de Salud —Q5 mil 111 millones— este año. Segundo, el mal manejo de esos fondos, en donde el 41% del presupuesto asignado a la red hospitalaria es absorbido por apenas tres —Roosevelt, 19%;  San Juan de Dios, 16%;  y Hospital Nacional de Occidente, en Xela, 6%.

El 59% de los recursos se distribuye entre los 40 hospitales restantes, según el estudio Un presupuesto crónicamente desnutrido, de Chávez.  
 “La población tampoco recibe respuesta en este nivel de atención por falta de insumos, por lo que acude a los hospitales grandes,   que por lógica se saturan”, explicó el facultativo.

Y tercero,   las dificultades administrativas de los directivos.

El médico Luis Moya, catedrático de Gestión de Servicios en Salud de la Universidad de San Carlos, afirmó  que el sistema de salud se encuentra
 desarticulado.

“Si no se atiende correctamente en los niveles de atención primario y secundario, las enfermedades se agravan  hasta requerir servicios de emergencia”, expresó.

Destacó que no todos los servicios se deben ofrecer en los hospitales centrales, porque entonces concentran los recursos de operación.  

Moya recordó que la salud preventiva es más barata que la curativa. “Por cada US$1 que  se invierte en vacunas y agua potable se ahorran hasta US$7 en enfermedades graves”, aseguró el experto.

En Guatemala hay déficit en cuanto a la relación de número de camas de hospital por cada mil habitantes, como señalan estadísticas de la Organización Mundial de la Salud. El país tiene 0.6 camas por cada mil habitantes, según cifras del 2009. “No se llega a estándares de equipo humano ni infraestructura”, puntualizó Moya.

Escasez de Insumos

Un monitoreo  efectuado en la sala de urgencias del  Roosevelt por Fernando Trabanino,  defensor del consumidor de   la PDH, detectó:

Falta de  camillas obliga a pacientes a permanecer en sillas o planchas de cemento.

Solo   dos sillas de ruedas hay en esa área.

Sin material  quirúrgico para suturar.

En pediatría,   señaló la escasez de un ortopedista, por el caso de una menor que esperó atención por cuatro horas.

Hallazgos  

En el monitoreo de  la PDH en la emergencia del San Juan de Dios los hallazgos fueron:  

Saturación y colapso  en el área de traumatología. Los pacientes se reparten a  otras áreas.  

Falta   material quirúrgico, silla de ruedas.

Camillas en  mal estado, con agujeros y sin colchones. Usan  ponchos.

Pocas sábanas.  Se contaron solo 22 juegos para más de 125 pacientes en la emergencia.

El personal  médico está comprometido con brindar servicio.
  

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