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Arriban a la capital últimos judíos expulsados de Sololá

En camiones de mudanza llegaron este martes a la capital los últimos miembros de una comunidad de judíos ortodoxos que fueron expulsados de un poblado maya tras un choque cultural y religioso, informó uno de los dirigentes.

Los judíos se instalaron en un viejo edificio después de su expulsión. (Foto Prensa Libre: AFP)

Los judíos se instalaron en un viejo edificio después de su expulsión. (Foto Prensa Libre: AFP)

CIUDAD DE GUATEMALA – “Vino un camión con tres personas y estamos a la espera de otros dos camiones con las últimas ocho personas”, dijo Misael Santos, representante de los judíos, quienes se asentaron en un vetusto edificio en el sur de la ciudad tras la expulsión.

Los miembros de la comunidad de judíos ortodoxos Lev Tahor empezaron a abandonar San Juan La Laguna desde el jueves pasado, tras varios conflictos con pobladores.

Santos indicó que la salida del poblado ha ocurrido sin incidentes y que los judíos han sido custodiados por la Policía Nacional Civil. Agregó que el grupo permanecerá en el edificio de seis niveles hasta que encuentre un lugar definitivo donde vivir.

Esta abrupta partida comenzó un día después de que fracasara una reunión en la Procuraduría de Derechos Humanos, donde se buscaba que los pobladores locales y judíos pudieran convivir en armonía y paz.

La comunidad judía empezó a asentarse desde hace seis años en San Juan La Laguna hasta alcanzar unas 230 personas, la mitad menores de edad. La mayoría son ciudadanos de Estados Unidos, Israel, Reino Unido y Rusia, y unos 40 son guatemaltecos.

Sin embargo, desde octubre del año pasado los pobladores de la localidad empezaron a molestarse con su presencia al argumentar que son contrarios a las costumbres mayas.

Según los lugareños, los judíos actuaban de forma “prepotente”, no correspondían al saludo y en algunas ocasiones irrespetaron las costumbres locales de velar a los muertos, entre otras denuncias.

El viernes pasado, la Procuraduría de Derechos Humanos lamentó la “salida forzosa” de la comunidad judía y pidió investigar el caso por discriminación.

“Bajo ninguna justificación, sea esta religiosa, política, ética o moral, persona alguna puede arrogarse el derecho de formular amenazas y expulsar extranjeros del territorio guatemalteco o decidir sobre su desplazamiento”, afirmó en un comunicado.

Según académicos consultados, en esta expulsión media el hecho de que los indígenas han sido históricamente marginados y en consecuencia son recelosos de su cultura y sus tierras.

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