Comunitario

San Marcos aún espera reconstrucción

Para los pobladores de los municipios afectados por el sismo de la madrugada del 7 de julio último, pareciera que aún no termina de amanecer, pues a las ofertas iniciales de reconstrucción y ayuda siguió una espera que se prolonga, debido a que el estado de Calamidad todavía no es resuelto por el Congreso, pese a que la demolición de inmuebles dañados sigue en marcha.

Aunque las demoliciones avanzan en San Marcos, los planes de reconstrucción de viviendas aún no se definen (Foto Prensa Libre)

Aunque las demoliciones avanzan en San Marcos, los planes de reconstrucción de viviendas aún no se definen (Foto Prensa Libre)

No existe un estudio oficial que cuantifique las pérdidas económicas causadas por el violento sismo; aún continúa la fase de reconocimiento de campo; sin embargo, el Ministerio de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda (CIV) calcula que la cifra podría llegar a los Q700 millones.

“Todavía no se tiene un conteo preciso de los afectados por el sismo porque no hemos terminado de salir de la crisis. Sin embargo, estimamos que al menos el 15 por ciento de los comercios de San Marcos siguen sin poder operar”, afirma Carlos López Mendizábal, representante de la Gremial de la Cámara de Comercio de San Marcos, quien agrega que por ello las pérdidas siguen en incremento.

“Ojalá el Gobierno pudiera otorgar préstamos con intereses blandos, para salir adelante. No pedimos que nos regalen, pero sí que nos apoyen”, añadió López.

“Vamos a ayudar a las familias afectadas y hablaremos con los bancos para que tengan créditos blandos. Además, con los fabricantes de materiales de construcción; queremos que les vendan a los afectados a precio especial”, dijo el presidente Otto Pérez durante la visita a la zona, el 19 de julio último. Pero los días siguen pasando.

Segundo golpe

En menos de dos años, el occidente del país ha sido golpeado por dos sismos. El primero fue el miércoles 7 de noviembre del 2012, a las 10.35 horas. Fue de 7.2 grados en la escala de Richter y dejó 45 muertos y 185 heridos.

Según datos de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) aquel sismo causó daños en 31 mil 393 viviendas, en nueve departamentos, de los cuales el más golpeado fue San Marcos, con tres millones 590 mil 39 afectados.

El Gobierno contabilizó entonces que siete mil 355 casas debín ser reconstruidas e invirtió Q280.7 millones en ello, pero según el informe de Avance de Reconstrucción de Vivienda, presentado el 8 de julio recién pasado, faltan dos mil 381 inmuebles.

Muchos vecinos aún no terminaban de recuperarse cuando, 20 meses después, en otro día 7, la tierra volvió a sacudirse.

A las 5.24 horas del 7 de julio último, un violento sismo de 6.4 grados en la escala de Richter golpeó la región y se cobró la vida de una bebé —cuando le cayó el cielo falso del hospital donde nació—, además de dejar a 274 personas heridas.

Según la Conred, 10 mil 192 casas fueron dañadas, y de estas, hasta ahora, dos mil 896 han sido declaradas inhabitables. Los afectados suman 106 mil 881.

Más de 70 réplicas se han registrado desde entonces, varias de ellas entre los 4 y 5 grados en la escala de Richter, según datos del Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología. Los vecinos viven en constante zozobra, a lo que se suma que no se tienen datos fiables de la ayuda.

Auxilio lejano

El 13 de julio pasado, el Gobierno anunció que la reconstrucción costaría unos Q100 millones y que ya se tenían Q50 millones identificados para iniciarla; sin embargo, la fase de planificación se prolonga y no hay una fecha específica para iniciar los trabajos, por lo que los afectados “sienten que la ayuda está muy lejana”. En el Congreso el estado de Calamidad está en un limbo por pugnas partidarias.

Alejandro Sinibaldi, ministro de Comunicaciones, indicó que la cartera que dirige deberá reconstruir dos mil 285 viviendas en San Marcos. Reveló que por ahora el promedio de demolición diaria es de 18 casas, pero tienen una capacidad máxima de cien.

6.4 GRADOS Richter fue la intensidad del violento sismo.

La lentitud se atribuye a que las autoridades certifican la vivienda que se debe demoler, pero el propietario debe autorizarlo, y por último un equipo de ingenieros certifica de nuevo que procede la destrucción del inmueble.

El ministro calcula que, por el volumen de trabajo, la reconstrucción tomará el mismo tiempo que la del 2012.

Ismael Cifuentes, vocero del Ministerio de la Defensa, informó que el Cuerpo de Ingenieros del Ejército tiene a su cargo la reconstrucción de 256 viviendas en Sololá, lo cual les tomará dos meses a partir del momento en que se autorice la operación. Cifuentes dijo que tienen entendido que esta semana se sostienen reuniones con los proveedores del material, “por lo que no saben cuándo se iniciarán los trabajos asignados al Ejército”, y afirmó que por la misma razón aún no tienen un estimado de cuántos recursos se invertirán.

La Sección de Comunicación del Fondo de Desarrollo Social (Fodes), indicó que tendrá a su cargo la reconstrucción de 285 casas en Huehuetenango, Quetzaltenango, Totonicapán y Suchitepéquez.

Explicó que Q10 millones ya fueron asignados al Fodes para esa labor, pero reconoció que aún no hay una fecha específica para comenzar con los trabajos.

El titular del CIV hizo énfasis en que los barridos de campo aún se contabilizan, por lo que el dato final de casas reconstruidas en todos los departamentos podría aumentar un 10 por ciento.

Desconfía de ofrecimientos estatales: “Gobierno no nos va a ayudar”

Ovidio Vásquez, de oficio zapatero, perdió su casa a causa del sismo y afirmó que ya no tiene fuerzas para construir otra. “Estoy triste porque me he quedado solo con el predio. Seguiré adelante, pero viviré a mi suerte. Ojalá alguien me ayude y me pueda levantar de esta tragedia y pueda sonreír como antes”, comentó.

Vásquez refirió que desconfía de que las autoridades reconstruyan su vivienda.

“Estoy seguro de que el Gobierno no nos va a ayudar, porque con el terremoto del 2012 varios vecinos que fueron seriamente afectados no recibieron ningún apoyo”, afirmó Vásquez.

Agregó que es de escasos recursos y que pide a “las personas de buen corazón” que lo ayuden para salir adelante ante este problema.

RECONSTRUYÓ PERO SU CASA VOLVIÓ A CAER: Golpeado en dos ocasiones

Rolando Orozco, maestro de San Marcos, ha sufrido la desventura de que su casa ha quedado seriamente afectada por el terremoto del 7 de noviembre del 2012 y el del 7 de julio recién pasado, y afirma que le es difícil creer la situación que vive.

“En noviembre del 2012 se dañó gran parte de la estructura de mi vivienda, por lo que solicité un préstamo a un banco y me lo dieron”, contó Orozco, quien afirmó que el pasado 7 de julio el sismo botó la mayor parte de su casa. “No puedo creer lo que pasa; buena parte de la casa se destruyó y no he terminado de pagar el préstamo que solicité después del terremoto del 2012”, expresó.

Orozco aseguró que habla con su esposa e hijos y juntos tratan de encontrar una respuesta a lo que les sucedió.

“Es una prueba grande la que estoy pasando, es algo difícil de entender y de sobrellevar, pero Dios sabrá por qué pasan las cosas. A veces no duermo por pensar en lo que sucedió”, explicó Orozco.

Aseveró que lo más probable es que ya no reciba otro crédito para reparar su vivienda y porque su salario de maestro no le permitiría pagar las deudas y mantener a su familia.

“En esta ocasión espero la ayuda de las autoridades. Ya no puedo pedir más préstamos. Ojalá salgamos adelante de esta prueba de la naturaleza”, expresó.

Desconsuelo: Sueños destruidos

Magalí Barrios llegó a San Pedro Sacatepéquez, San Marcos, en la década de 1980. Más adelante, en 1985 compró un lote en el cantón Tonalá, y con mucho esfuerzo construyó su casa.

“Me empleé 30 años con el Estado, trabajando de enfermera, a través del Ministerio de Salud; luego vendía ropa. Viajaba a Tapachula cada fin de semana, para traer mercadería y venderla a mis compañeros”, relató Barrios.

Agregó que “en un segundo” terminaron sus sueños. “Solo espero un milagro para volver a construir. Nunca imaginé que esto podría pasar”, resaltó.

Angustia: Trabajo perdido

Armando Velásquez, residente en una casa de la Calzada Independencia, San Marcos, afirmó que le cuesta creer que hayan demolido su casa a causa del temblor.

“Fueron varios años de lucha y de trabajo. Estoy seguro de que Dios tiene otro regalo más grande para mi familia”, declaró.

Explicó que en 1976 le tocó ayudar a “sus hermanos” de Chimaltenango por el terremoto de ese año, y que lo que más le preocupa ahora es su avanzada edad y que no poder ganar recursos para reconstruir su vivienda.

“Tengo 65 años, espero volver a ver una casita en mi terreno”, expresó.

Desesperación: Piensa en emigrar

Manuel Méndez viajó a EE. UU. en el 2003, y por varios años trabajó para construir su casa, en el cantón Las Yerbabuenas, San Pedro Sacatepéquez, San Marcos, la cual, dijo, era un legado para sus hijos.

Comentó que invirtió casi Q1 millón en la construcción y que estaba a punto de terminarla cuando ocurrió el sismo que la destruyó.

“Lamento no haber podido disfrutar de mi hogar, pero sigo soñando. Tengo vida y viajaré de nuevo a EE. UU., y espero que Dios me dé vida para trabajar otros años, aunque la situación se haya puesto difícil”, expresó Méndez.