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Hambruna acecha a 280 mil familias en el país

Más de 280 mil familias que perdieron sus cosechas de granos básicos durante la canícula pasada están amenazadas por una hambruna que se podría agudizar a partir  de este mes, por el agotamiento de sus reservas alimentarias.

Pérdidas en cultivos podrían registrarse este año, debido a la variabilidad del clima y posibilidad de un nuevo período de sequía.

Pérdidas en cultivos podrían registrarse este año, debido a la variabilidad del clima y posibilidad de un nuevo período de sequía.

El informe de la Secretaría de Seguridad Alimentaria y Nutricional (Sesán) indica que la mayoría de afectados por la canícula prolongada ocurrida en el 2014 se encuentran en 88 municipios de  Baja Verapaz, Chimaltenango, Chiquimula, El Progreso, Huehuetenango, Jalapa, Jutiapa, Quiché, Retalhuleu, Santa Rosa, Suchitepéquez y Zacapa.

Estas personas perdieron sus siembras, y según el  Fondo Mundial de Alimentos, la población   más vulnerable a padecer hambre son las familias de subsistencia e infrasubsistencia de las regiones   oriente, occidente y sur de Guatemala, porque no cuentan con reservas de maíz o frijol.

Pérdidas

Carlos Anzueto, viceministro de Desarrollo Económico Rural, del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (Maga), explicó que en algunos lugares la canícula duró hasta 45 días y afectó  a 280 mil familias.

“Se generó una pérdida completa de cosechas; es decir, lo que iban a tener para autoconsumo”, precisó Anzueto.

DESCARGA- Vea el PDF de los damnificados por falta de granos.

El panorama se torna sombrío para estos núcleos familiares, debido a que la proyección climática para el 2015 es que se acentúe el fenómeno   El Niño en forma débil, el inicio del invierno sea irregular y   se registre otra   canícula prolongada.

Científicos y expertos opinan que las autoridades y la población deben prepararse para evitar daños mayores  ante esa proyección climática, y que a largo plazo, más que mitigar los daños que eso pueda ocasionar, se adapten a la variabilidad del clima,   con la construcción de infraestructura, así como el desarrollo e implementación de estrategias agrícolas.

Ante la perspectiva del estudio de campo, el Gobierno puso en marcha la Operación Oportunidad, informó el viceministro, quien explicó que esta  se basa en proporcionar alimentos por acciones,  en un plan que culminará en marzo próximo.

Las acciones consisten en la conservación de agua, preparación de  reservorios y pozos de infiltración, acerques de ladera y barreras muertas y vivas, entre otras.

“Vamos a tener  de 120 mil a 150 mil hectáreas con conservación de suelos en el Corredor Seco”, afirmó Anzueto.

El funcionario señaló que se busca “comenzar un proceso de recuperación del medio de vida de estas personas, para que tengan medidas de mitigación ante el  riesgo de sequía”.

Mitigación  

Samuel Reyes Gómez, vicedecano de la Facultad de Ciencia, Tecnología e Industria de la Universidad Galileo, habló de la necesidad de que se efectúen trabajos técnicos para la captación de agua e infraestructura.

“Los fondos que se utilizan para la repartición de abono se podrían utilizar para la construcción de infraestructura para la producción agrícola del país”, expuso Reyes Gómez.

Laureano Figueroa, decano de la Facultad de Agronomía de la Universidad de San Carlos, considera que las autoridades deben  promover programas de riego para que la gente disponga de agua de alguna manera.

“Hay que promover modalidades de preservación de suelos e investigar y usar nuevos cultivos  resistentes  a las condiciones”, detalló Figueroa.

Pronóstico Sombrío

Eddy Sánchez, director del Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh), dijo que los modelos de proyección climática que utiliza esa institución arrojan que persistirán las condiciones neutras, con tendencia a la formación del fenómeno   El Niño, con clasificación débil.

Sánchez expuso que esta situación repercutiría en el inicio de la época lluviosa, y de continuar esas condiciones, se esperaría una situación similar a la  ocurrida  en el  2012 y 2014, con  una canícula prolongada.

Walter Bardales, asesor de Agrometeorología del Insivumeh, detalló que la irregularidad que se podría presentar en el inicio de la temporada de lluvia   se conoce como   “falso invierno”, y  consiste en que llueve  entre cinco y ocho días y luego la lluvia desaparece  hasta 30 días. Según el experto, muchas personas se confunden y comienzan a sembrar, pero luego, por la sequía, sufren grandes pérdidas.

Bardales dijo que se pronostica que en su primera fase el invierno sea irregular, para luego dar paso a una canícula prolongada. Ese fenómeno  podría agravar la situación  de los agricultores de subsistencia.  

El experto afirmó  que al comparar los años análogos se prevé que la segunda etapa del invierno  de este  año la lluvia sea  copiosa y arriba de lo normal.

La perspectiva del  2015 también  indica que se espera un incremento en las temperaturas entre marzo y abril   arriba de lo normal, lo que podría repercutir  en la humedad de los suelos, así como en  la disminución de los caudales de  ríos y lagos.

Eso también  podría  crear  las condiciones ideales para que ocurran incendios forestales.

Futuro

Más calor y menos lluvia

Los escenarios de cambio climático que el Insivumeh ha pronosticado, con datos locales, muestran que a largo plazo, en la década del 2050, el país podría sufrir un aumento en las temperaturas en todas las regiones y una acentuada disminución de lluvia.

Walter Bardales, asesor de Agrometeorología del Insivumeh, explicó que se trabajó con un modelo dinámico y dos escenarios: el B1, que es optimista, y el A2,  pesimista. Ambos  son utilizados a escala mundial.

 “Luego de agregar los datos de temperatura y lluvia local a la climatología base de esos modelos, los dos escenarios muestran una reducción de  lluvia en algunas partes del país y la ampliación de lo que se conoce localmente como el Corredor Seco”, indicó.

El experto aseveró que los modelos también indican que podría haber una ampliación de una franja en el litoral Pacífico, donde llueve poco; sin embargo, hay zonas como la Franja Transversal del Norte, el Caribe y Petén,  donde podría  incrementarse la  lluvia.

“En lo que respecta a temperaturas máximas, tenemos un aumento a escala nacional. Vamos a tener menos días con temperaturas mínimas, pero  eso no quiere decir que no se vayan a presentar eventos extremos como heladas”, anunció el científico.

Bardales reveló que  se prevé que haya  menos días de lluvia, pero, como sucede con el frío, habrá otros con   lluvia  extrema.

El experto comentó que las zonas donde lloverá menos son donde los habitantes se dedican a la agricultura de subsistencia, por lo que el abastecimiento de agua  pluvial  podría verse afectado.

Adaptabilidad

Hay que cambiar  estrategia

Samuel Reyes Gómez, vicedecano de la Facultad de Ciencia, Tecnología e Industria  de la Universidad Galileo, planteó que lo que el Gobierno gasta en regalar fertilizante debería enfocarse a sistemas de riego, en donde el alcance sea mucho mayor.

“Digamos que los Q300 millones que se gastan en fertilizante pudieran dedicarse a los lugares donde hay mayor potencialidad. El compromiso sería que  el agricultor, al estar en capacidad, reintegre el dinero, para que  sirva a otros agricultores,  con el objetivo de  que a mediano plazo se pueda tener un sistema de riego en todo el país”, precisó.

Técnicas

Apostar por cultivos

Laureano Figueroa, decano de la Facultad de Agronomía de la Usac, opina que el Gobierno debe  anticiparse a  investigar para desarrollar  nuevos cultivos y, principalmente,  infraestructura.

“Los agricultores conocen las formas de   anticiparse a las sequías. El Gobierno también debe promover las prácticas para la  conservación de suelos”, señaló Figueroa.

Resaltó que se deben utilizar sistemas de riego, pero adaptarlos a las condiciones de cada región y subregión, porque hay agua,  pero no se aprovecha; de ahí la necesidad de desarrollar infraestructura para su  aprovechamiento.

Clima

Adaptarse a las condiciones

Eddy Sánchez, director del Insivumeh, explicó que ante las condiciones de variabilidad climática, Guatemala “tiene que  tomar acciones de adaptación”.

“Los países emergentes y en desarrollo no pueden tomar medidas de mitigación, sino que estas se tienen que adaptar”, comentó Sánchez.

El experto afirmó que hay que dejar los monocultivos y apostar por otro tipo de siembra, además de usar semillas resistentes a la variabilidad climática y especies que puedan resistir a esos cambios. “Hay que desarrollar infraestructura local para el uso de los recursos, particularmente el hídrico”, dijo.

Apoyo

Política a largo plazo

Carlos Anzueto, viceministro de Agricultura, aseguró que este año se distribuyeron entre los Centros de Aprendizaje para el Desarrollo Rural 17 mil unidades de microrriegos, cada una con una cobertura de 600 metros cuadrados, lo que significa 10 millones, 200 mil metros cuadrados, o mil 20 hectáreas de terreno que está destinado para huertos familiares.

“Este año seguirá el apoyo con microrriegos. Es una política fundamental del Ministerio, y no solo a nivel de microrriego, sino minirriegos, reservorios para cosechas con agua de lluvia y la posibilidad de hacer dos grandes reservorios multiusuario”, subrayó.

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