En el Parque Santa Catarina familiares y organizaciones humanitarias colocaron fotografías de estudiantes universitarios secuestrados y desaparecidos por las fuerzas de seguridad entre 1980 y 1981.
Mientras que en la Casa de la Memoria Kaji Tulam, que en la etnia maya quiché significa “cuatro puntos cósmicos”, “cuatro elementos” o “cuatro colores”, decenas de familiares acuden a colocar claveles rojos y blancos, veladoras y fotografías de víctimas de la guerra.
Las actividades fueron organizadas con motivo del Día Nacional de la Dignificación de las Víctimas del Conflicto Armado y el 15 aniversario del informe “Memorias del Silencio” que entregó la Comisión del Esclarecimiento Histórico (CEH) de las Naciones Unidas.
Esta instancia documentó las graves violaciones a los derechos humanos y concluyó que durante los 36 años de guerra interna se cometió genocidio en el país centroamericano.
“Es muy doloroso recordar a tanta gente perdida. Este país reciente la ausencia de tanta gente asesinada y desaparecida”, dijo Julio Solórzano Foppa, hijo de la periodista y poetisa Alaíde Foppa, secuestrada en diciembre de 1980.
Solórzano también recordó a sus dos hermanos, Juan Pablo y Mario, que también fueron víctimas del conflicto armado en 1980 y 1981, respectivamente.
“Seguimos buscando los cuerpos de mi madre y mis hermanos, queremos saber quiénes fueron los responsables y llevarlos a la justicia, queremos saber qué sucedió, queremos conocer la verdad”, expresó.
Previo a colocar tres claveles rojos en memoria de sus familiares desaparecidos, Solórzano comentó que los logros alcanzados tras la finalización de la guerra en 1996, “han sido pocos, insuficientes y superficiales”.
Aseguró que los problemas básicos que provocaron el conflicto como la pobreza, la desigualdad, el racismo y la discriminación, siguen presentes en Guatemala.
En la Casa de la Memoria, en medio del olor a incienso, familiares pegaron fotografías en una pared de algunos de los 45 mil desaparecidos durante la guerra.
En tanto, decenas de estudiantes de establecimientos educativos ingresaban al inmueble para conocer la historia de Guatemala, desde la civilización maya, pasando por la conquista de los españoles, la revoluciones y dictaduras, y el conflicto que dejó 200 mil víctimas.